De vuelta al (libro rojo del) cole
“El libro rojo del cole” tenía en sus primeras ediciones el subtítulo de “Manual de autodefensa estudiantil para menores” y provocó en la España de la “transición” una ola represiva inconcebible
En estos días es uno de esos temas que aparece recurrentemente en programas de radio, televisión y tertulias: como popularizó una célebre cadena de grandes almacenes que siempre tuvo creativos con capacidad de lanzar mensajes publicitarios que penetraron en la psicología colectiva, la “vuelta al cole”.
Recordemos es este contexto ‘El libro rojo del cole’. Un texto que ponía en cuestión toda la estructura autoritaria, patriarcal y anquilosada del sistema educativo en occidente escrito por dos pedagogos marxistas daneses, Soren Hansen y Jesper Jensen, muy influenciados en aquel momento tanto por la visión crítica, desprejuiciada y revolucionaria del mayo francés de 1968 sobre toda la sociedad como por alguna de las ideas de la revolución cultural china sobre la crítica al academicismo. Incluso toman un término muy característico de aquellos años en China, “Tigre de papel”, aplicado con frecuencia a los modelos caducos y a las concepciones antiguas sobre la educación infantil y juvenil y de hecho, el propio título del libro ya da pistas sobre la cercanía de sus autores a posiciones maoístas.
El libro explicaba los mejores métodos para organizar una protesta colectiva
La idea básica sobre la que gravita ‘El libro rojo del cole’ es la de empoderar a los alumnos y convertirles en sujetos activos de su propio proceso educativo, cuestionando para ello la filosofía del modelo basado en la autoridad del profesor, de la dirección de los centros y escuelas y de las familias heteropatriarcales y alentando a los alumnos a rechazar esa autoridad supuestamente incontrovertible y a organizarse para conquistar el ejercicio de su libertad y de sus derechos.
El libro explicaba los mejores métodos para organizar una protesta colectiva, como enfrentar las posibles situaciones de frustración que generaba la estrechez de miras de los profesores y sus métodos ineficaces o analizar críticamente la verdadera utilidad de los exámenes como baremos para calificar el nivel de conocimiento entre las aspectos más directamente relacionados con las cuestiones escolares. Pero más allá de este ámbito, en el libro también se hablaba abiertamente de libertad sexual, de ruptura de toda clase de tabúes y cortapisas relacionadas con esta problemática, el derecho al aborto o el consumo de drogas, sobre el cual se posicionaban abiertamente partidarios de su despenalización, aunque recomendando que aunque cada uno tomase la decisión de consumirlas o no en función del ejercicio de su libertad, se hiciera estando bien informado sobre sus riesgos para la salud, apartando cualquier consideración de tipo moralista.
Leído en 2024, es evidente que gran parte de su contenido pertenece a otra época y que muchos de los problemas que señalaba en el ámbito de la educación hace años que se superaron y que los y las jóvenes han alcanzado un grado de libertad en su desarrollo personal que en 1969 parecía una auténtica utopía incluso en países teóricamente mucho más avanzados en cuando a mentalidad y progreso social como podía ser Dinamarca.
Sin embargo no deja de ser muy significativo que muchos de los problemas que para Hansen y Jensen eran un lastre que impedía la realización integral de la persona desde la escuela, 55 años después continúen existiendo, algo lógico en tanto en cuanto seguimos viviendo en un sistema capitalista, con lo cual al no haberse producido en modo una transformación de la estructura social y económica, la educación sigue siendo un medio no para crear una ciudadanía realmente informada, culta y que desarrolle masa crítica, sino piezas para la cadena de producción del sistema. Por consiguiente, los modelos educativos actuales no tienen como objetivo una ciudadanía colaborativa, que desarrolle un sentimiento de comunidad y tienda a crear espacios de convivencia y ayuda mutua, sino que la meta última es la competitividad, sobrevivir en la jungla del mercado y en el caso de las universidades privadas, formar la nueva clase empresarial dirigente a base del “sálvese quien pueda”. Exactamente igual que en 1969.
‘El libro rojo del cole’ sufrió ya en su publicación en 1969 una censura absolutamente desproporcionada que como no podía ser de otra manera, atrajo un nivel de atención y de interés hacia su contenido que muy probablemente no habría logrado si no se hubiera censurado
Con motivo de la reciente reedición de ‘El libro rojo del cole’ Soren Hansen reivindica la actualidad de su obra y denuncia que, a través de otros mecanismos, la libertad real de los y las jóvenes para elegir y decidir sobre su futuro sigue estando limitada. Tal vez no ya por un autoritarismo coactivo de imposición por la fuerza, sino por la desinformación, las fake news y la elevación de las redes sociales a la categoría de nuevas deidades cuyo poder es tan coactivo o más que el político, académico o familiar. Por ello sigue siendo muy necesaria una educación pública, de calidad, que incorpore a sus contenidos la perspectiva de género, inclusiva y que fomente la cultura y el conocimiento en aras por supuesto de poder labrarse un futuro profesional pero también en aras de construir una sociedad más solidaria y más progresista.
‘El libro rojo del cole’ sufrió ya en su publicación en 1969 una censura absolutamente desproporcionada que como no podía ser de otra manera, atrajo un nivel de atención y de interés hacia su contenido que muy probablemente no habría logrado si no se hubiera censurado. En Italia la primera edición fue secuestrada a las dos semanas de ponerse a la venta, en Francia el director de la editorial que lo publicó fue procesado judicialmente y sentenciado con pena de cárcel y en Gran Bretaña se editó mutilado, ya que, en aplicación de la ley británica de control y vigilancia de publicaciones obscenas, determinados capítulos del libro contravenían la legislación en ese ámbito y se suprimieron de la edición en inglés. Solamente ahora, en el verano de 2024 por primera vez ‘El libro rojo del cole’ ha vuelto a las librerías inglesas en su versión original sin censurar.
Particularmente en España fue extremadamente dura, llegando a extremos patéticos, la censura y la persecución contra este libro, que se publicó hace ahora 45 años, en el otoño de 1979 a través de la editorial Nuestra Cultura. Desde la derecha política y mediática, la iglesia católica e incluso desde el gobierno de la UCD se desató una campaña contra ‘El libro rojo del cole’ que parecía mucho más propia del franquismo de 1939 que de una sociedad en transición “democrática” como la que se vivía en 1979. El juez de la Audiencia Nacional Varón Cobos -años más tarde apartado de la carrera judicial por prevaricación- dictó prisión incondicional sin fianza contra los responsables de la editorial y la imprenta, el diario ultraconservador ABC exigió en un editorial la prohibición de su publicación y la retirada y destrucción de todos sus ejemplares y la edición del 26 de abril de 1980 del diario Egin fue secuestrada por orden del ministerio del interior por incluir en sus páginas centrales su primer capítulo.
Era 1979-80… ¿a que toda esta música os suena, por desgracia, muy familiar?