“Por favor, no lo llaméis golpismo judicial que solo son señores haciendo su trabajo en una democracia plena”, tuiteó la ex ministra de Igualdad y hoy candidata al Europarlamento Irene Montero sobre las declaraciones del presidente del CGPJ ilegítimo, Vicente Guilarte, diciendo que no dimitirán “salvo jubilación o fallecimiento”.
La exministra tiene toda la razón, porque los usurpadores del Consejo General del Poder Judicial, cuyo presidente dice que estarán ahí mientras el cuerpo aguante, no están haciendo nada malo: solo son un grupo de ilustres señores demócratas y apolíticos que defienden la Constitución y la separación de poderes y que se limitan a aplican la ley y a cumplirla, sobre todo a cumplirla. Esa es la conclusión a la que uno tiene que llegar si lee y escucha determinadas cosas en los grandes medios de comunicación, cuyo papel ha sido y sigue siendo fundamental en que uno de los tres poderes del Estado se haya independizado de la soberanía popular.
Vamos a empezar escuchando al protagonista de todo esto en las últimas horas, Vicente Guilarte, entrevistado por La Sexta el día del aniversario de la Constitución. Lo dicho: no tienen culpa de nada.
“¿Le produce desazón la situación, señor Guilarte?”, le pregunta María Llapart, que se la deja botando. “Si buscamos una definición de desesperanza, de impotencia, de pesimismo, sale Vicente Guilarte”, remata la sustituta de Ferreras en plató. Más bien habría que decir que te sale la foto de este señor si buscas la definición de “golpista”. Pero en fin. Así se blanquea al CGPJ okupa desde tu canal progresista favorito.
“¿Y qué va a hacer, señor Guilarte?”, le preguntaba también Llapart. “¿Qué voy a hacer? Nada, pues venir aquí” -y seguir cobrando los 151.186 euros con 20 céntimos mensuales que cobra por ese cargo ilegítimo, le faltó decir- “y ya está, y ya veremos”. Todo entre un fino y pausado sentido de la ironía y del humor que, no sé qué opinaréis, pero... same vibes:
Se dan un aire, ¿no? Solo que uno se fumaba cigarros y el otro se fuma la Constitución. Y solo que tienen bastante más vigencia los chistes de Eugenio que la legitimidad del cargo de Vicente Guilarte.
Que La Sexta dedique tres minutos de entrevista en directo a lavarle la cara a los golpistas del CGPJ no es que sea muy sorprendente tratándose de quienes se trata; una empresa que, entre otros grandes defensores de la institucionalidad y la independencia judicial, cuenta entre sus filas con Alfonso Pérez Medina: “Así las cosas, según nuestros políticos (algunos en activo y otros desde el sermón del podcast), es 'lawfare': Lo del CGPJ, Lo de la Kitchen, Lo de la Gürtel, Lo de los Pujol, Lo de Colau, Lo de las meigas porque "haberlas, haylas”, Y lo de Podemos, claro, lo de Podemos todo”, tuiteó este gran profesional.
“¡El lawfare no existe, como las meigas!” Te lo dicen los empleados de Ferreras... Y no solo los empleados de Ferreras. Ya que hablamos del apuntador oficial de la campaña judicial contra las leyes feministas, y volviendo al principio, con ese tuit de Irene Montero, vamos a recordar también lo que decían en otro gran espacio de la progresía mediática —esa que se ha preocupado tanto por el lawfare y la derecha judicial durante los 5 días de reflexión de Sánchez— cuando el lawfare se dirigía contra las leyes feministas. Carlos Navarro en la SER, con Àngels Barceló: “Los magistrados no son ni machistas, ni reaccionarios, ni nada, solo aplican la ley”. Entre defender las leyes feministas y aliarse con el golpismo judicial para hacer daño al ministerio de Igualdad, la progresía mediática tomó partido. Que no se olvide. Y, entre renovar el CGPJ para rescatarlo de su secuestro por parte de la derecha o mantenerlo como está, la progresía tomó partido también; enseguida lo veremos.
