Blanqueamiento mediático a los ultras neonazis del Atlético de Madrid
Mientras que los medios hablaron de "terrorismo" para referirse a los jóvenes de Altsasu por una pelea de bar, se refirieron a Alberto Gonzalo de Juan, “Pugilato”, el neonazi que agredió al cómico Jaime Caravaca, como un "padre de familia".
Esta manipulación mediática no es la excepción sino la norma y, tras la violencia de los neonazis del Frente Atlético ayer en el Metropolitano, podemos evidenciar de nuevo como los medios están blanqueando a estos ultras.
Esta violencia de estos ultras no es algo anecdótico ni puntual; el club sabe que el Frente Atlético es una organización criminal que utiliza la violencia
Como ya sabemos, ayer volvimos a ver de nuevo a los ultras del Frente Atlético actuar con total impunidad, haciendo apología del fascismo, gritando todo tipo de insultos y cánticos racistas e, incluso, tirando objetos, como mecheros, al portero Courtois. Tras estos lanzamientos, el partido se suspendió unos diez minutos.
Esta violencia de estos ultras no es algo anecdótico ni puntual; el club sabe que el Frente Atlético es una organización criminal que utiliza la violencia y que asesinaron a Javier Romero Taboada, "Jimmy", del Deportivo de La Coruña y a Aitor Zabaleta de la Real Sociedad.
Sin embargo, ni la violencia del Frente Atlético que vimos ayer ni toda la habitual apología del fascismo, cánticos racistas, machistas, gordófobos o xenófobos que estamos habituados a ver en los estadios de fútbol han suspendido un partido de la Liga del ultraderechista Javier Tebas. El único partido que se ha suspendido en toda la historia de la Liga fue tras llamar la afición del Rayo Vallecano "nazi" a un nazi como Zozulia. Y eso dice mucho de los intereses de los "amos del fútbol".
Un trato mediático que contrasta enormemente con el que reciben las hinchadas antifascistas, las cuales son criminalizadas e instrumentalizadas por los medios para dañar a la izquierda política
Si analizamos cómo están tratando los principales medios lo acontecido ayer, podemos comprobar cómo, en primer lugar, están obviando que el Frente Atlético es una organización criminal que tiene muertos a sus espaldas y, en segundo lugar, ya no solo es que no hablen de ellos como "neonazis", sino que ni siquiera nombran que son de derechas o extrema derecha. El grueso de las noticias que están saliendo tras lo ocurrido anoche cumplen ese patrón: no hablar del Frente Atlético como una organización ultraderechista o neonazi y omitir el contexto de que es un grupo que tiene asesinatos a sus espaldas.
Un trato mediático que contrasta enormemente con el que reciben las hinchadas antifascistas, las cuales son criminalizadas e instrumentalizadas por los medios para dañar a la izquierda política, vinculándolas con el terrorismo y siendo tildadas de “antisistema”, “radicales” o “ultraizquierdistas”. Todos podemos recordar cómo después de que Santiago Abascal se saltara el cordón policial en Vallecas y se encarara con los manifestantes, entre los que se encontraba gente de Bukaneros del Rayo Vallecano, la prensa aprovechó para manipular lo ocurrido y tachar a los Bukaneros de “violentos”, llegando incluso a afirmar que estaban “al servicio de Pablo Iglesias”, tal y como manipuló El Español.
Cada vez estamos conociendo más casos de agresiones neonazis a gentes de izquierdas, como los Ultras Violetas del Real Valladolid, que según informó la coordinadora antifascista de Valladolid la semana pasada, propinaron una paliza a dos jóvenes, teniendo que ser uno de ellos hospitalizado y, recientemente también, propinaron una brutal agresión a un militante del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) y a su acompañante. Estos ultras cuentan con la permisividad del Real Valladolid, quien les cede la grada de animación y sigue permitiendo que campen a sus anchas.
Como anunciábamos al inicio de este artículo, la impunidad con la que actúan los ultras neonazis en los estadios de fútbol – y en todos los ámbitos- está directamente relacionada con la impunidad mediática de la que gozan, así como por la permisividad y la complicidad de los clubs con ellos. El compadreo de los jugadores con los ultras neonazis y las declaraciones de Enrique Cerezo afirmando que "En el Atlético de Madrid no hay antirracistas ni racistas" son una burda estrategia de blanqueamiento de los racistas. La estrategia de equiparación de supuestos “dos extremos” en donde se equipara el racismo con el antirracismo, el fascismo con el antifascismo, el machismo con el feminismo, el Ku Klux Klan con los Black Panthers, o Vito Quiles con el periodismo, sirve, siempre, siempre, siempre, para blanquear, normalizar y dar alas a la ultraderecha.