Los juzgados de la Plaza de los Cubos: una máquina del tiempo por fascículos

El deterioro y la falta de mantenimiento se hace notar en el principal juzgado al que acuden los trabajadores de Madrid cuando necesitan la intervención de la justicia en sus controversias

Buzón de sugerencias de los juzgados de Princesa 6 — Juanjo Chica
Buzón de sugerencias de los juzgados de Princesa 6

Los edificios judiciales de base (no así tribunales supremos o constitucionales), no suelen destacar en muchos casos por su belleza, ya sea exterior o interior, sin embargo, el edificio que alberga los Juzgados de lo Social y de lo Contencioso-Administrativo en la capital además de falta de belleza, adolece de desgaste y falta de mantenimiento.

Para empezar, hay que destacar la ubicación de los mismos, ya que, a pesar de estar en el centro de Madrid, estos suelen confundirse con el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC), que es donde muchos trabajadores tienen que ir, según en que procedimiento se encuentren, antes de pasar finalmente por los juzgados, si es que al final, este servicio no cumple su cometido, evitar el juicio.

Para llegar al edificio de los juzgados hay que pasar por un breve pasillo y, al final del todo, se encuentra la entrada y, como todo edificio público, en su entrada ondean las banderas protocolarias. Al estar un tiempo allí de pie, dos cosas son notorias: la primera, la ida y venida de personas es constante; la segunda, el viento y el frío se hacen de notar (a pesar de que aún no estamos en invierno).

pasillo
Entrada

Una vez pasado el control de seguridad del cual funciona sorprendentemente rápido para ser tan poco personal para tanto tráfico de personas, en el recibidor podemos encontrar, mucho mármol y un mural a lo largo de la pared de al fondo que recuerda a algunos edificios residenciales, así como dos máquinas expendedoras, una máquina de café y un buzón de sugerencias.

Entrada2
maquinas

De este último llama mucho la atención un cartel anunciando la operatividad del mismo a partir del 1 de enero de 2004, con lo cual el cartel puede llevar fácilmente más de 20 años desde que fuera colocado.

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buzon

Ignorando la zona de los ascensores, la cual después saldrá a colación, si se usa las escaleras para subir a los juzgados, ya se empieza a notar la edad del edificio, no solamente aparece el archiconocido gotelé, sino que los bordes de las baldosas de las escaleras y los rodapiés ya denotan los años. También se pasa de paredes blancas (las zonas sin mármol), que más o menos disimulan el paso del tiempo a paredes amarillentas, que, junto al cambio de baldosa, da la sensación de haber vuelto a los años 60’.

El patrón se repite durante los muchos pisos del edificio en los que se agrupan los juzgados. Además, llama mucho la atención la falta de iluminación que hay en algunos segmentos de la escalera y la suciedad que se hace de notar.

escaleras
escalera sucia

Ya si entramos en cada uno de los pisos donde está la sala de espera, los ascensores y las oficinas donde se centra la actividad de los juzgados, se empieza a notar algo que no se veía en las escaleras: la suciedad en las paredes.

suciedad paredes

Aparece el fenómeno fascículo, es decir, las sucesivas renovaciones que han tenido estos espacios se hacen patente. Algunos pisos tienen suelo de parqué y otros conservan su suelo de baldosa. También varía el tipo de asiento que hay en estos pasillos, algunos teniendo bancos deteriorados y otros con sillas típicas de las salas de espera.

Banco

Junto a la suciedad de la pared baja también aparecen las marcas de carteles, que al igual que el que se vio al inicio del artículo, tuvieron que estar durante mucho tiempo ahí como para dejar este tipo de marcas en la pared.

carteles

A la hora de acceder a la zona principal donde se centra la actividad de los juzgados con sus despachos y salas de espera hasta ser llamado, lo primero que llama la atención es que aparentemente, todas las divisiones de esta parte están hechas con paredes artificiales, en este caso, simulando madera y recordando a las antiguas oficinas de principios de siglo. A partir de aquí, las salas varían en espacio.

sala espera 1
sala espera 2

Por último, todos los pisos tienen una sección con los ascensores, ya que el edificio tiene seis distintos para mover el tráfico por los muchos pisos que hay. Esta es otra sección que tiene el decorado de mármol, al igual que la recepción, y donde toma aún más sentido la división por fascículos que parece que tiene el edificio, ya que resalta mucho en comparación a las otras secciones de los distintos pisos.

Ascensores

Los juzgados destacan por su estrechez en algunas zonas de paso como los pasillos, incluso algunas salas de espera podían verse pequeñas para la cantidad de personas que podía haber en ciertos momentos, ya que además de quienes hacen uso de la justicia, también están los propios funcionarios de cada juzgado, así como letrados, magistrados y demás personal de la Administración de Justicia.

El deterioro general de las instalaciones es evidente, así como la falta de mantenimiento de los distintos espacios y sobre todo la falta de actualización de las instalaciones. Esta también es notoria en la aclimatación, ya que mientras afuera puede hacer mucho frío debido al viento, dentro el calor puede llegar a ser excesivo. En este sentido, uno de los trabajadores en el edificio reconoció que hubo hasta cinco desmayos debido a esta mala aclimatación.

Otra cuestión es la iluminación, la cual puede variar mucho entre espacios, pero principalmente falta en algunos lugares de tránsito, lo cual no se centra tanto en el hecho de que alguien pudiera no ver algo y tropezar o tener algún accidente, sino la impresión que en combinación con los espacios enseñados provoca, y es que los juzgados generan una impresión añeja y oscura.

En última instancia, los Juzgados de lo Social son aquellos a los que acuden los trabajadores para hacer valer sus derechos, y a pesar de que se puede prever que, si están allí, no serán por buenos comportamientos o prácticas éticas por parte de empresarios, si se puede entender que este debería ser un espacio digno, con los espacios suficientes para todos los que diariamente los recorren, desde estos trabajadores o empresarios hasta los que allí ofician juicios o hacen labores auxiliares. Se trata también de una cuestión económica, ya que la relación entre la cantidad de personas que utilizan las instalaciones frente a la aparente inversión que hace en ella parece completamente desequilibrada, inclinándose por supuesto hacia la falta de inversión en la misma y dejando entrever una gestión de la base de uno de los poderes del Estado más próximos a los ciudadanos deficiente.