Continúa la persecución contra el diputado de Podemos por tratar de defenderse de las mentiras de Vox
Plantar cara a la ultraderecha en la Región de Murcia puede salir muy caro. Hace apenas una semana, el diputado de Podemos Víctor Egío tuvo que escuchar al portavoz de Vox en la Asamblea Regional, Rubén Martínez Alpañez, acusarle de haber desaparecido de la Cámara durante seis meses. En realidad, el representante morado se ausentó durante 42 días tras acogerse al permiso de paternidad al que tenía derecho tras el nacimiento de su hija.
Sin embargo, a pesar de que solicitó nada más finalizar la intervención poder intervenir por alusiones, la presidenta de la Asamblea, Visitación Martínez, negó a Egío la palabra asegurando que ya había abierto la votación y que ésta no puede ser interrumpida bajo ningún concepto según el reglamento. El diputado insistió en que, según el artículo 93 de ese mismo reglamento, tenía derecho a un turno de réplica por alusiones, y la respuesta de la presidenta de la Cámara fue tratar de obligarle a abandonar el patio interior donde se celebran los plenos de la Asamblea (el Hemiciclo continúa cerrado después de dos años de obras, lo que impide —oportunamente para López Miras— la asistencia de público y periodistas de manera normal). Dada la negativa del representante a marcharse, Martínez suspendió la celebración del Pleno, que se ha retomado esta mañana.
Tras la conclusión de la sesión de hoy, lejos de rectificar y dar la palabra a Egío para defenderse de las falsedades vertidas por el portavoz ultraderechista, la mesa de la Asamblea ha celebrado una reunión de la Diputación Permanente para convocar la próxima semana la Comisión del Diputado, en la que previsiblemente se propondrá sancionar al diputado de Podemos por interrumpir el desarrollo del Pleno. Una sanción que desde Podemos interpretan como una clara persecución a quienes no se amedrentan ante el fascismo que se ha instalado en las instituciones de la Región de Murcia tras el pacto de gobierno entre el Partido Popular y Vox.
La sanción a Egío es un paso más en la escalada de hostigamiento a Podemos que comenzó durante la pasada legislatura, cuando era habitual que el presidente de la cámara, el tránsfuga Alberto Castillo —López Miras llegó a gobernar los anteriores cuatro años con hasta 7 tránsfugas procedentes de Ciudadanos y Vox, a quienes premió con la presidencia de la Asamblea y con cargos de Consejeros —, retirase arbitrariamente la palabra a la portavoz morada, María Marín, cada vez que denunciaba la opacidad del Gobierno Regional.
Hoy, nuevamente, la portavoz morada sufría el autoritarismo de la presidenta cuando se le negaba el turno de explicación de voto sobre la modificación de la Ley de Transparencia impulsada por Vox y PP para acabar con el Consejo actual y crear un cargo unipersonal que será nombrado por Vox. Marín ha tenido que insistir en repetidas ocasiones e invocar los artículos correspondientes del reglamento para poder explicar el voto, algo que no ocurre con los portavoces del resto de grupos de la Cámara.