Este es el “Estado Paralelo” en Argentina que denuncia Cristina Fernández en el juicio por el intento de asesinarla
Una mujer que ha sido todo en el primer cuarto de siglo XXI en la Argentina sigue escribiendo páginas para la Historia Nacional. Por primera vez ella, que habla de “Mafia” y de “Estado Paralelo”, es la parte acusadora, víctima de un intento de asesinato fallido el 1 de septiembre de 2022. Desde entonces, han pasado muchas cosas en torno a la vida de Cristina Fernández de Kirchner que pueden servir para entender algunas claves del juicio, marcado por irregularidades notables.
En ese tiempo, ha sido condenada a seis años de prisión por fraude para favorecer a un constructor en la Provincia de Santa Cruz sin enriquecerse ella (nunca ha sido probado tal extremo), quien además niega todas las acusaciones; tal es así, que decidió no ser candidata en las últimas elecciones ante las imputaciones de que buscaría el aforamiento para contrarrestar la llamada Causa Vialidad. La condena no es firme, y en el ambiente se recuerda el ingreso en la cárcel de 580 días de Lula da Silva.
La expresidenta también afronta un juicio por la denominada causa Cuadernos, una supuesta red de sobornos destapada en 2018 a partir de unos apuntes a boli que, según las pericias registradas después, resulta que estaban manipulados. Pero la justicia argentina es caprichosa y, cuando quiere, posee el mismo celo que el titular del Juzgado de Instrucción Número Seis de la Audiencia Nacional española, Manuel García-Castellón: el tribunal federal ha ordenado repetir las pericias y, por alguna razón, desea un juicio oral contra la ex mandataria.
Más cosas protagonizadas en el último bienio por Cristina: a finales de 2023, otro tribunal reabrió un caso que estalló hace 10 años, el de la Ruta del Dinero K, una historia según la cual los Kirchner habrían escondido bajo tierra dinero. Llegaron a movilizarse excavadoras y las televisiones grabaron a buscavidas contando que aspiraban a hallar un tesoro que nadie ha probado que exista como si estuvieran en California en el siglo XIX durante la Fiebre del Oro. La causa fue sobreseída pero después la reabrió la Cámara Federal tras la denuncia de una oenegé vinculada al PRO, el partido de Macri.
El juicio a Sabag Montiel
Una concatenación de episodios que para CFK prueban la existencia de un Estado Paralelo. Y que continúan en el juicio contra los autores materiales de su intento de asesinato, “dejando afuera la investigación de los autores intelectuales, vínculos políticos y financiamiento del atentado”, explican a Diario Red fuentes cercanas a la ex presidenta.
El 1 de septiembre de 2022, poco antes de las 21 horas, Fernando Sabag Montiel, infiltrado con su carro de algodón de azúcar entre la multitud que aclamaba a Fernández de Kirchner al pie de su departamento en Recoleta, en la confluencia entre Juncal y Uruguay, apuntó a la ex presidenta, accionó el gatillo pero la pistola se encasquilló.
La militancia kirchnerista hacía vigía en su casa porque grupúsculos se habían acercado a amedrentar a Cristina en agosto de 2022, tras el alegato del fiscal Diego Luciani por la Causa Vialidad con la que pedía 12 años de prisión. En ese alegato, los defensores de CFK identifican parte de la violencia simbólica, al igual que en los comentarios de muchos analistas y periodistas en las tertulias políticas televisivas. Un formato mediático que arrasa en Argentina desde hace 30 años.
Las críticas de la ex presidenta contra la instrucción por el intento de asesinarla se resumen en:
- El contenido del celular de Sabag Montiel al día siguiente del atentado y mientras el aparato estaba en poder de la jueza Capuchetti desapareció. La prueba más importante no existe. Ahora el juez ha ordenado un ¡tercer! peritaje para intentar rescatar lo que se pueda, pero dicha operación ha sido recientemente paralizada a petición de CFK, que quiere que el Estado de Israel le ayude a dicho proceso (las relaciones entre el peronismo e Israel son estrechas, aunque no al nivel de Javier Milei).
- Las supuestas organizaciones políticas en torno a los atacantes. Para el kirchnerismo, entes como Revolución Federal, que proponía “cárcel o bala” para esta tendencia peronista, deben investigarse; esta última nació nueve meses antes del intento de atentado. Uno de los dirigentes de RF incluso habló días antes de matar a Cristina en un directo en Twitter.
- El papel de Caputo. Según el entorno de Cristina, Jonathan Morel, fundador de Revolución Federal, recibió decenas de millones de pesos de la familia Caputo para “trabajos de carpintería”. Luis Caputo es el ministro de Economía y Santiago Caputo -sobrino del anterior- es el segundo asesor más importante de Milei tras su hermana Karina.
- Las palabras de Gerardo Milman, diputado nacional y mano derecha de Bullrich. Según un testigo, escuchó a Milman en el Bar Casablanca decir a dos mujeres: “Cuando la maten, voy a estar camino a la Costa”. De acuerdo con la versión K, Milman se hallaba camino de la costa en el momento del atentado.
Hay otras lagunas denunciadas por la ex mandataria: el borrado del contenido de los teléfonos de Milman y sus secretarias; o la falta de investigación a su vecina de arriba en Recoleta, Ximena Tezanos Pintos, antikirchnerista: tras el atentado, se supo que los integrantes de Revolución Federal tenían acceso al departamento de Tezanos Pinto y que habían estado dentro pero, denuncian desde el peronismo, la vinculación con el atentado nunca fue investigada
CFK, un activo político
Hasta aquí las principales causas judiciales. En el terreno político, Fernández de Kichner, voluntaria o involuntariamente, se mantiene como la principal voz de la oposición al Gobierno ultralibertario de Milei, junto con figuras en ascenso como Juan Grabois: ha hablado en actos contados ante miles de asistentes, como el histórico discurso de mayo en Quilmes donde cargó contra Milei sin leer ni un solo papel durante más de una hora. Fuera de Cristina o Grabois, el peronismo restante está más resguardado: el ex ministro de Economía Sergio Massa o el gobernador bonaerense Axel Kicillof guardan perfil bajo o directamente disputan con La Cámpora, la organización kirchnerista por excelencia, caso de Kicillof.
Como colofón, hace una semana fulminó al mayor árbol caído del país austral: el ex presidente Alberto Fernández, acusado de maltratar física y psíquicamente a su ex pareja, Fabiola Yáñez.
Alberto Fernández no fue un buen presidente. Tampoco lo fueron Mauricio Macri o Fernando De La Rúa, sólo por mencionar a los que desempeñaron su mandato en lo que va del siglo XXI. Seguramente la lista sería más larga si extendiéramos la cronología.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) August 9, 2024
Pero las imágenes que vimos…
El escrito de CFK en la red social X aún retumba: “Alberto Fernández no fue un buen presidente. Las fotos de la Sra. Fabiola Yañez con hematomas en su cuerpo y rostro junto a los chats publicados que revelan el diálogo entre ella y el expresidente, no solo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana. Permiten comprobar, una vez más y dramáticamente, la situación de la mujer en cualquier relación, se desarrolle esta en un palacio o en una choza”.
Dejó la Casa Rosada en 2015 pero está más presente que nunca.