Derechos Humanos, una efeméride para levantarse y continuar
75 años después de la aprobación de la Declaración de Derechos Humanos, la familia humana sigue contemplando el pasar de crímenes de lesa humanidad, muchos de ellos cometidos por gobernantes europeos y estadounidenses:
El sometimiento de la mujer; los horrores de la guerra; la destrucción del medio natural; la negación del derecho a existir; los mil rostros de la discriminación; la arbitrariedad como forma de gobierno; el odio y la ignorancia planificada; el robo masivo de plusvalías, recursos naturales y erarios; la toma de nuestras escuelas y hospitales; el disimulo de las juntas y directorios… el capital imperial contra todos los seres humanos.
No es una fecha para celebrar, pero tampoco un argumento para la desmovilización. Tomar conciencia de la dignidad humana, conocer nuestros derechos y responsabilidades, será el primer paso para lograr lo que siempre nos habían dicho que era imposible.
En los barrios destruidos de Gaza; en las oscuras celdas de Varsovia o Thamesmead; en una patera sin agua ni alimentos, con rumbo erróneo; en una caja de supermercado cuya cuenta, de repente, no se puede pagar; en el sótano de un hostal de carretera; en el piso de un maltratador; en una red social; en un control de documentación “aleatorio”; golpeando en la puerta de casa; en una mesa de redacción; en los sótanos de otra Real Casa de Correos (siempre hay alguna, en algún lugar).
No es una fecha para celebrar, tan solo es otro día para levantarse y continuar.