La Base recuerda a Fujimori

“Algunos medios titulan hoy que ‘falleció el expresidente de Perú, Alberto Fujimori’, pero lo cierto es que le faltan muchos calificativos a esos titulares. Esta noche murió un genocida, un dictador, un golpista y un esterilizador peruano. Y murió en una total impunidad”

Con motivo de su reciente defunción, el octavo capítulo de esta quinta temporada de La Base hacía un repaso de la vida y obra de Alberto Fujimori. Presidente a partir de 1990, dictador golpista desde el 92, prófugo en el 2000, la noticia de su muerte ha llenado periódicos e informativos de eufemismos sobre su “figura controvertida” y “lo dividido que deja al país entre seguidores y críticos”.

Fujimori comienza su andadura política con una sorprendente victoria electoral contra el entonces mucho más famoso Vargas Llosa. Las promesas de combatir la pobreza, la corrupción y el neoliberalismo le otorgaron un 62% del escrutinio en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. No tardó en romper las tres y ya desde el inicio de su mandato inició un brutal recorte del gasto público: despidió a 200.000 trabajadores estatales, regaló las empresas públicas a multinacionales y aplacó con violencia las protestas consecuentes. Dos años después protagonizó un autogolpe de estado al disolver el Congreso y vaciar las instituciones de opositores. Expulsó a los miembros de la Corte Suprema, al fiscal de la Nación, a los miembros del Tribunal de Garantías Constitucionales y al 20% de todos los jueces del país para sustituirlos por afines a su Gobierno.

El nuevo control dictatorial sobre el estado le permitió poner en marcha las reformas más crudas de su agenda económica y establecer un férreo control policial sobre la disidencia. Gracias a ello, pudo detener a los líderes del Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y granjearse la suficiente popularidad para volver a ganar las elecciones en 1995. Entre 1996 y 1998 su administración esterilizó forzadamente y sin su consentimiento a cerca de 300.000 mujeres pobres y de comunidades indígenas como parte de su programa de lucha contra la pobreza.

Tras una dudosa reelección en el 2000 la prensa lo expuso como protagonista de la que es quizás la mayor trama de corrupción de la historia reciente del país. Su mano derecha, Vladimir Montesinos, pactaba, compraba y extorsionaba a periodistas, políticos, empresarios y jueces recibiéndolos en su despacho con maletines llenos de dinero. Todo grabado, por supuesto, para asegurar la lealtad de los implicados. El descubrimiento de en torno a 1.500 grabaciones de esta naturaleza provocaron la fuga del presidente a Japón y su dimisión por fax.

Tras varios años huido de la justicia pudo ser procesado en 2007 y condenado a 25 años de cárcel por “toda una carta de delitos. Usurpación de funciones, abuso de autoridad, secuestro agravado, peculado doloso, sobornos, escuchas, compra ilegal de medios de comunicación, apropiación de fondos y crímenes de lesa humanidad.”, explicaba Afinogenova en el programa. Del cuarto de siglo sentenciado apenas cumplió 15 años, cinco de ellos en una celda de 800 metros cuadrados, biblioteca, jardín, taller de pintura y dormitorio. En 2023 se le indulta por segunda vez debido a su avanzada edad y el 11 de septiembre de 2024 moría en libertad, a los 86 años, en cama y acompañado por su familia.

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Alberto Fujimori no sólo recibirá honores de estado, como declaraba el Primer ministro Adrianzén, también ha recibido eufemismos e incluso alabanzas en los medios conservadores peruanos. El Comercio, uno de los principales periódicos del país, calificaba las esterilizaciones, corruptelas y crímenes del exmandatario como “luces y sombras” y su figura como “controvertida”. Philipp Butters lamentaba la muerte de Fujimori en su noticiero para el medio Willax definiendo al difunto como “el que había pacificado el Perú, el que había puesto luz al Perú”, “Fujimori le salvó la vida al Perú”.

El programa concluía extendiendo su análisis de medios al Estado español y algunos de sus principales canales. En un momento en el que la calificación “dictadura” se emplea con ligereza para referirse a Venezuela, medios como La Voz de Galicia, El Periódico e incluso RTVE evitaban emplear el vocablo para hablar de Fujimori. Decantándose por el término “autócrata”, omitían incluso detalles importantes como su condición de prófugo de la justicia a comienzos de siglo, en concreto RTVE hablaba de su “exilio” en Japón. Sin embargo, el blanqueamiento más descarado lo ejecutaba el ABC con una noticia que enfatizaba en la tristeza de sus admiradores y se expresaba en estos términos: “sus seguidores lo recuerdan con nostalgia y elogian su rol al frente del país por considerar que salvó al país del terrorismo y de la crisis económica frente a los que lo consideran un enemigo de la democracia y un adalid del refrán español ‘el fin justifica los medios’”.

La Base completaba así su crítica al legado de un dictador condenado por sus crímenes y advertía cómo este se mantiene gracias la fuerza de los medios de comunicación y su presentación interesadamente benevolente de unos hechos espantosos. “Ni son polémicas, ni son controversias, ni son luces y sombras.” remarcaba Iglesias. En suma, La Base recuerda a Fujimori recordando la cara no contada de la historia, la memoria de las víctimas y recordándonos desconfiar de la opinión publicada.


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