Agresiones, sabotajes y acoso de la empresa STOP Okupas contra vecinas de un edificio de Barcelona
Un absoluto acoso es el que están sufriendo las vecinas de la calle Magalhães 33 bis (Barcelona) desde hace cuatro meses tras que el pasado noviembre, fuese comprado el edificio dónde viven por el fondo de inversión ruso Workki Co-Working S.L. y contratase a una empresa privada de desocupación para forzarles extrajudicialmente a salir de los domicilios.
Las siete viviendas que componen el edificio están habitadas, una de ellas en alquiler desde 2019, cuatro ocupadas desde 2020 y los dos bajos están siendo utilizados por la empresa de desocupación “STOP Okupas”, que ha contratado el fondo de inversión, para tener siempre gente presente en el edificio y amedrentar a las vecinas.
Esta situación comenzó en noviembre de 2023 cuando el edificio en el que viven las vecinas es comprado, a través de una subasta, por un fondo de inversión ruso —Workki Co-Working S.L.— dedicado principalmente a la compra de Non Performing Loans (NPLs) de bancos. Es decir, se dedican a comprar préstamos de bancos que —los clientes— llevan varios meses sin sufragar, por lo que en tiempos de crisis económica, y por lo tanto de dificultades económicas de las personas, este tipo de mercado aumenta, aprovechándose de las adversidades económicas de las personas.
Aunque este caso no es de NPL, el precio por el que compraron el edificio y la inmediatez con la que aparecieron los “matones” de STOP Okupas para intimidar a las vecinas “hace pensar que esta gente ya sabía que había gente viviendo en el edificio, ocupando, que iban a desalojarlo con estos métodos” dice Enric Aragonès Jové (portavoz del Sindicat de Llogateres de Catalunya).
No habiendo pasado una semana de que Workki Co-Working S.L. comprara el edificio, comenzaron los sabotajes y las actuaciones de acoso inmobiliario a las vecinas por parte de la empresa STOP Okupas: El 1 de diciembre destrozaron la puerta de una de las viviendas. En enero atascaron las bajantes de agua que ocasionaron inundaciones de varios pisos y quitaron los fusibles e interruptores generales del edificio, lo que derivó en el corte de electricidad del bloque entero. En febrero —después de que las vecinas, junto al Sindicat de Llogateres, interpusieran una querella por acoso, una denuncia administrativa al Ayuntamiento de Barcelona y mandasen un burofax a la propiedad reclamando una reunión en la que negociar y resolver la situación— se presentaron dos “mediadores” de STOP Okupas que, de manera intimidatoria, ofrecieron una cuantía económica a las vecinas para que se fueran y que estas rechazaron, lo que llevó a una escalada de violencia que llegó a fuertes agresiones físicas a uno de los vecinos. Por último, hace apenas diez días, el 20 de marzo, STOP Okupas volvió a sabotear el edifico sustrayendo el portal de la calle, dejando a las vecinas completamente desprotegidas de cualquier incursión en sus viviendas con la complicidad de los Mossos d´Esquadra que “no hicieron nada” nos cuenta Enric.
Entrada del edificio sin portal tras el sabotaje de STOP Okupas.
Todas estas actuaciones están recogidas en una carta entregada a María Antonia García Solanas, apoderada solidaria de Workki Co-Working S.L, también socia de la consultora de empresas Amber y profesora de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Girona. En su despacho de Amber fue donde se presentaron las vecinas junto al Sindicat de Llogateres para entregarle el documento con el que se la reclama que cesen de forma inmediata las acciones de acoso inmobiliario que llevan a cabo, en su nombre, los miembros de la empresa STOP Okupas y abrir una negociación con la que se reconozca “con contratos de alquiler a las personas que están viviendo allí y las que tengan derecho a alquiler social obligatorio, de acuerdo con la ley catalana, que también lo puedan tener” explica Enric.
A raíz de la situación tan insegura en la que se encuentran las vecinas de Magalhães 33 bis, sufriendo agresiones físicas y verbales constantes por parte de la empresa de desocupación y padeciendo los sabotajes que realizan en el edificio, las vecinas llevan más de una semana organizándose por turnos diurnos y nocturnos para realizar guardias en la entrada al portal y tener un control del acceso a sus viviendas durante 24h.
Ante esta situación, han llamado a la solidaridad vecinal para ayudarles a hacer guardias y han lanzado un crowdfunding para sufragar los gastos por los daños ocasionados en el edificio por STOP Okupas y la contratación de un abogado especializado en derecho a la vivienda que les brinde un soporte legal.
Mensaje de las vecinas explicando lo sucedido y pidiendo apoyo.
Enric deja claro que las prácticas que están viviendo las vecinas del edificio son “absolutamente criminales” y que, aunque se justifiquen a sí mismos sus acciones contra el vecindario porque son ocupas, las prácticas son inadmisibles ya que “es independiente de la situación de ocupación o no que tengan estos vecinos, porque incluso hay uno que vive de alquiler y también está sufriendo este acoso”.
Por último, Enric hace un llamamiento a la sociedad civil y organizaciones vecinales para “no normalizar estas prácticas de acoso y a no contribuir a agrandar este discurso de estigmatización de la ocupación” y señala a ciertos “grupos de la izquierda que deciden ponerse de perfil porque les parece incómodo”.
“Lo importante es hablar de la dificultad que hay en el acceso a la vivienda, de la vulneración del derecho a la vivienda que hay y que de aquí se explica que haya casos de ocupación que evidentemente, como sabemos, en la enorme mayoría de los casos son de pisos vacíos de grandes fondos y grandes tenedores” remarca el portavoz del Sindicat de Llogateres de Catalunya.
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