En Argentina, “Aquellas mujeres de fuego”, música y baile flamenco sobre las mujeres de la República y la Guerra Civil
A través de la representación teatral de música y baile flamenco, “Aquellas mujeres de fuego” retrata el protagonismo que asumieron las mujeres españolas durante la II República y la Guerra Civil. Montada en la Argentina, esta obra basada en diversos ritmos recoge el legado histórico de esas maestras, sindicalistas, milicianas y trabajadoras, y su continuidad con las luchas libradas por otras mujeres en todo el mundo.
Este espectáculo, que es dirigido por Soledad Bustamante y Érica Gigena, cuenta con la participación de ocho bailaoras y cuatro instrumentistas bajo dirección de Esteban Gonda, se estrenó en septiembre del año pasado. Dada su repercusión, fue declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, se presentó una vez durante 2024 en el teatro El Cubo y ya han sido programadas nuevas funciones para el año 2025.
El baile y la música flamenca destacan en esta pieza teatral, estructurada con la interpretación en vivo de diversos ritmos tales como tanguillos, tango flamenco, percusión, abandolaos, jotas, palos, martinetes, seguidillas, nanas y otras músicas que llevan letras propias. También se interpretan canciones clásicas que interpelan los roles femeninos durante la guerra, por ejemplo, “Si me quieres escribir” en versión de Marina Rossell: “Diez mil veces que lo tiren, diez mil veces que lo haremos. Aquí estamos las mujeres, aquí estamos, compañeros”.
La obra consta de cuatro cuadros ambientados en temáticas que hacen referencia a la etapa demócrata y su contraste con la dictadura: la mujer en la sociedad, el golpe de Estado, la resistencia y, finalmente, la batalla. El primero, “La mujer moderna”, está inspirado en el lugar que adquirieron las mujeres en la vida pública bajo la II República, momento de importantes reformas con ampliación de derechos, como la Ley de Divorcio y el sufragio femenino, establecido en la Constitución Española de diciembre de 1931.
Entre las figuras femeninas representadas en este primer cuadro aparecen sindicalistas, artistas, estudiantes y maestras rurales, con el fin de recordar las campañas de alfabetización impulsadas por el Ministerio de Instrucción Pública durante la etapa republicana
No obstante, las mujeres recién lograron votar en las elecciones generales de noviembre de 1933, cuando la República comenzó a mostrar tensiones desde arriba y desde abajo. Los ritmos que acompañan esta primera parte son el tango flamenco y el tanguillo, con letras propias que recrean esta paradoja: “Y ahora que votamos, no vemos ni un duro, ganó la derecha, la izquierda es un nudo, con tener las urnas no nos conformamos, queremos más, seguimos peleando”.
Entre las figuras femeninas representadas en este primer cuadro aparecen sindicalistas, artistas, estudiantes y maestras rurales, con el fin de recordar las campañas de alfabetización impulsadas por el Ministerio de Instrucción Pública durante la etapa republicana. Se rememoran las Misiones Pedagógicas y su sección artística El Teatro del Pueblo, así como también la compañía de teatro La Barraca de Federico García Lorca. Incluso, varias de estas acciones culturales continuaron durante la Guerra Civil con las Guerrillas del Teatro promovidas por María Teresa León, proyecto que ofreció numerosas representaciones en los frentes de batalla.
“Aquellas mujeres de fuego” propone el reconocimiento de las luchas que iniciaron aquellas mujeres y su correlación en la actualidad con las resistencias femeninas ejercidas en diferentes procesos, guerras y revoluciones de todo el mundo
Con música de percusión, el segundo cuadro se titula “Un demonio” y propone un diálogo con el golpe de Estado en la Argentina, evocando las torturas y las desapariciones sucedidas a ambos lados del Atlántico. En tal sentido, desde la actuación se plantea un ejercicio de memoria y reflexión sobre la historia argentina, como también una crítica a la visión reconciliadora de las dos Españas, de vencedores y vencidos.
El tercer cuadro, “Pasionarias”, va en homenaje a la dirigente comunista Dolores Ibárruri. En esta escena, con músicas y bailes de jota, abandolaos y palos flamencos, las mujeres se unen para defender a España del fascismo para dar lugar al cuarto y último cuadro, “La batalla”. Con presencia de las milicianas, los típicos bastones del baile flamenco se transforman en armas que empuñan las integrantes de los batallones femeninos.
“Aquellas mujeres de fuego” propone el reconocimiento de las luchas que iniciaron aquellas mujeres y su correlación en la actualidad con las resistencias femeninas ejercidas en diferentes procesos, guerras y revoluciones de todo el mundo, en su lucha por la conquista de sus derechos.