Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de mortalidad en profesiones con estrés físico o mental
Un reciente estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha revelado que retrasar la edad de jubilación puede tener consecuencias graves para la salud de los trabajadores en profesiones con altos niveles de estrés físico o mental. Según el informe, posponer un año la jubilación incrementa en un 38% el riesgo de mortalidad entre los 60 y 69 años en estos sectores.
El estudio destaca que las ocupaciones más afectadas son aquellas que requieren un esfuerzo físico considerable o que están sujetas a un elevado nivel de estrés emocional y mental. Entre estas profesiones se encuentran la industria extractiva, el transporte, la hostelería, la sanidad y las actividades administrativas⁵. Los investigadores subrayan que el impacto negativo sobre la esperanza de vida supera las ganancias fiscales que se podrían obtener al retrasar la jubilación.
Además, el informe señala que los trabajadores que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial, que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de cierta edad, presentan un riesgo de mortalidad significativamente menor. Esto sugiere que las políticas de jubilación deben diseñarse con cuidado para mitigar los efectos adversos sobre la salud de los empleados.
El estudio de Fedea se basa en un experimento generado por la reforma de la jubilación anticipada de 1967, que modificó la edad de retiro en función de la fecha de inicio de cotización al sistema de Seguridad Social. Los resultados indican que, aunque retrasar la jubilación puede favorecer la sostenibilidad del sistema de pensiones, el coste social asociado a la reducción de la esperanza de vida no compensa los ahorros fiscales.