La carrera presidencial en Chile en un escenario aún abierto
Aunque falta poco más de un año para las elecciones presidenciales de Chile, las empresas de encuestas, semana a semana, publican sus aprontes de una competencia que ya tiene candidaturas en carrera. Los nombres se repiten: la actual alcaldesa Evelyn Matthei de la derecha tradicional, la ex presidenta socialista Michelle Bachelet y el ultraderechista José Antonio Kast, quien va por su tercera postulación.
El último sondeo de la encuestadora Plaza Pública Cadem dice que Matthei retiene el liderazgo de la competencia con el 26 por ciento de la intención de voto. La economista y ex parlamentaria descartó en abril pasado repostular a la alcaldía de la comuna de Providencia -de la Región Metropolitana de Santiago- e inició una carrera de largo aliento hacia las elecciones del 2025, para la que cuenta con el apoyo de los principales partidos de la derecha tradicional, Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI).
El dato significativo es que la candidata ha crecido sobre cinco puntos en el último mes, pese a que su sector ha sido duramente golpeado por un escándalo de corrupción que salpica a empresarios, jueces de la Corte Suprema y ex ministros del fallecido presidente Sebastián Piñera. “La justicia debe investigar caiga quien caiga, incluso mi hermano”, ha dicho, colocándose en una posición de distancia a los personajes involucrados en los delitos de fraude, cohecho, lavado de activos y tráfico de influencias, que involucra al primo de Piñera, ex ministro y fundador de la UDI, Andrés Chadwick.
Hay datos importantes que faltan, como los resultados de los comicios municipales de octubre próximo cuando serán elegidos 345 alcaldes, casi 2300 concejales, 16 gobernadores y más de 400 consejeros regionales
Son incontables las veces que Michelle Bachelet ha dicho que no será candidata presidencial el 2025, que hay que buscar nuevos liderazgos y que su único interés es que haya unidad de las fuerzas progresistas, pero sigue marcando -y creciendo- en los sondeos. La encuesta Cadem de esta semana la ubicó en segundo lugar, con un 11 por ciento de intención de voto, y superando por primera vez al ultraderechista José Antonio Kast. La sombra de la médica pediatra y ex presidente en dos periodos, parece no dejar crecer otras opciones en su sector donde predomina la alianza de la socialdemocracia y la izquierda.
La anterior elección municipal de 2021 fue una amplia derrota para la derecha tradicional, en la que pudo elegir solo 80 alcaldes y perdió las comunas más importantes
Hace un mes Bachelet y Kast empataban, pero éste cayó al tercer lugar con un 9 por ciento. Hacia abajo en la lista de eventuales candidatos aparecen las menciones espontáneas al ultraderechista Johannes Kaiser (4%), la ministra socialdemócrata Carolina Tohá (2%), la vocera de gobierno Camila Vallejo -militante del Partido Comunista- (2%), el populista Franco Parisi (1%) y el alcalde frenteamplista Tomás Vodanovic (1%). Un 38 por ciento de los encuestados no sabe por quién votaría o no responde.
Pero hay datos importantes que faltan, como los resultados de los comicios municipales de octubre próximo cuando serán elegidos 345 alcaldes, casi 2300 concejales, 16 gobernadores y más de 400 consejeros regionales. Es la medición más certera de la correlación de fuerzas de un nuevo escenario conformado por el voto obligatorio de 15 millones 450 mil electores.
La anterior elección municipal de 2021 fue una amplia derrota para la derecha tradicional, en la que pudo elegir solo 80 alcaldes y perdió las comunas más importantes. Por entonces el país tenía fresco el recuerdo de la revuelta social de octubre de 2019, que apuntó contra las desigualdades generadas por el modelo neoliberal representado por la derecha y las herencias de la dictadura militar. A ello se sumó el malestar de la población por la forma en que el entonces gobierno de Piñera hizo frente a la pandemia viral, en particular por las ayudas sociales tardías.
Esa elección municipal, además, se cruzó con el proceso constituyente que, en la misma fecha, eligió a los delegados que escribirían el primer proyecto de nueva Constitución. Un proceso que estuvo liderado por las fuerzas de izquierda, lo que impactó en la votación de la derecha y produjo una fuerte desintegración del sector. Ello abrió paso a un potente resurgimiento de la ultraderecha, que había sido derrotada en las presidenciales 2020, cuando Gabriel Boric se impuso sobre Kast en segunda vuelta por más de 1 millón de votos. Luego de ser rechazado en un plebiscito el proyecto de Constitución y con la izquierda en una derrota profunda, la ultraderecha impuso su hegemonía en el nuevo consejo constituyente, pero su proyecto también fue rechazado.
El escenario presidencial de 2025 está abierto principalmente porque falta mucho tiempo, pero también porque la suerte del gobierno de Boric será un factor clave en la nueva competencia presidencial. Su gobierno, según la encuesta Cadem de esta semana, mantiene un fiel y estable 32 por ciento de apoyo en la población, mientras su desaprobación fluctúa en 3 puntos arriba y abajo marcando 61 por ciento.
Bachelet, en su tercer año de su segundo mandato (2014-2018) recibió el impacto de un caso de tráfico de influencias que involucró a su hijo, además de dificultades para concretar reformas sensibles como al sistema de pensiones y una reforma tributaria, por lo que en las encuestas marcó entre 20 y 25 por ciento de aprobación.
A Piñera le fue peor en su segundo mandato (2018-2022), cuando al cumplir su tercer año de gobierno, luego de la revuelta popular y la pandemia, llegó a marcar entre 10 y 20 por ciento de aprobación, mientras la desaprobación se empinaba por sobre el 80 por ciento.
Tanto Bachelet como Piñera terminaron sus mandatos entregando la banda y el palacio presidencial a gobernantes de signo político contrario.