Jonathan Martínez en La Base: "Todo es terrorismo"
Jonathan Martínez, analista político, periodista en Público y autor de libros como La historia oficial, ha concedido una entrevista este pasado lunes en el programa de La base, cuyo contenido iba encaminado a poner de manifiesto el abuso del término terrorismo por parte de las autoridades políticas y el Estado español como arma de deslegitimación política.
Tras analizar la relación entre ciertos periodistas o medios de comunicación y el término terrorismo, Martínez señala que la falta de consenso sobre la definición de terrorismo permite tanto a los poderes políticos como a los medios englobar actividades legítimas de la disidencia dentro de su definición: el término se emplea como una herramienta para criminalizar a disidentes y colectivos sociales, y lejos de perjudicar sólo a aquellos a los que se acusa de terrorismo, también atenta contra la credibilidad de los medios que continúan con este discurso, erosionándola.
Un ejemplo ilustrativo de este fenómeno según el entrevistado es País Vasco, que ha servido tanto de «laboratorio conceptual» para analizar el impacto de la palabra terrorista como de escenario donde emplear la terminología «terrorismo callejero» durante manifestaciones completamente legales y legítimas, en las que parece que «se aplica el Código Penal de acuerdo al código postal».
La criminalización de la protesta política ha llevado a que métodos antes reservados para grupos armados se utilicen ahora contra colectivos sociales disidentes. La infiltración policial, según Martínez, no se limita a la obtención de información, sino que también busca controlar los movimientos sociales y «generar desconfianza dentro de los propios colectivos».
La entrevista aborda la aparente desconexión entre las afirmaciones de la fiscalía, que niega la existencia de amenazas terroristas en grupos de izquierda y ecologistas, y la persistente justificación por parte del Estado español para la infiltración de agentes en movimientos sociales. Martínez sostiene que, tras la desaparición de grupos armados, se han extendido estos métodos a colectivos legítimos con el objetivo de desarticular la protesta política: «si eres calificado como terrorista no hay nada más que hablar». Puntualiza, además, en la hipocresía discursiva tanto de los medios como de los órganos de poder del Estado: «terrorismo es un corte de carreteras, pero al genocidio televisado lo apodan derecho a la legítima defensa».
Desde el programa se le pregunta si existe la posibilidad de que el uso indiscriminado del término terrorismo no sólo busque criminalizar a colectivos de izquierdas, a lo que el analista responde que además de eso, crea un tabú que impide entender las causas subyacentes y limita la capacidad de problematizar y debatir; argumenta que este tipo de conductas eliminan la capacidad de raciocinio y debate político.
La entrevista también aborda la postura del líder político Milei, quien utiliza el término terrorista para referirse a líderes de izquierda o a cualquier bloque opositor que opine diferente a él. Martínez interpreta esta posición como parte de una tendencia más amplia, haciendo hincapié en la necesidad de «evaluar la calidad democrática según la capacidad de un país para tolerar la disidencia sin recurrir a medidas de excepción», señalando la peligrosa tendencia de utilizar eventos como el 11-S para justificar recortes de derechos civiles y promover agendas políticas autoritarias.
Despojar a un término de su significado y manipularlo para poder utilizarlo como una herramienta política que pueda perjudicar la legitimidad o imagen de un grupo social o movimiento hace que todo lo diverso o complejo se «reduzca a la facilidad de la descalificación».
Puedes ver el episodio completo de La Base aquí: