Argentina

¿Se cae Milei?

En la última encuesta de Zubán Córdoba, se aprecia una caída sustancial de la imagen pública de Javier Milei. Si bien el presidente todavía tiene cierto potencial electoral, su descenso empieza a hacer saltar las alarmas en Casa Rosada

December 23, 2023: El legislador y nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, observa durante una conferencia de prensa en Buenos Aires el 11 de octubre de 2023, antes de las elecciones presidenciales de Argentina.,Image: 832052307, License: Rights-managed, Restrictions: * Central and South America Rights OUT *, Model Release: no, Credit line: Juan Mabromata / Zuma Press / ContactoPhoto
Javier Milei — Juan Mabromata / Zuma Press / ContactoPhoto

El informe de septiembre de la agencia argentina Zubán Córdoba es severo: el gobierno de Javier Milei, su plan económico y el propio presidente están atravesando una rotunda caída en su imagen pública. Tras asumir como jefe del Estado argentino el 10 de diciembre de 2023, el líder de La Libertad Avanza transitó un cómodo período de en torno a seis meses en el que sus medidas económicas de shock no parecían generar rechazo a su administración.

En la inicial “luna de miel” del presidente Milei, él y su ejecutivo fueron capaces de consolidar el relato del “mal necesario”, según el cual la motosierra que el Gobierno argentino aplicó contra el Estado y buena parte de las clases trabajadoras en el país respondía a un plan de choque contra las consecuencias de la etapa final del gobierno Fernández-Fernández-Massa. Su apuesta por la precarización y la economía de enclave, así como su obsesión por el superávit fiscal ━“caiga quien caiga”━ nunca lograron convencer a quienes habían votado a Sergio Massa en el ballotage, pero sí contuvieron durante el primer semestre a buena parte del electorado de Milei. Esto se percibió tanto en aquel que ya le votó en la primera vuelta como en el sector que pasó de Juntos por el Cambio a la Libertad Avanza en la segunda vuelta.

Los “libertarios” supieron valerse del comodín de la herencia recibida, en cierta medida mediante el uso de relatos con escaso sustento empírico ━como que la inflación anualizada del gobierno de Alberto Fernández iba irremediablemente encaminada a una cifra de 17.000%━. El ejército de trolls pro Milei (o “Miller”, como acostumbran a llamarle) en Twitter y otras redes, así como la tarea de portavocía no oficial de algunos medios antiperonistas como La Nación, fueron clave en el éxito relativo de esta narrativa. No obstante, como acostumbra a ocurrir con la prosa de gobierno cuado no se corresponde con la evidencia material de las clases trabajadoras y los sectores medios, eventualmente empezó a colapsar.

Los datos

Según el sondeo de Zubán Córdoba, a Javier Milei se le estarían cayendo todos los puntos de apoyo electoral sin que siquiera resista alguno. La tendencia negativa afecta al exagerado tono de lo que el oficialismo postula como éxitos, a su “batalla cultural” contra los servicios públicos, al ministro de Economía Luis Caputo, al ejecutivo en general e incluso a la figura particular de Javier Milei.

La aprobación general de la administración Milei tras casi diez meses de gestión se mantiene en un escueto 42,3%, lejos del 57,3% que desaprueba al gobierno. La caída desde abril es evidente. En aquel momento, todavía inmerso en la “luna de miel”, la diferencia entre la aprobación y la desaprobación era limitada ━47,2% vs. 52,5%, una distancia que hacía entrever una tendencia en caída pero que seguía haciendo de Milei un dirigente competitivo en términos electorales━. En la actualidad, los quince puntos de brecha entre quienes aprueban y quienes desaprueban al Ejecutivo “libertario” comienzan a señalar un devenir político poco halagüeño para La Libertad Avanza.

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Aunque todavía con tiempo y margen para revertir lo que proyectan las encuestas, lo cierto es que las perspectivas no son buenas. No solo el gobierno en sí está cayendo, sino que los ejes centrales de su manida “batalla cultural” están ofreciendo escasos éxitos en la sociología argentina. Instituciones como las universidades públicas, la sanidad pública o el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) siguen gozando de grados de confianza del 71,5%, 71,2% y 64,3% respectivamente, a pesar de los sendos recortes impulsados por el presidente Milei.

