Éxito de la Huelga General Feminista en Euskadi, con la crisis de cuidados en el centro de sus reivindicaciones
Gracias a la buena salud y potencia del movimiento feminista vasco, el pasado 30 de noviembre las vascas y navarras convocaban una huelga feminista general junto a los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, Ehne, Etxalde y CGT y con el apoyo de EH Bildu y Elkarrekin Podemos que se ha saldado como un éxito histórico con una reivindicación principal sobre la mesa: el abordaje urgente de la crisis de cuidados y la denuncia de un modelo privatista y familiarista, promovido por un “sistema capitalista, patriarcal y colonial”.
Y es que esta no era una huelga general cualquiera: La periodista Teresa Villaverde escribía hace unos días sobre la importancia de esta movilización en Píkara, uno de los medios de comunicación más comprometidos e implicados en la cobertura y apoyo de las movilizaciones. Villaverde exponía en su artículo que la jornada pretendía “parar la producción, el consumo y prácticamente todo excepto lo que no puede pararse, el cuidado de la vida”. El objetivo de la huelga, afirmaba, “es reivindicar un servicio público de cuidados de calidad, pero también empezar a reflexionar sobre cómo hacer frente, desde el cuidado comunitario, a un sistema atravesado por el capital. Esta huelga interpela a las instituciones, a los hombres y a las mujeres que subcontratan a otras: no podéis seguir en el privilegio de no cuidar”.
Pese a la dureza del clima, ya que la lluvia acompaño toda la jornada de movilizaciones, programada como una mañana de piquetes y acciones simbólicas seguida de manifestaciones en al menos 100 localidades, las marchas en las principales ciudades como Bilbao o San Sebastián, desbordaron las calles céntricas con lemas como “Sistema público de cuidados ahora', 'No al negocio de los cuidados', o 'Público sí, privatizaciones no', o 'Borroka feminista, antirracista, antifascista, anticapitalista'.
La huelga general feminista ha dejado sentir sus efectos en los servicios públicos vascos, especialmente en la educación pública, donde llegó a alcanzarse hasta un 70% de seguimiento según las convocantes y un 38% según el Gobierno Vasco. Las cifras gubernamentales reconocían al menos un seguimiento del 11% en el sector de Justicia y hasa el 13,2% en la plantilla de la Administración General de la Comunidad Autónoma del País Vasco. En el ámbito de la salud, el 100% de servicios mínimos impuestos impidió la movilización de las trabajadoras, aunque el seguimiento en Osakidetza fue, pese a todo, del 6,22% en Gipuzkoa, el 5,71% en Araba y el 4,63% en Bizkaia, y en sectores como el tranvía de Gasteiz se llegó al 47% de movilización. Además, 1500 comités de empresas se adhirieron a la misma, incluidos sectores fundamentales de los cuidados como limpieza, comedores escolares o servicios públicos.
Las convocantes han expuesto con claridad una agenda de reivindcaciones políticas que marcarán el presente y el futuro de la lucha feminista en el territorio: “Nos dirigimos claramente a los gobiernos vascos para exigir la creación de una mesa intersectorial para abordar con urgencia la crisis de los cuidados”.