Ni Uribe, ni Santos, ni Duque: Petro, el presidente que más ha dignificado a los policías y soldados
Uno de los discursos utilizados por la extrema derecha mediática y política en Colombia contra el presidente progresista Gustavo Petro es que, por su pasado en la guerrilla del M-19 y su vocación de paz, ha “desarrollado un odio destructivo” contra los soldados y policías del país. De acuerdo con senadoras del Centro Democrático como María Fernanda Cabal, los únicos que han brindado bienestar para los miembros de la Fuerza Pública están las filas fascistas de la política nacional auspiciadas por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, el mismo de los falsos positivos y quien recientemente fue mencionado por el ex paramilitar Salvatore Mancuso porque supuestamente tuvo total conocimiento de la masacre del Aro, en Ituango.
Sin embargo, la realidad dista mucho de las palabras extremistas. En los gobiernos uribistas se ha perdido la confianza en los militares y policías por las doctrinas de “resultados” que derivaron en ejecuciones extrajudiciales —6.402 casos, según la Jurisdicción Especial para la Paz— y alianzas con paramilitares, o en el exterminio del “enemigo interno” que es todo aquel que se atreva a contradecir a la extrema derecha. Por cierto, esta teoría la importaron a Colombia con un neonazi chileno llamado Alexis López.
Petro ha implementado, para sorpresa de sus opositores, diferentes políticas que benefician enormemente a los uniformados en tan solo su primer año de gobierno, aunque los medios de comunicación hacen un esfuerzo descomunal para no contarlo, tergiversar o desarrollar la narrativa de destrucción de las instituciones militares como constantemente lo hace Vicky Dávila, quien tituló en uno de sus últimos artículos “alerta: el Ejército se está derrumbando” con el fin de incentivar rebeldía contra el Presidente. Así, también, lo exigió directamente el periodista de Blu Radio y columnista de El Espectador, Felipe Zuleta Lleras en su más reciente escrito:
“Los colombianos tenemos que hacer algo para detener a este exguerrillero amnistiado que 11 millones de insensatos llevaron a la Presidencia, y muy rápidamente, antes de que sea demasiado tarde. Las FF. MM. no pueden seguir arrodilladas, deben actuar conforme se los ordena la Constitución, que no contempló que el comandante en jefe fuera un demente, con desvaríos y desórdenes mentales. Es la hora de actuar y proteger la vida, honra y bienes de los colombianos, independientemente de las órdenes que den el enajenado presidente y el ministro de Defensa (...) Llegó la hora de levantarnos en contra de este régimen totalitario y peligroso”. Fuente: ElEspectador.
¿Pero cuáles son esas políticas? Acá vamos.
En septiembre del 2022 Petro envió un mensaje contundente al Ministerio de Defensa para que se articulara con la Fuerza Pública tras un atentado en el que fueron asesinados 7 policías muy jóvenes, toda vez que auxiliares sin experiencia no deben estar en zonas de alto riesgo de violencia. “Hay que cuidar esa primera juventud. Jóvenes de 18 a 20 años que prestan el servicio militar obligatorio, que tienen un nivel de experiencia bajo, no pueden estar en sitios de riesgo”, dijo. Con esto el mandatario pretendía evitar que se siga mandando como carne de cañón a muchachos que apenas iniciaban su carrera policial o simplemente no tienen la experiencia para entrar a “zonas rojas”, lo cual siempre ha dejado cientos de vidas de jóvenes perdidas.
En marzo de este año el Ministerio de Defensa emitió la resolución 0899 con la que modificó el monto de la partida de alimentación diaria de soldados, auxiliares de policía, agentes, cadetes, entre otros, pasando de $ 10.581 a $ 16.691, lo que representó un aumento de casi 58 %. Esto ha ayudado a mejorar la cantidad y tipo de alimentos que reciben.
En mayo lanzaron la “política integral de bienestar para la Fuerza Pública y sus familias”, que busca principalmente aumentar los subsidios para compra de vivienda a los que más lo necesitan, es decir soldados, infantes y agentes, quienes para 2023 podrán acceder a un monto en ese sentido de $ 47.560.000, $ 6.560.000 más que en 2022; mejorar los programas de salud, la asistencia jurídica y sicológica priorizada por las secuelas de la guerra; el incremento de los niveles educativos de soldados e infantes de marina con alfabetización, educación básica y media.
Pero no solo esto, el pasado 10 de noviembre Petro firmó el decreto 1907 mediante el cual se implementa la gratuidad del 100 % de la matrícula para educación superior en las instituciones de formación militar y de policía. Los jóvenes de bajos recursos económicos de toda Colombia accederán a programas de formación técnica, tecnológica y profesional universitaria sin pagar un solo peso. En abril del 2023 el ministro Iván Velásquez daba luces de lo que vendría en este rubro indicando que destinarán $ 10 mil millones para promover el bachillerato y $ 54 mil millones anuales para la gratuidad en las escuelas de formación.
En julio, Velásquez celebraba que el Consejo de Estado acababa de revocar una medida cautelar que suspendió el pago de la mesada 14 a veteranos de la Fuerza Pública, por lo cual venían luchando, ya que en el gobierno de Álvaro Uribe en 2005 se les había eliminado este beneficio a los que se pensionaban después de ese año o en casos específicos antes del 2011. Por lo tanto, el Ministro apoyando a los veteranos radicó en agosto un proyecto de ley para que quede establecido y sin lugar a dudas que la mesada 14 será entregada a los retirados de estas instituciones.
En septiembre el Gobierno emitió el decreto 1557 mediante el cual se aumentó del 30 % al 50 % de un salario mínimo legal mensual vigente de Colombia la bonificación que reciben quienes están prestando el servicio militar, que son 79.810 en todo el país. Se beneficiaron soldados del Ejército y Fuerza Aeroespacial; infantes de marina de la Armada; auxiliares de Policía y del INPEC que presten servicio militar.
Las anteriores son algunas de las acciones que llevan a dignificar la labor militar y de policía en Colombia y que la extrema derecha busca ocultar a como dé lugar. No obstante, personalmente considero que lo más importante es la política de “paz total” con la que esperan desarrollar acuerdos con todos los grupos ilegales posibles para evitar que más jóvenes soldados y de policía caigan en medio del conflicto armado y luego ser usados como arma política por el uribismo. Los muertos los ponen los pobres, no los poderosos que viven de la violencia.