En el campo de los éxitos y las proyecciones económicas, el gobierno argentino tampoco mide bien. A la pregunta “¿Cuál es el mayor logro del gobierno de Javier Milei hasta ahora?”, el 43% de los encuestados respondió “nada/ninguno”. Además, a la pregunta sobre la dirección general del país con el plan liberal de la Casa Rosada, el 55,1% de los encuestados afirmaron que Argentina va “en la dirección incorrecta”, con un marcado descenso de la aprobación en este sentido desde el 47,1% en abril hasta el 39,5% en septiembre.

Este golpe es particularmente duro para el gobierno, quien había tratado de asentar desde los albores del mandato la idea de que “hoy estamos mal, pero mañana estaremos bien”. En gran medida, dos eran las bazas centrales del proyecto económico de Caputo y Milei en clave electoral: contener la inflación y sostener las expectativas de crecimiento económico, al menos hasta las elecciones de medio término en 2025. La baja medición en ese sentido debería caer como alarma en las filas de La Libertad Avanza, todavía en mayor medida si consideramos que el 57,5% respondieron que el país no tendrá una mejor situación económica en un año, y el 50,9% respondió eso mismo respecto a su propia economía personal/familiar.

 

Las perspectivas políticas

Con todo, las posibilidades electorales de La Libertad Avanza no están en ningún caso finiquitadas, en parte por proyección propia y en parte por el caos opositor. Aunque el 48,8% afirman tener “mucha desconfianza” en que la economía argentina mejore con Javier Milei y un 7,6% afirman tener “desconfianza”, el presidente todavía tiene cierta proyección política, y probablemente la mantenga hasta 2025 o 2027, a pesar del rechazo generalizado a varias de sus decisiones.

A modo de ejemplo, algunas de las más notables: 87,1% rechazan la restricción de entrega de medicamentos oncológicos, 84,4% rechazan eliminar medicamentos gratis para jubilados, 78% rechazan los aumentos de tarifas de luz y gas, 71,1% rechazan el veto presidencial al aumento de las jubilaciones, 69% rechazan la paralización de la obra pública… En suma, buena parte del paquete de gobierno encuentra la negativa de los encuestados, a excepción de la reducción del déficit fiscal (51,5% de apoyo) y el blanqueo de capitales (47% de apoyo).

Un 37,9% de los encuestados afirman que votarán a quien represente al gobierno de Milei, frente a un 51,1% que afirma estar convencido de votar por algún espacio opositor; un 11% se mantiene indeciso. Son números a priori insuficientes para una reelección en 2027 y para lograr un Congreso oficialista en 2025, aunque sin duda representan un suelo competitivo, al menos por ahora. La caída representada en esta encuesta ha de ponerse en perspectiva: es cierto que Milei tocó techo en el ballotage de 2023 con un 56%, pero también es cierto que apenas sumó un 30% en la primera vuelta. Un “núcleo duro” en torno al 35%, de conservarlo, es un punto de partida que permite a La Libertad Avanza disputar una reelección.

No obstante, la incógnita a estas alturas es si el líder anarcocapitalista puede recuperar al votante no convencido que le votó en la segunda vuelta únicamente para impedir una reelección del peronismo personificada en Sergio Massa. En este sentido, la reflexión del periodista Iván Schargrodsky en la newsletter Off the record del medio Cenital es ampliamente útil: “La expectativa en las dotes de mago de Milei –alentada muchas veces por él mismo– sostuvo esperanzas en resultados relativamente rápidos e imposibles de materializar, incluso al margen de las debilidades del programa económico”.

Así, Javier Milei no parece estar cumpliendo las escandalosas expectativas que puso sobre la mesa durante la campaña electoral ━“Si me dan veinte años, seremos Italia; si me dan 35, seremos Estados Unidos”━, hecho que complica un nuevo crecimiento electoral para él. No obstante, la propia indefinición interna de la oposición supone un balón de oxígeno. La Unión Cívica Radical y Juntos por el Cambio todavía están especulando en el eje oficialismo-oposición, a la espera del momento adecuado para abandonar al presidente. El peronismo, descabezado, se perfila para las elecciones legislativas en 2025 en las que deberá encontrar su nuevo suelo electoral.