La izquierda francesa sí se atreve con los medios de comunicación

"Si El País escribe, sin que me hayan visto ni una vez, que soy antirrepublicano… no han discutido ni una vez conmigo de lo que es la República. ¿Un español, borbonista, va a explicarme lo que es la República a mí?"
Jean-Luc Mélenchon es entrevistado por Pablo Iglesias — Canal Red
Jean-Luc Mélenchon es entrevistado por Pablo Iglesias en el nuevo ciclo de entrevistas “A vueltas” que se emite por Canal Red — YouTube Canal Red

En las pasadas elecciones legislativas en Francia, el Nuevo Frente Popular de izquierdas resultó ser el claro ganador. En dicha coalición, la fuerza política más grande es La Francia Insumisa, capitaneada por Jean-Luc Mélenchon. En pleno terremoto en el país vecino, el día en el que cientos de miles de franceses han salido a la calle para protestar contra el golpe institucional que ha dado Emmanuel Macron —nombrando a un primer ministro de derechas con tendencia hacia la extrema derecha y rompiendo por primera vez la cláusula histórica que obligaba al presidente de la República a nombrar a un primer ministro proveniente de la fuerza más grande en la Asamblea Nacional—, Pablo Iglesias ha entrevistado en exclusiva para Canal Red al líder de los insumisos franceses.

Como las comparaciones entre la izquierda española y la que existe del otro lado de los Pirineos son enormemente habituales en los medios de comunicación de nuestro país, hoy queremos poner el foco en uno de los elementos a nuestro juicio más importantes detrás del éxito de La Francia Insumisa: su estrategia y su discurso vis à vis con los medios de comunicación. No se puede llevar a cabo un análisis certero sin analizar este punto crucial en cualquier campaña electoral y también en el día a día de la política y sin relacionarlo con las diferentes estrategias que aparecen en las diferentes partes del espacio que, en España, una vez se llamó Unidas Podemos.

Dada la profundidad, la complejidad y, al mismo tiempo, la nitidez de las palabras de Mélenchon, pensamos que la mejor manera de apreciar la estrategia mediática de LFI es acceder a sus palabras directamente. Apenas nos hemos permitido la libertad de corregir mínimamente el excelente castellano del profesor, intelectual y líder político francés respetando siempre el fondo y la intencionalidad de cada frase.


Pablo Iglesias: Para nosotros en Canal Red, los medios de comunicación son los grandes actores ideológicos en nuestras sociedades y, por lo tanto, son actores políticos. Es muy raro que los medios de comunicación, en una entrevista a un líder político, le pregunten por los medios de comunicación en tanto que rivales políticos. A nosotros sí nos gusta hacerlo. Y cuando analizábamos en La Base y en Canal Red la campaña en Francia, llamábamos la atención sobre la manera en la que medios, no solamente de derecha, sino también medios progresistas, también medios progresistas españoles como El País, etiquetaban la figura de Jean-Luc Mélenchon. Y encontrábamos expresiones como ‘antirrepublicano’,‘putinista’, ‘antisemita’, ‘rusófilo’, ‘amigo de Hamás’ o ‘figura tóxica para la izquierda’. ¿Cuáles son las estrategias que utilizáis para relacionaros con una prensa que os aplica un tipo de violencia mediática tan bestial?

El País es como Le Monde, es el diario del Partido Demócrata Norteamericano, punto. Eso abre una nueva era. ¿Cuál nueva era? Ellos no te manipulan para hacerte pensar, te manipulan para que no seas capaz de pensar

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Jean-Luc Mélenchon: Primero hay que comprenderlo, porque al inicio te parece tan enorme, tú sufres, te sientes humillado porque tú tenías confianza en estos diarios, los leías, te encontrabas con los periodistas. Es muy difícil, es muy duro. Pero hay que aceptar que ellos son las manitas de Don Dinero. Y para Don Dinero nosotros somos los diablos absolutos. Antes se decía: “su política es económicamente muy mala, porque no se construye una nación explicando que cada uno es igual del otro, porque no es verdad, hay quienes tienen méritos y otros no, etcétera, etcétera.” Pero no había, como hoy día, el insulto personal. “Antirrepublicano” para mí, que he nacido en el huevo de la República y no he tenido otro discurso en mi vida entera que la República […] “Pro-Putin”, eso bueno… ¿Quién en este país ha recibido a los oponentes de izquierdas a Putin? Nosotros pagamos su casa, pagamos el coche. Ellos hablan, pero no pagan nada. Nosotros lo hacemos. “Antisemita” es el peor de todos. Calificarnos de racistas, bueno… vidas enteras dedicadas a combatir el racismo.

Entonces, esa mala tarea de El País, de esos diarios que están bajo influencia norteamericana.  El País es como Le Monde, es el diario del Partido Demócrata Norteamericano, punto. Eso abre una nueva era. ¿Cuál nueva era? Ellos no te manipulan para hacerte pensar, te manipulan para que no seas capaz de pensar. Tú sabías que Mélenchon es un ultrarrepublicano, lo sabías de antes. Sabías que este señor es muy duro con los curas, la Iglesia Católica y todo esto. ¿Qué pasa? Entonces, ellos te dicen: “No, este señor es antirrepublicano.” Entonces, como decía Hannah Arendt, tú mientes una vez, dos veces, tres veces. La gente ve que tú mientes. Y la gente no cree en tus mentiras. No, la gente ya no cree en nada. Entonces, cuando esta mala tarea está hecha, lo que queda es un pueblo sin pensamiento. No pueden pensar. “Este hombre me parecía un poco nervioso, pero una buena persona. Mélenchon, lo conozco. Fue ministro de la Enseñanza Profesional, muy preocupado para la juventud. Y ahora me dicen que es muy malo, antisemita, racista. Bueno, ¿qué pensar? Nada. No pienso nada.” Así te manipulan. Es la primera cosa.