Un par de elementos más para que entendamos por qué el CGPJ está bloqueado. Ya hemos visto que no es por culpa de sus miembros, que solo son unos pobres hombres obligados a ir ahí contra su voluntad a cobrar 100.000 euros al mes. Y tampoco es culpa del PP ni del PSOE. Escuchad quién tiene la culpa, os lo van a explicar desde Mediaset dos grandes periodistas a los que nunca, nunca, nunca, han pillado mintiendo:
Ya estaban tardando, eh... Así que la culpa de que el CGPJ lleve bloqueado casi 6 años es de las diputadas de Podemos por pasar al Grupo Mixto. Pero ya sabéis que el problema de la desinformación no está en los honorables medios convencionales como Mediaset; está en “esas webs” y en “las redes sociales”. Lo dice Pedro Sánchez el reflexivo. Lo cierto es que hay más desinformación en un minuto cualquiera de un programa de Ana Terradillos que en todo internet. Pero eso, que lo del Grupo Mixto complicaba la renovación... ¿Por qué? Porque patatas. Aquí, si hay que reírse en tu cara, pues se ríe —no con el sentido del humor de Guilarte, eso sí— y si hay que mentir, pues se miente. Carlos Cuesta de Okdiario de nuevo en Telecinco:
A ver, no es por defender al PSOE —que también tiene lo suyo aquí, ahora vamos con ello—, pero todo lo que dice Carlos Cuesta es mentira. Esa proposición que esgrime, que promovió Unidas Podemos y finalmente aceptó el PSOE —y la presentaron conjuntamente—, hizo lo que decía ahí Esther Palomera: impedir que el CGPJ caducado pudiera seguir nombrando a jueces. Mentirosos profesionales invitados a todas las tertulias.
Eso sí, dicho todo esto, vamos al tema: hay que decir la verdad y es que por supuesto que elPSOE es responsable de que el CGPJ está en la situación que está. Porque podrían desbloquearlo mañana mismo si quisieran. Mañana. Tuit del periodista Fernando Valls, agosto de 2023:
“El PSOE baraja recuperar la proposición de ley para rebajar a mayoría absoluta la renovación del CGPJ si falla la primera votación de 3/5. La reforma podría formar parte de las negociaciones de investidura (que no han comenzado)”.
“El PSOE baraja recuperar la proposición de ley” que podría desbloquear el CGPJ. Agosto de 2023. Pero... nada, ahí siguen esperando. Y no desde 2023. Esa proposición a la que se refería Fernando Valls y que el PSOE podría sacar del cajón en cualquier momento no lleva desde 2023, sino desde 2020.
Pieza en La Vanguardia, también de agosto de 2023, cuando se negociaba la investidura de Sánchez:
“La renovación del Poder Judicial, objetivo prioritario si se forma un gobierno progresista” (prioritario como la derogación de la Ley Mordaza, por ejemplo). “La reforma fallida de la ley del Poder Judicial frenada a última hora por Pedro Sánchez en 2020 volverá a estar sobre la mesa si se llega a conformar una coalición progresista encabezada por el PSOE”.
“Frenada a última hora por Pedro Sánchez en 2020”. Esos son los hechos.
Con aquellas palabras, Sánchez dejó clara la verdad: está en su mano y en la de su partido desbloquear inmediatamente el CGPJ.
“Según fuentes parlamentarias, los socialistas barajan la posibilidad de rescatar el texto por el que se pretendía cambiar las mayorías para nombrar a los vocales del Poder Judicial” —continuaba La Vanguardia—. “Es la reforma que en su momento planteó Unidas Podemos para que si en una primera votación no se alcanzara la mayoría de tres quintos del Congreso (210 diputados) necesaria para elegir a los veinte vocales del CGPJ, la renovación se pudiera sacar adelante con una mayoría absoluta (176 diputados) 48 horas después de la primera votación. De esta manera, se podría garantizar el funcionamiento del órgano de gobierno de los jueces con los doce vocales elegidos por el Congreso y el Senado, aunque no hubieran podido renovarse los ocho restantes designados entre abogados y juristas, para cuya elección la Constitución prevé una mayoría reforzada”, decía La Vanguardia.
Cuatro años han pasado ya desde ese momento del que informaba La Vanguardia. El líder del PP todavía era un tal Pablo Casado. Si al presidente del Gobierno le preocupa tanto el lawfare y la cloaca que atenta contra la democracia, ¿por qué no hace lo que está en su mano para desbloquear el CGPJ? ¿Por qué lleva desde 2018, cuando llegó a La Moncloa, sin hacer absolutamente nada al respecto?
