“Te pido disculpas”: la carta de una jueza a una niña víctima de violencia vicaria
Hace escasos días, una jueza dictó una sentencia sin precedentes: orden de alejamiento para un hombre sobre su pareja y también la hija de ambos, ante los indicios de violencia vicaria.
En una carta dirigida a la niña, la magistrada Isabel Giménez, atendiendo a la Carta de Derechos de los Ciudadanos —en la que se vela el derecho de todos los ciudadanos ante la Justicia, con atención especial a los menores—, le explica a la niña la decisión que ha tomado de una forma fácil para que la comprenda.
“Los jueces y las juezas tenemos la obligación de proteger los derechos de los niños y las niñas y me gustaría explicarte la decisión que tomado”, comienza la magistrada respecto al propio procedimiento.
La jueza sigue la carta explicándole que no tendrá que ver ni hablar “con el Señor que le hizo daño a tu mamá, y que él tampoco puede acercarse a ti para que puedas salir a la calle o ir al colegio tranquila y sin miedo”. Giménez, también le asegura que con la decisión tomada, seguirá con su madre, la principal figura de apego de la niña.
Además, la magistrada le agradece en todo momento las explicaciones que le ha dado: “has sido muy valiente al decirnos algunas de las cosas que te dan miedo y que la razón por la que no quieres estar con él es porque te da mucho miedo que le haga otra vez daño a tu mamá”.
Unas explicaciones por la que la jueza también le pide disculpas por el largo y doloroso proceso por el que la niña ha tenido que pasar y volver a recordar. “Te pido disculpas, pero necesitábamos hacerlo para poder tomar la mejor decisión para ti, para que puedas vivir tranquila y sin temores”, le asegura la jueza.
Esta es una sentencia sin precedentes que introduce el término de violencia vicaria, aquella violencia que se ejerce sobre la mujer haciendo daño a sus hijos.
Este caso se remonta a 2018, cuando un juzgado de violencia sobre la mujer acordó una orden de protección para la madre, pero quedó sin efecto tras absolver al padre después de que la madre no quisiera declarar contra el hombre —algo que sucede son frecuencia por el temor de las víctimas a sus agresores— y no se pudiese confirmar la denuncia interpuesta por ella.
Ahora, la jueza Giménez ha querido impedir el contacto del padre con la hija. No solo ha prohibido las visitas del padre, sino que además ha impuesto la orden de alejamiento con la que no puede acercarse a la menor a menos de 500 metros ni comunicarse con ella de ninguna forma, ya sea de forma escrita o verbal.
El argumento de la jueza se basa en que, tras los diversos informes médicos, la niña tiene miedo sobre la figura de su padre y estrés postraumático, identificando al padre como “el señor que casi mató a mi madre”. Por ello, la jueza determina que obligarle a la menor ver a su padre puede “poner en riesgo la salud física, psíquica y emocional de la niña”.
La magistrada expresa que, pese a que los padres o madres con custodia pueden pedir un régimen de visitas, el derecho es de los niños, por lo que esta decisión ha sido para “proteger el derecho de la niña” para evitar cualquier tipo de episodio de violencia sobre la menor.
Tan solo en lo que llevamos de 2024, han sido 7 los menores asesinados por sus padres o por las parejas de sus madres. De estos 7 niños, hasta en tres casos había denuncias o medidas por violencia machista.
Este mismo número son los mismos que en todo 2015, 2018 y 2021, mientras que en 2017 se registraron 8 casos. En ningún otro año se había superado hasta abril los tres casos de niños víctimas de la violencia vicaria.
En total, el Ministerio del Interior tiene detectados hasta más de 1.400 casos de violencia machista en los que los menores tienen riesgo de sufrir violencia vicaria, y hasta 167 se encuentran en riesgo extremo.