La segunda cosa es que no sirve de nada intentar entenderse con ellos. No sirve de nada. Hay que combatirlos. ¿Cómo? Burlándose de ellos. Enseñando a la gente. Como si toda la vida política fuera un momento de educación popular. Nosotros no somos un partido vanguardista, somos un movimiento. Y nos burlamos de ellos. Hacemos videos enseñando que dicen una cosa y la contraria un segundo después, solamente para atacarte, picarte, insultarte, humillarte. Y tener nuestros propios medios de comunicación, el video personal, las cadenas que tenemos unos y otros y que funcionan más y son más potentes que los medios de comunicación tradicionales. Te lo digo francamente.

Si El País escribe, sin que me hayan visto ni una vez, que soy antirrepublicano… no han discutido ni una vez conmigo de lo que es la República. ¿Un español, borbonista, va a explicarme lo que es la República a mí? Por favor, señores. Venga, venga, vamos a hablar y yo le voy a explicar a ustedes cuál es el color de la bandera republicana española

¿Por qué voy a la televisión? Muy poco ahora, muy poco. Voy porque nos hacen buenos vídeos. Los cortamos y los difundimos. Ellos pagan la luz, la gente, las cámaras, todo. Y pagan para que les insultemos. Como ellos nos maltratan, nosotros hacemos lo mismo. Vamos a una entrevista y le decimos: “¿Qué dice usted, señor? Pero es un mentiroso. ¿No tiene vergüenza usted, decir esto que no tiene ningún sentido?” Y el otro no sabe qué decir, porque nosotros rompemos siempre el marco. Con ellos hay que romper el marco siempre. Si tú vas a discutir, trátalos de mentiroso, porque son mentirosos. No porque tú seas maleducado, porque son mentirosos. Y la gente se ríe. Les gusta muchísimo la pelea esta en la cual el poderoso está humillado. Hay que humillar a esta gente.

Si El País escribe, sin que me hayan visto ni una vez, que soy antirrepublicano… no han discutido ni una vez conmigo de lo que es la República. ¿Un español, borbonista, va a explicarme lo que es la República a mí? Por favor, señores. Venga, venga, vamos a hablar y yo le voy a explicar a ustedes cuál es el color de la bandera republicana española. Si usted no se acuerda, yo sí, porque la tengo en mi oficina. La tengo en mi oficina. Cada día que voy a sentarme con mi ordenador, veo la bandera republicana española. Y también la cubana, es decir, cuál diablo soy. Ahora vas a entender bien de quién estás hablando.

Es decir, tú ves que esto me duele. Porque yo no me represento el mundo de esta manera. A mí me gusta que haya prensa, que haya diarios, que abrir un diario es un placer, no para ver mi fotografía, que siempre me sacan con la boca abierta. Están siempre pegándome como te lo han hecho a ti. Ninguna sonrisa, siempre la boca abierta. Tú sabes que, en las figuras tradicionales, las más antiguas, la boca abierta es la figura en el teatro antiguo de la persona que se comunica con los demonios, porque tiene la boca abierta y se ve el infierno. Entonces, ellos son ignorantes, pero nosotros no. Entonces, es un tema que nos hace sufrir.

Tú sabes cómo hablan de mí los medios de comunicación, como si fuera un diablo. Aun así, a veces la gente viene llorando y diciéndome “gracias por defendernos”

Pero si tenemos como punto de vista que ellos no tienen ningún poder, al final, ¿qué queda? El que no me ama, lee que soy lo peor de todo. ¿Qué más? Mira la fotografía y no lee, pero es que ya lo sabe. Tú puedes poner un título: “El diablo horrible está presente.” Ya lo sabía. Pero hay personas que escuchan y sopesan, a veces, te lo digo, francamente, puede ser que sean de derechas también, adversarios políticos, pero respetuosos del pensamiento del otro, como yo lo soy, del pensamiento de derechas, como filosofía de vida, como construcción intelectual que se presenta al pueblo para que elijan qué vamos a hacer en cada uno de nuestros momentos, de las etapas de la vida de la nación. Yo tengo esta forma de respeto. Ellos no. Pero la gente ve, mira. Una vez, Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, que me honra de ser su amigo, yo salía de su oficina y él veía que yo estaba un poco desmoralizado de la política francesa y me dice: “Por favor, recuerda, el pueblo te ve. El pueblo, aunque no todos tengan mucha instrucción, aunque no todos hayan cursado estudios muy importantes, son capaces de comprender enseguida que eres sincero, que no te vas a vender y que tú no tienes nada que vender. Ellos lo comprenden. No pierdas tu confianza en pueblo.” Y eso puede parecer un poco lírico o romántico, pero es una verdad tan fuerte… A veces la gente viene a verme. Tú sabes cómo hablan de mí los medios de comunicación, como si fuera un diablo. Aun así, a veces la gente viene llorando y diciéndome “gracias por defendernos”. Es así. Entonces, los medios de comunicación deben ser combatidos siempre, día y noche. No es posible entenderse con ellos.


Puedes ver la entrevista completa aquí: