Podemos critica al Gobierno por permitir la entrada del ‘fondo buitre’ BlackRock en la energética Naturgy con un 20% de las acciones
El Consejo de Ministros autorizó el martes 17 de septiembre a la gestora de fondos de inversión BlackRock para adquirir por 12.500 millones de dólares la gestora de fondos GIP, permitiendo así que absorba sus participaciones en la energética Naturgy y pueda convertirse en su tercer mayor inversor con el 20% de las acciones.
Tanto Sumar como Podemos criticaron con fuerza la noticia cuando se dieron a conocer las intenciones de compra en enero de este año. Meses después y tras la luz verde, sólo la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha vuelto a dar su valoración: “Desde nuestro punto de vista el gobierno no sólo debería impedir que los fondos buitre, que solo quieren especular con los derechos de la ciudadanía en nuestro país, se hagan con el control de empresas estratégicas como esta, sino que pensamos que empresas como Naturgy deberían estar bajo control público” declaraba en los pasillos del Congreso.
Por su lado, fuentes del Ministerio de Economía aseguraban a los medios que “esta adquisición mantiene las garantías sobre empresas que son estratégicas, como Naturgy”. No obstante, no han querido revelar si la autorización a BlackRock incluirá los mismos requisitos impuestos en otras ocasiones tales como asegurar la permanencia de los empleos en España o respaldar inversiones vinculadas a la transición energética.
BlackRock es la mayor gestora de fondos de inversión del mundo. Esta empresa estadounidense, que ahora figurará entre los accionistas mayoritarios de la primera gasista y tercera compañía eléctrica más grande de España, mantiene participaciones importantes en 20 de las 35 empresas del IBEX. Muchas de ellas también empresas energéticas tales como Repsol (5,5%), Iberdrola (5,4%), Enagás (5,4%) o Redeia, antes Red Eléctrica de España (5%). Su actividad inversora también ha sido notable en el sector bancario, donde aparecen nombres como Santander, BBVA y Sabadell, y varios informes lo señalan como el segundo mayor propietario de viviendas en el país.
Junto con otros grandes fondos de inversión como Vanguard, Cerberus o Blackstone, la empresa norteamericana posee una gran influencia en los sectores estratégicos nacionales. Tal es que esta empresa y sus homólogas han sido señaladas reiteradamente desde diversos frentes con críticas distintas: desde el movimiento de vivienda, que les imputa agravar la crisis con su especulación; desde las izquierdas parlamentarias, que los han acusado de funcionar como un lobby que impide reformas sociales, y desde la prensa alternativa, que los ha destapado como responsables de las subidas en los recibos de la luz y de la diferencia entre los beneficios empresariales del sector energético y bancario en España y en otros estados europeos.
De este modo la decisión del gobierno de apoyar la adquisición contribuye al descontento de las fuerzas progresistas con el PSOE, asunto al que Belarra también se dirigía con los términos más explícitos: “dejar entrar a BlackRock en Naturgy es una medida que perfectamente podría adoptar un gobierno del partido popular”.
La formación morada era también la única que planteó medidas para combatir la creciente influencia de este tipo de capitales privados extranjeros en ámbitos estratégicos de la economía nacional que regulan necesidades básicas como son la vivienda y, en esta ocasión, la energía. “Necesitamos que haya una alternativa por la izquierda y que la gente sepa que se pueden hacer cosas, que hay alternativas, pero que el partido Socialista ha renunciado a esas transformaciones”, concluía Belarra.