Tras lograr una multa de más de 150 millones al sector aéreo, todavía hay quien pregunta para qué sirve FACUA

Ahora que estamos más cargados de razón que nunca frente a las irregularidades de las aerolíneas, vamos a dar la batalla judicial
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YouTube (FACUA)

Cuatro aerolíneas han sido multadas por el recargo que nos aplican cuando viajamos con equipaje de mano y otras irregularidades. Una de ellas se ha llevado una sanción cuyo importe multiplica casi por 20 la mayor que había impuesto en la historia una autoridad de protección de los consumidores.

El récord apenas superaba los 6 millones y ahora sobrepasa los 100. Ryanair, ahí lo llevas. Para que te sigas riendo de los derechos de los consumidores, para que continúes burlándote de los pasajeros que reclaman con tus ingeniosas respuestas de mierda en las redes sociales.

Y que nadie te lleve a engaño. Esto es fruto de años de reivindicaciones y denuncias de FACUA.

Primero convencimos al ministro Alberto Garzón de que modificase la ley de defensa de los consumidores para dotarse de capacidad sancionadora.

Después convencimos a la Dirección General de Consumo de Baleares de Félix Alonso de que el recargo del equipaje de mano era ilegal.

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Baleares abrió expediente sancionador a Ryanair y Vueling como consecuencia de nuestras denuncias y después añadió otros dos expedientes de su cosecha a EasyJet y Volotea.

Pero como la cuantía de sus multas iba a ser muy reducida, los de Alonso convencieron a los de Garzón de que, aprovechando que ya tenían capacidad sancionadora, era mejor que Baleares se inhibiese en favor de ese nuevo y más poderoso Ministerio de Consumo. Un ministerio que había mutado para tener la capacidad de imponer multas proporcionales a los beneficios obtenidos por las empresas con sus fraudes a nivel nacional.

Y ahora, por fin, la primera multa. Más de 150 millones de euros a cuatro aerolíneas. Junto al fraude del equipaje de mano, Consumo también multa por cobrar un suplemento por la reserva de asientos contiguos para acompañar a menores y personas dependientes, no permitir el pago en metálico en los aeropuertos y una falta de transparencia sobre los precios reales de los billetes que impide comparar al realizar búsquedas por internet.

En el sector aéreo están que no se lo creen. La falta de costumbre. Ojalá podamos decir que las empresas deberían ir acostumbrándose a esto. A que los fraudes se castiguen en serio, no con multas de risa… que no tienen ninguna gracia. Pero eso depende de que el ministro de turno esté dispuesto a hacer su trabajo y sea impermeable a las presiones. Porque, creedme, esta multa ha llegado precedida de grandes presiones desde fuera y también desde dentro del gobierno de coalición.

Garzón tuvo muchos defectos como ministro, pero hizo más por la defensa de los consumidores de lo que lo hicieron sus siete antecesores juntos. Y a Pablo Bustinduy seguro que le criticaremos muchas cosas que deje de hacer durante esta legislatura, pero salvo la improbable posibilidad de que estimase los recursos de las aerolíneas y anulase las multas —eso no va a ocurrir—, con esto va a pasar a la historia.

Y ahora, mientras en el sector aéreo ya han anunciado que recurrirán hasta el final, hasta el Tribunal Supremo si hace falta, nosotros seguimos luchando contra los abusos. Ahora que estamos más cargados de razón que nunca frente a las irregularidades de las aerolíneas, vamos a dar la batalla judicial. Hemos logrado las multas más altas de la historia. Pero también tenemos que lograr que los consumidores recuperen en masa los cargos que les cobraron y les van a seguir cobrando ilegalmente por el equipaje de mano. Hemos puesto en marcha una plataforma de afectados para ayudar a la gente y ya estamos preparando una batería de demandas judiciales para que nuestros socios reclamen su dinero. Y todavía hay quien se pregunta para qué sirve FACUA…

Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.