Milei ante el Congreso que repudia
El hombre de la antipolítica habló el viernes 1 de marzo ante el mismo Congreso que calificó en más de una oportunidad como un “nido de ratas”. Fiel a su estilo disruptivo Javier Milei optó para inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso argentino a las 21 horas, y no al mediodía como es habitual. Acostumbrado a lo excéntrico exigió un atril especial para asemejar la puesta en escena nocturna a la estética estadounidense.
Durante la semana se especuló con el tono que tendría su discurso. A Milei le gusta provocar impacto con sus declaraciones y por esto se habló de que habría una “sorpresa”. Si bien criticó como siempre a los políticos que denomina “la casta”, evitó confrontar y agredir los gobernadores provinciales, que —días antes— había atacado duramente. Es más, propuso un pacto nacional con los gobernadores para ser firmado el 25 de mayo en honor al camino de la independencia de España que comenzó ese día en 1810. De esta manera Milei retomó la iniciativa política después de que fracasara su primer gran proyecto de ley enviado al Congreso, justamente por la oposición de algunos representantes provinciales. El “Pacto de Mayo” —como lo denomina— que Milei quiere firmar con los gobernadores provinciales no es más que su proyecto liberal de apertura económica. Necesita del respaldo dado que su bancada en el Congreso es tan pequeña que no le alcanza para lograr la aprobación de ninguna ley.
Milei habló ante un Congreso vallado en un desmesurado operativo de seguridad para evitar protestas porque encabeza un gobierno que quiere evitar a toda costa las protestas contra su plan de ajuste. No es casual que la noche anterior la canciller Diana Mondino asegurara que había “infiltrados de Cuba y Venezuela, especialistas en desestabilizar gobiernos”. Amén de que no aportó pruebas concretas, cabe señalar que en ninguna de las protestas populares en la región se encontraron “infiltrados” de Cuba o Venezuela. El gobierno sabe que sus medidas de ajuste son impopulares porque afectan a la mayoría de la población, aunque sostiene que “el ajuste lo pagan todos”. Desde ya que esto es falso. No existe plan de ajuste que lo paguen “todos”. Los más ricos del país no viajan en transporte público ni suelen verse afectados por la alta inflación. Es más, algunos de ellos son los generadores de la misma.
Milei es imprevisible y suele saltarse las reglas del juego de la política tradicional. Por eso en la mañana del viernes posteó un texto bíblico en hebreo —indescifrable para quienes no conocen la biblia— que permite múltiples interpretaciones. Allí nuevamente hizo referencias a Moisés y las tablas de la ley. No es la primera vez que Milei asocia su proyecto personal y político a la figura del profeta hebreo que sacó a su pueblo de Egipto y lo llevó 40 años por el desierto hasta alcanzar la tierra prometida. Más allá del posteo en sí mismo, hay que decir que Moisés se enfrentó duramente a quienes se rebelaron en su contra, y que los seguidores de Koraj (Coré en castellano) —que lideraba la revuelta— fueron tragados vivos por la tierra. Cuando se escuchan tantas voces que aseguran que Milei está dispuesto a gobernar sin el Congreso, las referencias bíblicas son para tomar en cuenta.
Milei reiteró en su discurso que la decadencia argentina es culpa de los políticos y la intervención del Estado, aunque nunca menciona las dictaduras militares que implementaron planes económicos muy similares a los que propone. Es más, vale la pena recordar que varios de los gobiernos dictatoriales en el siglo veinte suprimieron la actividad política, aquella que Milei señala como la raíz de todos los males.
La demonización de la política en el lenguaje de Milei pasa por las redes sociales. Milei apenas concede entrevistas a periodistas afines y tuitea frenéticamente. En la semana previa al discurso “hizo 3.305 likes, 1.580 retuits, y tuiteó 41 veces. Pasó aproximadamente más de 22 horas en la plataforma, es decir, casi un día entero” señala el consultor Daniel Vico. Increíble pero cierto.
En su discurso no tuvo ningún mensaje concreto para la población que está sufriendo los brutales aumentos del transporte público, los medicamentos o los servicios básicos, salvo para pedirles paciencia. Muchos de quienes lo votaron sienten que el ajuste es más fuerte de lo esperado y de lo que pueden tolerar. Por ahora lo toleran. Y con la idea del “Pacto de Mayo” Milei gana tiempo.