Falsa cumbre de paz en Suiza #ElCierre

Cuando el presidente Gustavo Petro señala que las conclusiones del foro falso de la Paz ya están predeterminadas, dice una verdad

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Este fin de semana, representantes de casi cien países se han dado cita en Suiza, en una llamada “cumbre de paz”, donde todas las energías han ido a un específico objetivo: Legitimar a Volodimir Zelenski en la guerra derivada de la invasión de Rusia. Es decir, relegitimar y fortalecer el marco bélico a partir de una guerra que se encuentra estancada y perviviendo durante más de dos años ante la obviedad conocida desde sus inicios, no puede ganarse sin negociación. Por eso llamar “cumbre de paz” a la cita en Suiza este fin de semana tiene bastante de bulo. Ya sabemos que en las guerras, las primeras víctimas son las palabras y estamos viendo cómo en efecto “paz” es una palabra que cotiza al alza y los señores (y partidos) de la guerra intentan despojarla de significado para cubrirse con ella pese a la evidente contradicción.

Esta cumbre, por cierto, avalada y protagonizada por la OTAN, ha mostrado también la debilidad del mismo Zelenski quien, sin convocar elecciones y con fracturas internas en clave política y social, debido precisamente a la guerra y a las políticas gubernamentales para hacerle frente, necesita de la foto, del encuentro, del arrope del eje de Washington. Y lo consigue, como hace dos años. Poco se habla de cómo parar la guerra, el discurso se enfoca en cómo continuarla. La palabra “resistir” tiene más cabida que “resolver” y, sobre todo, se sigue vendiendo la ilusión de que puede “ganarse”, es decir, de que toca volcarse en sostenerla en lugar de conseguir un alto al fuego y sentarse a negociar por la paz. Más de dos años la derrota es esto: Territorios destrozados, miles de ucranianos asesinados entre el fuego cruzado, y la oportunidad de la OTAN y el eje Atlantista de construir en este escenario al otro que necesitaban para hacer del marco bélico su nueva apuesta.

No lo olvidemos, queridos amigos y amigas, no es sólo que esta guerra no se inició en febrero de 2022, es que además ha sido utilizada desde el primer momento por los Estados Unidos para rearticular su poder, venido a menos a nivel mundial, y para subalternizar a la Unión Europea en dicho camino. De ahí que en la UE no sólo el marco bélico sea la principal apuesta como vimos en la campaña de las elecciones europeas, sino que el fascismo se encuentra ahora en la mesa de toma de decisiones pues, para los aliados de Washington (o súbditos deberíamos decir), el fascismo es aceptable si es un fascismo de régimen de guerra. Cara Giorgia y todo lo demás.

El sur global, nuevamente, da las claves de por dónde toca caminar para defender la paz de verdad. Cuando el presidente Gustavo Petro señala que las conclusiones del foro falso de la Paz ya están predeterminadas, dice una verdad. Cuando señala que en América Latina no estamos de acuerdo con extender la guerra, también. De hecho, no es casual que en el sur global tengamos tan claro que las guerras del norte las pagamos sobre todo nosotras. Todos los efectos nos afectan aún más. Colonialismo que le llaman. Por supuesto, los medios tanto de derechas como de la progresía, ambos, entregados al discurso bélico y a la estrategia que nos pone en el abismo a todos los pueblos, no han tardado en señalar que Petro evita apoyar a Ucrania.

Vamos a ser honestos, amigos de Prisa, que son financiados por una empresa armamentística que se está forrando a cada minuto con esta guerra como es Indra, Petro no evita apoyar a Ucrania, Petro evita apoyar una guerra. Lo que hace es plantear una alternativa posible, y la única alternativa es la paz, pero eso sí, para que se abra camino toca tener la valentía de enfrentarse a todos estos poderes que han cedido al marco bélico, desde el poder mediático, pasando por la socialdemocracia, los verdes y también los tibios que han asumido el régimen de guerra como propio, pues reconocen que son el patio trasero de los intereses de los Estados Unidos, verdad señor ¿Gabriel Boric? Negar que la OTAN es la protagonista de esta cumbre no sólo es un bulo, es también una falta de respeto a las conciencias pacifistas de los pueblos que sabemos muy bien de lo que se van estas cumbres.

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Al igual que la del G7 que, días antes, liderada por la fascista Meloni, hizo del discurso de la guerra el eje central de toda su acción. Una guerra que ya empieza a recrudecer en libertades y derechos a los pueblos y que pagaremos nosotros y nosotras y no los líderes de los casi cien países que en esta semana han demostrado que no les interesa una alternativa.

Pero no todo está perdido cuando hay voces que se atreven a ser altavoces de la paz. El coste es alto. La factura es, muchas veces, difícil de pagar. Pero está habiendo voces por la paz que merecen no sólo ser escuchadas, sino también apoyadas. Lo dijimos tras las elecciones europeas: El nuevo orden mundial hoy tiene que ver mucho más con la guerra que con el eje izquierda-derecha. La disputa está entre régimen de guerra o internacional pacifista. Es decir, entre capitalismo de guerra o justicia social por la paz. Sus guerras son nuestras miserias. Sus guerras son nuestras muertes. Sus guerras son nuestras censuras. Recordémoslo cuando nos digan que toca claudicar y unirnos sin ningún norte claro respecto a esto que es la pregunta de nuestras vidas. Petro está siendo un faro en medio de tanto tanque dialéctico y concreto desaforado. Y no está solo.


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