‘Háblame’: el inesperado bombazo de dos youtubers con talento
Perdóneme si empiezo muy categórico: el cine de terror es el género más difícil que existe. La comedia o el musical son más fáciles de reformular que el terror, un género que tiene una caja de herramientas (de guion y visuales) muchos más limitada. Por eso lo más habitual en el terror es hacer un refrito con lo que se lleva haciendo hace décadas. O sea: otra película de sustos con trucos, giros y ejercicios de estilo copiados de cientos de filmes de psicópata asesino, casas encantadas, posesiones infernales o tablas de Ouija (el referente más directo de la película que nos ocupa).
Por eso los hermanos Danny y Michael Philippou, firmantes Háblame (que pueden ver en Prime Video) están en otra liga. Estos dos mellizos australianos, que fueron bastante macarras en su infancia y adolescencia, despuntaron grabado peleas de lucha libre en el patio de su instituto, en Adelaide, Australia. Las subieron a internet, crearon el canal de YouTube RackaRacka y lograron más de 6 millones de seguidores y millones de visualizaciones. Lo petaron.
Muy diestros en la creación artesanal de efectos especiales, los Philippou entraron en el cine gracias a los productores de Babadook, que los contrataron para trabajar en aquel exitoso (y fallido) filme de terror. Gracias a Causeway Films levantaron Háblame, que fue seleccionada en el festival de Sundance y adquirida por la prestigiosa compañía A24 para su distribución internacional. Háblame acabó recaudando en todo el mundo 92 millones de dólares y partiendo de un presupuesto de 4 millones y medio. Un bombazo.
Además, los hermanos Philippou lograron los aplausos y las bendiciones de figuras de la talla de Steven Spielberg o Stephen King y de directores de terror de moda como Jordan Peele o Ari Aster. También de sus compatriotas George Miller y Peter Jackson, que dijo de Háblame: “Implacablemente aterradora e inquietante. No solo es buena, es muy, muy buena. La mejor y más intensa película de terror que he disfrutado en años”.
La crítica también la alabó mayoritariamente. Para El País la película “logra ir más allá de los clichés de terror adolescente gracias a un inesperado pulso narrativo y una atmósfera de extraña melancolía”. Para Cinemanía resulta sorprendente que su trama “sea propia de la ópera prima de unos cineastas novatos, quienes han demostrado su amor por el cine de género”. Fotogramas habló de “una estupenda puesta de largo de Danny y Michael Philippou y de una idea lo suficientemente potente como para lucir sus dotes tras la cámara”.
Háblame es otra película con adolescentes ante un juego macabro, en este caso una mano embalsamada que invoca a espíritus. Uno de ellos dice ser la madre muerta de la protagonista (Sophie Wilde). El sistema de la mano tiene unas instrucciones claras. Uno: entrelaza tu mano y decir “háblame”. Dos: decir “te dejo entrar” y dejar que el ente se introduzca en ti. Tres: no dejar que pasen más de 90 segundos o podrá poseer tu cuerpo para siempre. Pero ¿para qué están los adolescentes? Para desobedecer las normas. Con eso ya tenemos película.
Y en este caso una entretenida película que sigue la senda de Pesadilla en El Street, cine desacomplejado y palomitero y que nada tiene que ver con estupideces tipo Smile. Tampoco es cine de terror intelectual como las muy sobrevaloradas La bruja, El faro o Midsommar, aunque no le faltan guiñosa It Follows y hasta a El Sexto Sentido. Evitando revelar nada medular de la trama para no hacer spoiler, Háblame va un poco más allá de las pelis de teenagers perseguidos por una fuerza maligna. Como en todas esas películas, aquí la desobediencia típica del adolescente también pasa factura, pero no hay solo sustos y casquería. La película aprovecha para hablar de la orfandad, el duelo y la soledad. Por algo se titula Háblame. También habla de la negación de la madurez con algo parecido al subidón que da la droga y hasta el sexo, con esos extraños que quebrantan los cuerpos y las almas de los jóvenes protagonistas.
Y todo ello con una forma muy trabajada. El sonido, el maquillaje y la fotografía de Háblame son excelentes. Y aunque no sea, ni de lejos, la grandísima película de terror que algunos nos han vendido, el de los hermanos Philippou es un buen debut. Ahora hay que esperar lo que nos depara, por supuesto, la segunda parte. Se estrena este mismo año.
Lo peor: le falta humor. Y su tercer acto, que es confuso.
Lo mejor: su duración (hora y media frente a otros pretenciosos filmes de terror de eterno metraje), la bestial escena de un niño destrozándose la cara y el plano final.
Puedes ver el tráiler de esta película aquí: