El crudo testimonio de Afnan sobre la situación de su familia en Gaza
Durante una de las múltiples manifestaciones pro-Palestina organizadas en Madrid, Willy Veleta pudo conversar con Afnan, una mujer palestina cuya familia está intentando sobrevivir en Gaza ante los incesantes ataques del ejército de Israel.
“Esto es un genocidio. Es el mayor genocidio de la historia de niños, se han masacrado más de 14.00 niños en menos de 5 meses”, dice Afnan.
Para la palestina, estos ataques tienen como objetivo “hacer una limpieza étnica y eliminar la presencia de palestinos en Palestina mediante métodos genocidas, que son el exterminio, la expulsión, el robo y el expolio”. Y para llevar a cabo estos ataques, Afnan denuncia que “se están usando armas ilegales sobre la población civil” y que “se está exterminando a las personas en Gaza”.
Ante el genocidio perpetuado en Gaza, Afnan hace un llamamiento al Gobierno de España: “Lo que tenemos que pedirle al Gobierno es, en primer lugar, que rompa relaciones con Israel, que cierre la embajada israelí. No queremos tener relaciones con un régimen terrorista, genocida y asesino, que no respeta los derechos humanos y que viola las resoluciones internacionales”.
Por otro lado, también señala la compra de armas por parte de España: “No podemos comprar armas a un estado genocida que está aniquilando a la población indígena palestina. No lo podemos permitir y tenemos que decir ‘no en nuestro nombre’, exigirle al Gobierno lo que la mayoría de la sociedad española estamos pidiendo, que es que se rompan relaciones”.
Pero no solo se limita a la mera transacción de armamento, sino que esta ruptura con Israel tiene que ser en todos los ámbitos: “No queremos pertenecer a un régimen genocida blanqueado, mediante competiciones deportivas, a nivel de hermanamiento o mediante actos institucionales, no tiene cabida en nuestra sociedad”, aseguraba Afnan.
La terrible situación de los palestinos civiles en Gaza
Sobre el estado de su familia en la Franja de Gaza, Afnan explica que aquellos que quedan vivos están en una situación muy mala. “Les están bombardeando con fósforo blanco y en zonas muy cercanas donde está mi familia que queda viva, en el sur de la Franja de Gaza, en Rafah. Han matado a vecinos, amigos…”.
Los ataques del ejército israelí no tienen precedentes. “Los niños están muriendo por bombas termobáricas y sísmicas, se han probado cuatro tipos de bombas prohibidas por el derecho internacional” asegura Afanan, además de señalar que es su conjunto, estos bombardeos sumados son “como tres bombas atómicas”, y que pese a ello “siguen bombardeando la zona de Gaza”.
Afnan acusa al ejército israelí de que incluso están tirando “fósforo blanco sobre en las carpas de plástico donde los palestinos están hacinados en la frontera con Egipto”.
Además de los ataques, se suma la hambruna. “Hay madres desesperadas porque no pueden producir leche al estar desnutridas y no tienen leche de fórmula”. Sobre sus familiares, Afnan dice que incluso “hay días que no comen nada y no tienen agua potable”.
Pero también las enfermedades que están proliferando sin personal sanitario que les puedan atender por los ataques sobre hospitales y centros sanitarios. “Las personas no tienen donde acudir, hay epidemias de tifus y hepatitis A, diarreas en los pequeños que al estar desnutridos son muy vulnerables… la situación no se puede describir con palabras”.
Afnan recordaba las recientes palabras del presidente de Brasil, Lula da Silva, quien comparó el genocidio palestino con lo que les pasó a los judíos en la Segunda Guerra Mundial y su persecución. Sin embargo, para la palestina esta comparación se queda “corta”.
“Creo que la cámara de gas es más compasiva que quemar a los niños vivos con fósforo blanco y retirar de los camiones los anestésicos y los calmantes. Los médicos y el personal tienen que oír los llantos de los niños de dolor sin poder ayudarles, los quejidos 24 horas.
Es más compasiva la cámara de gas a que te caiga encima un edificio encima y estar vivo, pasando horas y horas con los cuerpos de tus hijos en descomposición a tu lado y estar muriendo lentamente, sin poder ser rescatado. Es más compasiva la cámara de gas que disparar a mujeres embarazadas, abrirles la tripa y pasar tanques por encima de ellas. Es más compasiva la cámara de gas que ver como torturan y fusilan a tus familiares delante de ti y obligarte a verlo. Es más compasiva la cámara de gas, que más de diez amputaciones al día a niños sin anestesia.
Mujeres que han caminado de norte a sur y les han disparado a sus hijos en sus brazos y les han obligado a dejar sus cuerpos en el camino, sin ni siquiera poder llevarlos consigo para enterrarlos. Para mí, es más compasiva la cámara de gas.”