La manifestación en homenaje a los cinco asesinados de los Sucesos de Vitoria acaba con cargas de la Ertzaintza
"Siempre pierden los que plantan cara, no olvidar cual es la verdad" canta Sociedad Alkoholika en referencia a los Sucesos de Vitoria. Este 3 de marzo se cumplía el 48º aniversario del asesinato de los cinco trabajadores y cientos de heridos por la policía durante la modélica y pacífica Transición española mientras realizaban una huelga general en defensa de condiciones laborales dignas.
Los asesinatos de estos cinco trabajadores se produjeron durante la jornada de huelga, cuando por la tarde, realizaban una asamblea en la Iglesia de San Francisco de Asís y el párroco ordenó su desalojo. La policía planificó una intervención criminal lanzando gases lacrimógenos en el interior de la iglesia para que los trabajadores allí presentes comenzaran a evacuar asfixiados y aprovechar el aturdimiento y la desesperación por salir para apalear a aquellos que iban abandonando el interior de la iglesia y cargar con bolas de goma y munición real. El resultado de esta intervención fue el asesinato de cinco trabajadores y un centenar de personas heridas, de las cuales la mitad presentaban heridas de balas.
Tras esta matanza, salieron a la luz las conversaciones que mantuvo la policía por radio interna mientras acribillaban a disparos a los miles de trabajadores que secundaban la huelga, "hemos contribuido a la paliza más grande de la historia" o "Aquí ha habido una masacre" expresan los policías al ver la cantidad de heridos por las calles que han ocasionado disparando con armas de fuego. Aun así, ningún policía ni cargo público responsable de la actuación policial fue juzgado por tales hechos.
Audios de la Policía Armada durante la carga del 3 de marzo de 1976
Esta fecha se ha marcado en la agenda antifranquista vasca, un día de reivindicación y recuerdo a todas las víctimas que, durante la jornada del 3 de marzo del 76, padecieron la represión policial por ejercer derechos políticos que entonces eran ilegales, reunión, manifestación y de huelga.
Este domingo se inició con una ofrenda floral en el monolito aledaño a la iglesia de San Francisco de Asis, donde han participado distintos representantes de partidos políticos, instituciones y sindicatos. Tras ello, a las 12:30 comenzó una manifestación en el barrio de Zaramaga convocada y encabezada por la Asociación de Víctimas y los sindicatos ELA, LAB, ESK y Steilas bajo una pancarta que decía "Atzo eta gaur borrokan, Hacia un futuro justo".
Miles de manifestantes comenzaban la marcha sin incidentes hasta que pasada media hora del inicio, la manifestación transcurría por los aledaños de El Corte Inglés, protegido por un gran dispositivo policial, cuando un grupo de manifestantes produjo pequeños altercados y la Ertzaintza comenzó una carga contra los allí presentes, aleatoriamente, utilizando balas de foam.
La carga policial se saldó con cuatro detenidos, uno de ellos en la posterior concentración en la comisaría de Lakua en solidaridad con los detenidos de la mañana, y varios heridos, entre ellos una persona a la que le pasó por encima del pie una furgoneta de la Ertzaintza y una mujer de 60 años a la que le impactó una bala de foam en la boca. Recordemos que en los carnavales de Tolosa hace menos de un mes, por un impacto en el ojo del mismo tipo de proyectil que se ha utilizado en la manifestación del domingo, un joven de 16 años tuvo que ser operado por desprendimiento de retina y rotura de los conductos lagrimales.
La manifestación del 3 de marzo dejó imágenes sorprendentes, una persona mayor en el suelo al que un Ertzaintza amenaza con aporrear, una persona completamente indefensa cayendo al suelo siendo golpeado por cuatro policías o un Ertzaintza atizando a un encapuchado que resulta ser un compañero infiltrado y que, por cierto, es uno de los heridos contabilizados.
Imágenes que, tristemente, y salvando las distancias, recuerdan al motivo por el que se llenaron las calles el domingo. Una comparación que puede resultar excesiva, pero con la que se puede evidenciar que la impunidad de la policía para reprimir las calles sigue muy vigente.
Recordar el pasado para impedir que vuelva a ocurrir, señalar que durante los sucesos, Manuel Fraga Iribarne era el ministro de Gobernación y Rodolfo Martín Villa el ministro de Relaciones Sindicales, denunciar lo que pasó por aquellas víctimas que no obtuvieron justicia y homenajear a los cinco asesinados por el Estado para que sus nombres no sean olvidados; Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente , Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral.