Mercadona te robAGENDA 2030

Mercadona y compañía pagan céntimos por un kilo de producto a los agricultores y luego te lo venden metiéndole márgenes del 400, 500, 800, o 1000%

Los poderes mediáticos hacen un trabajo absolutamente fundamental como brazo propagandístico de las grandes patronales de los distintos sectores económicos, con el objetivo de sacar del foco la responsabilidad que tienen sus propietarios, en este caso, en los problemas de los agricultores y del modelo agrícola en general, y construir un enemigo diferente para redirigir e instrumentalizar un malestar que en realidad está provocado por los mismos sujetos y las mismas políticas que esos poderes mediáticos defienden a capa y espada.

Escuchando a un agricultor en declaraciones a Europapress, este menciona algunos de los que son los problemas reales del sector primario: habla de los precios de miseria que reciben por sus productos, a veces incluso por debajo de los costes de producción; habla también de los precios del combustible o de un comercio internacional desregulado que provoca competencia desleal. Vamos punto por punto.

El primero (el de la injusticia de una cadena alimentaria que deja márgenes de miseria, incluso pérdidas, a quienes producen los alimentos y todo el beneficio para las grandes distribuidoras, los supermercados), es algo que clama al cielo. Mercadona y compañía pagan céntimos por un kilo de producto a los agricultores y luego te lo venden metiéndole márgenes del 400, 500, 800, o 1000%.

Según COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), los plátanos se pagan a los productores a 27 céntimos por kilo y después se venden al consumidor final a 2,25 euros el kilo, más de 8 veces más caros. O los limones, que se pagan a los agricultores a 20 céntimos el kilo y después se venden en el supermercado a 1,96 euros el kilo, casi 10 veces más caros.

Te lo explicaba el propio Juan Roig, presidente de Mercadona, hace unos meses: “tiene razón, señora, hemos subido los precios una burrada; si nosotros no hubiéramos subido los precios, el desastre que hubiéramos generado en la cadena de producción hubiera sido impresionante”

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Pero ¿los supermercados como Mercadona estaban viendo asfixiados sus beneficios por la inflación y por eso tuvieron que subir los precios? Pues no. El Confidencial, marzo de 2023: “Mercadona dispara ventas a 31.041 millones tras subir precios "una burrada" y gana 718M en 2022 (+5,5%)”. Es decir, no solo no estaban perdiendo nada sino que están ganando más que nunca.

En la pasada legislatura, el Gobierno de coalición, tras meses de presión al PSOE por parte de Unidas Podemos, aprobó la llamada “Ley de la cadena alimentaria”. Fue una Ley que, aunque no era la reforma agraria ni muchísimo menos, prohibía la venta a pérdidas, es decir, que se les pague a los agricultores por sus productos menos de lo que les cuesta producirlos. Que se cumpla esa ley es una de las reivindicaciones del sector. ¿Y qué votó la derecha que hoy trata de ponerse al frente de las protestas de esos agricultores? El PP y VOX no apoyaron la ley. No apoyaron prohibir la venta a pérdidas. O dicho de otra manera, votaron a favor de que Juan Roig y compañía les puedan seguir haciendo esto que veíamos: pagarles los limones o los plátanos por debajo del coste y después obtener beneficios récord cobrándonos a nosotros 10 veces más en el supermercado.

Siguiente problema que nombraba ese agricultor en declaraciones a Europapress: “en los puertos nos entran productos con fitosanitarios que están prohibidos y luego pueden vender aquí en Europa cuando nosotros no los podemos utilizar”, decía. ¿Y qué provoca esa situación? Pues los tratados de libre comercio, las políticas neoliberales, que dejan a sectores productivos enteros a los pies de los caballos para favorecer a los grandes capitales internacionales. ¿Y qué piensan las derechas que hoy se suben al tractor insultando la inteligencia de los agricultores de los tratados de libre comercio que perjudican a todos esos agricultores?

Aquí el voto de los partidos políticos españoles a los tratados de libre comercio en el parlamento europeo:

También, el eurodiputado de VOX Hermann Tertsch escribía esto en X: “Mi voto (que también fue a favor) lo decidí seguro de que el acuerdo comercial con Vietnam ofrece muchas oportunidades para España. Que su arroz no compite como el de Camboya. No excluyo que a veces me equivoque en el voto. Pero respetable como los demás y hecho por el bien de España”.

