La visita de diputados de Milei a genocidas de la dictadura militar en prisión agrava la crisis interna libertaria
La diputada argentina Lourdes Arrieta se dirigía este martes 27 de agosto a los medios hecha un manojo de nervios: “Acabo de formar mi propio bloque. Un monobloque. Un hecho tan delicado como encubrir delitos de la humanidad, no puedo ser parte. Esto va en contra incluso de la agenda del presidente Javier Milei”.
¿Quién es Lourdes Arrieta? 31 años y con rulos rubios característicos, es o era hasta el martes diputada por Mendoza de La Libertad Avanza, la formación del ultraderechista Javier Milei. Hija de un presunto traidor a la patria, el cabo primero Tomás Arrieta, denunciado por maltratar a sus soldados al mando en la Guerra de Malvinas y por abandonar a su suerte a un subordinado hasta provocarle la muerte, antes de julio Arrieta era conocida en Argentina por llevar en los actos públicos un patito kawaii anclados a sus rizos, una escena freak que la hizo viral.
Lo que Arrieta vivió a partir del 17 de julio forma parte de algo más serio: ese día, seis diputados de La Libertad Avanza fueron al penal de Ezeiza a visitar a varios condenados a cadena perpetua o a penas de 25 años por delitos de lesa humanidad. Inicialmente se reportó que visitaron a tres reos, el infame Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti. La trascendencia de visitar a Astiz ya era mucho: es el “Ángel de la Muerte”, el infiltrado entre las Madres de la Plaza de Mayo a las que luego traicionó y también el cobarde de la Guerra de Las Malvinas que se rindió a los ingleses en las Islas Georgias en 1982.
Días después ya se publicó una foto de los dirigentes de LLA en Ezeiza con hasta 12 represores y Lourdes Arrieta en la primera fila. Desde entonces, poco a poco todo ha ido estallando hasta convertirse en culebrón interno libertario.
La primera en hacer catarsis fue Rocío Bonacci, otra ex diputada del bloque de LLA que arremetió públicamente contra el organizador de todo aquello, el también diputado Beltrán Benedit, por ocultar el motivo del viaje hasta llegar al penal. Apenas pasaron dos días del acto, Bonacci, indignada, declaró a La Nación que “ya no se puede confiar en esta gente”, en alusión a Benedit. “Nunca dijo que íbamos a visitar represores. La invitación era para otra cosa”. Se apartó a la hora de hacer la foto.
La respuesta que ofreció Benedit a la reacción de Bonacci la podría haber dado cualquier defensor de la terrible dictadura militar (1976-1983): “Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”. Estas palabras no hicieron sino empeorar las internas del partido, que cuenta con 38 escaños en la Cámara de Diputados por 99 del bloque peronista. A pesar de su arrolladora victoria en las presidenciales de noviembre de 2023 ante Sergio Massa, las leyes de Milei para desguazar todos los servicios públicos menos los servicios de inteligencia no paran de sufrir reveses parlamentarios.
Con un Congreso tan desfavorable para el ultraderechista libertario, la bancada peronista se movilizó ante un hecho tan sensible: activó sanciones de la Cámara contra los asistentes al penal y preparó una batería de preguntas al oficialismo para la sesión del pasado 31 de julio. Para entonces, Rocío Bonacci hablaba abiertamente de romper con el bloque y apuntaba contra el presidente de la Cámara, Martín Menem —sobrino de Carlos Menem—, como instigador del encuentro con los represores.
Antes de esa sesión se le unió Lourdes Arrieta a la autocrítica a través de los micrófonos de Radio Mitre Mendoza. “Como cristiana evangélica repudio totalmente los actos de violencia y sobre todo los de lesa humanidad”. El enfado fue creciendo: “Efectivamente se piensa hacer una comisión evaluadora de conducta en la cual me pongo a disposición de todos los bloques para que se me investigue y para proporcionar toda la información que necesite tanto Unión por la Patria, como Izquierda, el Pro, radicales, todos, porque esto ha sido una estafa. Me siento estafada en mi moral”.
Al ser preguntada por Astiz, el culpable del secuestro, tortura y desaparición las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino, María Ponce de Bianco así como las dos monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, Arrieta, nacida en 1993, confesó: “Tuve que googlearlo”.
La diputada mendocina decidió que su confesión pública tenía que dar un salto judicial: presentó un escrito de 30 páginas en el Juzgado Federal de La Plata denunciando al titular del Servicio Penitenciario Federal, Fernando Martínez, al cura Javier Olivera Ravasi, a sus compañeros de bancada Benedit Beltrán, Guillermo Montenegro y Alida Ferreyra, a Francisco Sharif Menem, mano derecha —y familiar de segundo grado— de Martín Menem, y a tres abogados.
La demanda fue desestimada. Así que Lourdes Arrieta publicó en su cuenta de X los chats que según ella dan prueba del engaño colectivo para visitar a condenados por delitos de lesa humanidad.
✋🏻NO MÁS IMPUNIDAD
— Lourdes M Arrieta (@lulumicart) August 25, 2024
Como dijo el Pte @JMilei, es hora de que se sepa la verdad sobre quién autorizó y cuál era el verdadero motivo de la visita a los Genocidas. Además de contarles el papel que jugó el padre Ravasi y sus links con diputados, abogados y jueces. Abro hilo 🧵 👇🏻
El escándalo de la visita tras los chats, un regalo para la oposición en la Cámara, se ha disparado esta semana, en la que Arrieta continúa paseándose por los medios y ofreciendo explicaciones a quien le pregunte. Incluso el vocero presidencial, Manuel Adorni, ha respondido que “ella tiene la libertad de hacer lo que le parezca mejor, denunciar lo que crea conveniente y hacer de su vida lo que le plazca”. Y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha negado que su departamento tenga nada que ver con la visita.
Para aumentar la sensación de desconcierto entre los de Milei, otra diputada de LLA, Marcela Pagano, organizó en agosto, en medio de la polémica por la visita, un encuentro en homenaje a las monjas Léonie Duquet y Alice Domon, víctimas del genocida Alfredo Astiz. El acto finalmente se suspendió pero en las últimas horas el bloque de La Libertad avanza debate si expulsar a Pagano. Se espera la salida inminente de Rocío Bonacci, a la que ha defendido en los medios su padre. Por su parte, Lourdes Arrieta no ha esperado a la expulsión: este martes anunciaba su salida y la creación de una nueva formación llamada Las Fuerzas del Cielo. Un esperpento libertario que va a debilitar aún más a la bancada leal al presidente.