Un 44% de los solicitantes de eutanasia, en Galicia, murieron sin tener respuesta a su petición
El 25 de junio del 2021 entró en vigor en todo el Estado la ley de eutanasia, que reconoce el derecho a las personas a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir, siempre que se den las condiciones habilitantes exigidas, que son que la persona solicitante esté sometida a un sufrimiento físico o psíquico que considere intolerable, por padecer una enfermedad grave e incurable con un pronóstico de vida limitado o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante, sin posibilidad de curación o mejoría apreciable.
La asociación Dereito a Morrer Dignamente ha puestorecientemente sobre la mesa algunos datos acerca de la implementación de la ley de eutanasia en Galicia. En primer lugar, lamentan que Galicia sea la tercera autonomía del Estado con la tasa de instrucciones previas más baja de España, únicamente 5.40 gallegos cubrieron y registraron el documento de instrucciones previas por cada mil habitantes. Las instrucciones previas se refieren al documento en el cual la persona manifiesta anticipadamente la voluntad sobre el tratamiento de su salud o el destino de su cuerpo para cuando ya no pueda expresarla personalmente.
Pero hay datos mucho más preocupantes. En el período comprendido entre junio de 2021 y junio de 2023 fueron58 personas las que solicitaron la eutanasia en Galicia. De esas 58 solicitudes, se realizaron 21, lo que supone una cobertura del 36 % de los solicitantes; el enfermo revocó su solicitud en 8 ocasiones, un 13 % del total, mientras que 3 solicitudes fueron denegadas, un 5 % del total. Aunque el dato realmente aterrador es el de los 26 enfermos que murieron sin tener respuesta a su solicitud, lo que supone un 44 % sobre el total de solicitantes, siendo el porcentaje más alto del Estado de solicitantes fallecidos sin respuesta a su solicitud. Casi la mitad de los solicitantes gallegos de eutanasia fallecieron entre grandes padecimientos, esperando respuesta a su demanda de una muerte digna asistida por la Sanidad Pública gallega, lo cual resulta del todo intolerable.
Desde la asociación también se pone de manifiesto la deficiente rendición de cuentas del gobierno gallego al parlamento acerca de la implementación de la ley, y que, a pesar de estar obligado a presentar una memoria anual sobre el estado de ejecución de la norma, se ha incumplido este requerimiento, presentando en su lugar una memoria bianual, por llamarle algo, ya que está compuesta por una única diapositiva colgada en la página web del Servizo Galego de Saúde (SERGAS).
Día a día se le rompen las costuras al gobierno de Rueda, al que le vuelven a sacar los colores con una realidad indignante. Aquí su incompetencia ya no es que cueste vidas, es que ni siquiera permite morir dignamente y sin sufrimiento a las gallegas y a los gallegos que demandan su derecho a la eutanasia, que fue una gran conquista social que se logró en la anterior legislatura estatal, gracias al gobierno de coalición del PSOE con Unidas Podemos.
Habría que recomendarle al señor Alfonso Rueda y al conselleiro de sanidad Julio García Comesaña que se leyeran el libro del tetrapléjico Ramón Sampedro “Cartas desde el infierno”, para que se hagan una idea de la agonía que han podido padecer los 26 gallegos que murieron entre sufrimientos, esperando una respuesta de su gobierno a su solicitud de una muerte digna e indolora.