Collboni ve con buenos ojos el desalojo de los Centros Sociales de Bonanova Barcelona que pedían VOX y Desokupa
La mañana del 30 de noviembre se ejecutó en Barcelona el desalojo simultáneo de tres edificios okupados, dos en Bonanova y otro, Estudi 9, en Santa Coloma de Gramanet. Los tres edificios están, como informaban desde El Salto y la Directa, en manos de grandes tenedores. En el caso de los inmuebles de la Bonanova, llamados La Ruina y el Kubo, su titular es la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), el conocido como “banco malo” que se creó durante la crisis financiera de la década pasada con 60.000 millones de dinero público para sistema bancario. En el caso del inmueble de Santa Coloma, es propiedad de Hiperion, una sociedad mercantil vinculada a un fondo finlandés que operaba en paraísos fiscales y figuraba en los famosos Papeles de Panamá.
El desalojo de las y los activistas ha sido visto con muy buenos ojos por el nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que precisaba la “profesionalidad y respeto” de los cuerpos de seguridad implicados en la operación: los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana, con un despliegue de casi 400 agentes y un coste de 125.000 euros según calculaba La Directa. Medios como El Español han celebrado el “punto de inflexión” —según fuentes de su equipo— que el desalojo significa en la gestión municipal barcelonesa, así como la satisfacción e incluso cierta euforia moderada que transmitía el equipo de Gobierno del alcalde tras constatar que el desalojo de los espacios 'okupados' en La Bonanova se había llevado a cabo con éxito. Según relata El Español, el objetivo del propio alcalde y los responsables de seguridad era claro: realizar el desalojo con máxima "determinación", transmitiendo un mensaje contundente a la ciudadanía. El operativo se había suspendido previamente, en marzo de 2023, siendo todavía alcaldesa Ada Colau y con Collboni —su hasta entonces primer Teniente Alcalde— recién dimitido de su cargo. Se marchó para preparar su candidatura a la alcaldía, que finalmente obtuvo gracias al apoyo de su antecesora.
El líder municipal de Junts, Xavier Trias, también ha aplaudido el éxito de la operación en La Bonanova, que, según él, “se ha hecho como se tenía que hacer”, y lo comparó con su experiencia con otro desalojo contra activistas, el de Can Vies, que ocurró durante su legislatura como alcalde de la ciudad condal.
Por su parte, los colectivos de ambos centros sociales declaraban en La Directa sobre los motivos del desalojo por parte de las autoridades: “No pueden soportar que nos organizamos en los márgenes y no respetamos sus títulos de propiedad. Resulta evidente el peligro que nuestras prácticas suponen a la falsa paz y uniformidad social y tenemos claro que no vamos a entrar en su juego”. Durante la campaña electoral de las municipales catalanas, Vox o Desokupa pusieron en la diana a estos centros sociales para reforzar sus mensajes xenófobos, los bulos sobre la seguridad y las políticas de “desokupación”.
Para El Español, este “giro” en la política podría significar el primer logro de Collboni y marcar el nuevo rumbo de su mandato acercándose más a partidos como Junts per Catalunya, con el entierro definitivo del periodo municipalista que hace ocho años ilusionó a Barcelona.