Un párrafo más de la pieza de La Vanguardia, a ver si entendemos cuáles pueden ser algunos pequeños motivos de que no hagan nada, o lo que es lo mismo, de que lleven seis años prefiriendo mantenerlo como está: “Esta reforma, por un lado, facilitaría la renovación del órgano de gobierno de los jueces, que se encuentra en funciones desde diciembre del 2018, y, por otro lado, permitiría negociar la entrada de algún vocal nombrado por Junts y ERC. Con esta maniobra, el PSOE perdería poder dentro del Consejo ya que lo que se había pactado con el PP —hasta que se rompieron las negociaciones con Pablo Casado y no se han retomado con Alberto Núñez Feijóo— era distribuirse a la mitad los vocales (proponer 10 por cada partido)”.
Aaaaaamigo. Así que si el PSOE hiciera lo que está en su mano para desbloquear el CGPJ “perdería poder dentro del Consejo” y otros sectores políticos de la sociedad española ajenos al bipartidismo podrían estar representados ahí.
¿No será que prefieren dejarlo como está porque prefieren poder seguir repartiéndoselo todo con el PP, “10 para ti y 10 para mí”?
Tiene como un poco de pinta, ¿no? Que es como: “A ver, tranquilidad. Que todo esto del 15M, Podemos, el fin del bipartidismo, no sé qué... ha sido toda una anécdota. Ya nos hemos encargado de reventarlo, calma. Ahora solo necesitamos un tiempecito más de sacar a nuestros operadores mediáticos a que hagan las peleítas con los del PP y los del PP con los del PSOE y a que sigan escurriendo el bulto unos y otros y engañando a la gente un rato más, y muy pronto todo este dolor de cabeza por fin se habrá acabado y nos podemos volver a repartir todo entre nosotros sin ningún problema”. Ese es el tema.
Y así se explica, por ejemplo, que, cuando parecía que se desbloqueaba la negociación y desde Podemos, por ejemplo, se proponía a la magistrada Vicky Rosell para ocupar un puesto en el CGPJ, viéramos titulares como este en medios como Okdiario:
Macías: «De Prada y Rosell no cumplen con la apariencia de independencia que debe tener el CGPJ”.
Pero también en medios de la progresía mediática: La Sexta, El Plural, La SER... Todos unidos para defender el espacio de poder en el que se ha atrincherado el bipartidismo en este país.
Y, en cualquier caso, insistimos: fue Pedro Sánchez el que “paró el reloj” hace ya cuatro años y puede volver a ponerlo en marcha cuando quiera. La pregunta es ¿quiere? Y la respuesta más obvia es que no. Porque si la respuesta fuera diferente, se dedicarían menos a firmar cartas a la ciudadanía y más a firmar una ley que acabe con el secuestro del Poder Judicial, en lugar de seguir con el teatrillo ridículo de pedirle públicamente al PP que por favor cumpla la constitución y tenga a bien renovar el CGPJ. Sobre todo, porque está más que constatado a lo largo de seis años que la derecha jamás va a dar ese paso voluntariamente, porque no tiene incentivos para hacerlo. Y que, cuando parecía que podían darlo, la propia derecha mediática se encargó de impedirlo.
¿O no os acordáis de aquella cabeza de caballo ensangrentada en la portada de El Mundo? “Pacto inminente del CGPJ”; “El PP teme la reacción de la derecha política, judicial y mediática” (traducción: “Feijóo, como pactéis esa mierda os vais a enterar”).
¿O no os acordáis de que Feijóo obedeció a la mafia y, una vez rompió la negociación, El Mundo cambió en su portada la cabeza de caballo ensangrentada por una caricia? “Feijóo ha demostrado que tiene valor para activar el freno de emergencia”.
¿O no os acordáis de las cosas que dijo Jiménez Losantos cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de ese pacto para renovar el CGPJ?
Basta escuchar a Jiménez Losantos para entender que el PP jamás cederá por su propia voluntad el control que mantiene sobre el Poder Judicial. Sencillamente, porque no tiene incentivos para ello. El golpismo judicial y mediático continúa. Y el “reloj” sigue “parado”, en manos del PSOE.
Este texto es una adaptación del análisis de Manu Levin en La Base, puedes ver el episodio completo aquí:
