El cierre de Laura Arroyo

Colegas periodistas, por favor, seamos serios #ElCierre

No puede ser que, en tiempos de genocidio, sepamos más por las propias víctimas que cuelgan desesperadas los vídeos de sus familiares destrozados o sus muertos en las calles que por nuestra labor

Antena 3: Israel ha comenzado una ofensiva militar terrestre "selectiva y delimitada" en el sur del territorio libanés. Xavier Fortes ayer en 24 Horas pregunta a su especialista invitado si “se puede confirmar la penetración de Israel en el Líbano”. Telecinco da la voz a un especialista que dice que la invasión es “medida y prácticamente pactada” y Ana Terradillos no le responde absolutamente nada. Cadena Ser titula hoy diciendo que Estados Unidos enviará “unos cuantos miles de tropas” a Oriente Medio para reforzar la seguridad ante la invasión de Israel al Líbano. Se agradece que usen la palabra “invasión”, al menos, pero es curioso que su titular da a entender que se protege al invadido cuando ocurre lo contrario. Estados Unidos protege al invasor, pero hay más. The New York Times ayer, minutos antes de que Israel invadiera el Líbano, publicaba en su página web lo siguiente: “Oficiales estadounidenses creen que Israel no conducirá una invasión total del Líbano”. Esta era la noticia poco antes de saber que entraban a invadir el territorio; de hecho, la noticia es que se invadía el territorio, pero optaban por decir que no sería una invasión “total”. El Washington Post habla de “fuerzas israelíes que se mueven dentro del Líbano”, la CNN habla de “incursión terrestre”, la FOX de “limitadas acciones terrestres”, Le Monde habla de “raids terrestres limitados”, el Corriere della Sera menciona una “operación de tierra”, The Guardian señala “fuertes enfrentamientos mientras Israel apunta a Hezbolá”...

Colegas periodistas, desde hace un año omiten pronunciar la palabra ‘genocidio’ y hoy parece que se ha decidido omitir la palabra ‘invasión’ o, si se usa, se decora con matices para que parezca que invadir no es tan problemático. Un malabar discursivo que con Rusia invadiendo Ucrania nunca tuvieron que usar e hicieron bien, pero que hoy que la realidad es contundente parecen querer matizar. 

Colegas periodistas, es precisamente en estos momentos, en tiempos de régimen de guerra, de fascismos que se envalentonan, de genocidio, de limpieza étnica, de masacres y de éxodo, que tenemos un deber con las palabras porque es nuestro deber usarlas con verdad. Colegas periodistas, nuestro trabajo no es dar dos versiones de un conflicto, sino confirmar qué versión es cierta. Nuestro trabajo no es edulcorar las acciones de un estado cuando es “amigo”, sino narrar precisamente lo que está haciendo ese “amigo” si no debiera serlo. 

Colegas periodistas, han matado a más de cien de los nuestros por estar en Gaza y jugarse la vida por contar la verdad. Los han bombardeado y nos han impedido hacer nuestra labor. ¿Por qué? Porque somos importantes, porque el periodismo es clave para poner fin a las injusticias, para que la realidad se sepa en todos los rincones del mundo. No puede ser que, en tiempos de genocidio, sepamos más por las propias víctimas  que cuelgan desesperadas los vídeos de sus familiares destrozados o sus muertos en las calles que por nuestra labor. Pero en muchos casos, hemos faltado a nuestra responsabilidad y nuestro oficio y hemos abandonado a un pueblo a tener que narrarse a sí mismo mientras desde ciertas portadas se seguía diciendo “derecho a defenderse” y hoy se sigue diciendo “ataque selectivo”.

Colegas periodistas, este cierre es para ustedes, porque sé que hay quienes todavía se atreven a usar las palabras con responsabilidad, pero sobre todo con el privilegio que es ejercer nuestra labor. Es un privilegio poder contar lo que ocurre porque además es político. No les pido que tengamos la misma línea editorial. No les pido que se atrevan incluso a llamar a los corruptos por su nombre: algunas lo haremos. Les pido que tengamos el valor que nos toca en tiempos como estos en que nos quieren quitar las palabras; sin palabras no somos comunidad porque nos quitan el sentido. Es nuestro deber usarlas con verdad, cuidarlas y, sobre todo, defenderlas. El Estado de Israel está cometiendo un genocidio, Netanyahu es un criminal, Israel ha invadido el Líbano. Tres verdades que, si dijéramos más voces con el poder de un micrófono, una portada o una cámara, a lo mejor podríamos cambiar. La realidad se describe con las palabras, pero también se transforma con ellas. Elijamos qué realidad narramos porque así elegimos qué realidad queremos también construir. Colegas periodistas, por favor, es ahora cuando nos toca hacer bien nuestro trabajo. Hasta mañana.

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