Las derechas, a favor de todos los tratados de libre comercio que destrozan al sector primario español y europeo.

Tercer elemento que denunciaba el agricultor en sus declaraciones: los precios del combustible.

El Periódico, junio de 2022: “El Congreso convalida el tope al gas con la abstención de PP y Vox. Los partidos de derechas critican el "fracaso" de la medida”.

Maldita.es, octubre de 2022: “Cuando el PP calificó de "timo" la excepción ibérica y Feijóo dijo que la eliminaría”.

¿Prohibir pagar a los agricultores por debajo del coste de producción? ¡En contra! ¿Tratados de libre comercio global? ¡A favor! ¿Controlar los precios del combustible? ¡En contra!

Apuntando a lo que nos ocupa, que es el rol de los poderes mediáticos, ¿cómo se logra instalar la idea de que las derechas, que como estamos viendo defienden el modelo que condena a los agricultores, en realidad abanderan y representan las protestas? Pues, por un lado, sacando de la ecuación a los verdaderos enemigos del sector. “Nunca vemos a los verdaderos responsables en programas como el vuestro”, decía Fernando Valladares en una entrevista en Cuatro. Ni a las verdaderas víctimas, habría que añadir, porque tampoco se está hablando en estos días de los jornaleros o de las temporeras migrantes que sirven de mano de obra barata para que se forren las grandes explotaciones del agronegocio o Juan Roig, y que sufren todo tipo de abusos; eso tampoco existe. El sujeto más aplastado se omite, y el sujeto que aplasta, o también se omite como decía Valladares, o se defiende abiertamente:

Libremercado: “Los agricultores han aumentado sus márgenes y no los super. Los supermercados no se están aprovechando de los consumidores. Más bien el contrario. La realidad no se corresponde con el populismo que destilan los sectores más radicales de la izquierda española, que siempre han tratado de mostrar a los grandes supermercados como "despiadados capitalistas"”.

Pero la clave del trabajo ideológico de la derecha en todo esto, más allá de omitir en sus enfoques a los verdaderos enemigos del sector o de defenderlos abiertamente cuando toca, es la construcción de un enemigo alternativo contra el que dirigir la ira del campo. Por eso, cuando toca hablar de esto, la derecha mediática no te habla de Juan Roig, ni de los tratados de libre comercio, ni de los jornaleros explotados, ni de las macrogranjas, ni de los campos de golf que se llevan el agua, porque todo eso les parece estupendo. En lugar de todo eso, te hablan del espantapájaros de la “Agenda 2030”, que nadie sabe lo que es y que por ello funciona como un significante vacío similar a la “conspiración judemoasónica” franquista, y te sacan a figuras como la tal Lola Guzmán, vinculada a VOX, a la que te venden como representante de las demandas del sector, para que coloque sus mensajes: “lo que nos está arruinando es la Agenda 2030; han volado presas de pantanos; estamos en contra de las vacunas, esto es una plandemia; eso no son nubes, nos están envenenando los hijos de puta”.

En el sector hay contradicciones: hay señoritos y patronales que van con las banderitas y que hablan de la Agenda 2030, y pequeños agricultores que han sido arrastrados a esos planteamientos de los que son sus verdaderos enemigos; pero también hay trabajadores que lo tienen claro y que están manifestándose en la puerta de Mercadona. Las izquierdas harían bien en dejar de despreciar todo esto, lo cual supone precisamente hacerle el juego a la derecha, y trabajar, hacer política, para convencer a más gente en el sector de que sus enemigos no son ni los agricultores de otros países, ni la Agenda 2030, ni las vacunas del Covid. Sus enemigos son las políticas neoliberales, la desregulación, los Mercadonas que facturan lo que ellos producen, los señoritos y los grandes oligarcas del agronegocio que dicen todas esas chorradas de la Agenda 2030 para dirigir el malestar de los pequeños contra un espantapájaros mientras ellos se lo siguen llevando crudo: el agua, la tierra, el medio ambiente, los beneficios y al sector en su conjunto.


Este texto es una adaptación del análisis de Manu Levin en La Base, puedes ver el episodio completo aquí: