"Pedro Sánchez, Hamás te agradece tus servicios"
Esta frase la publicaba ayer a primera hora de la mañana el ministro de Exteriores de Netanyahu, Israel Katz, en su cuenta en la red social X. Acompañando a la frase, un vídeo vertical, en formato TikTok, en el que se combina la bandera de España y dos personas bailando flamenco con imágenes del ataque de Hamás del 7 de octubre. Sobreimpreso a todo el metraje de la pieza audiovisual de bastante pobre factura —todo hay que decirlo—, un letrero en español: "HAMAS: GRACIAS ESPAÑA".
.@sanchezcastejon, Hamas thanks you for your service. pic.twitter.com/Pkdp5diHRX
— ישראל כ”ץ Israel Katz (@Israel_katz) May 26, 2024
No sabemos si debido al reconocimiento simbólico del Estado palestino programado para este martes o a las palabras —más tarde rectificadas por ella misma— de la vicepresidenta Yolanda Díaz (o si debido a las dos cosas), el ministro que supuestamente se ocupa de la diplomacia en el gobierno de Israel sugería públicamente que los pronunciamientos del presidente español serían una recompensa a aquellos que asesinaron a más de 1000 israelíes aquel día.
Si algo nos han enseñado los últimos casi ocho meses es que el gobierno de Sánchez no va a tomar ninguna acción ni material ni diplomática contra Israel como consecuencia de su operativa militar genocida que ha acabado ya con la vida de más de 35.000 personas, más de 15.000 de ellas niños y niñas. Incluso Margarita Robles se convertía este fin de semana en la primera dirigente del PSOE —y no una cualquiera; nada menos que la ministra de Defensa— en describir lo que está haciendo Israel en Gaza como "un auténtico genocidio", pero eso no se ha traducido ni en la suspensión de la compraventa de armas a ese país, ni en sanciones a la cúpula de Netanyahu como las que se impusieron a Putin y a su entorno, ni en la ruptura de relaciones diplomáticas… ni siquiera en dejar de considerar a Israel "un país amigo". Si combinamos las afirmaciones de Albares y Robles, estaríamos ante "un país amigo que está perpetrando un auténtico genocidio".
Sin embargo, después de contemplar cómo el gobierno de España retiraba solemnemente a la embajadora en Buenos Aires después de que Javier Milei llamase "corrupta" a la mujer de Sánchez, uno podía albergar la esperanza de que, al menos, si un genocidio no era suficiente para tomar medidas diplomáticas contra Israel, a lo mejor, si este país insultaba de alguna manera al presidente español, quizás, nuestro gobierno haría algo.
Pues no.
La reacción del ministro Albares ha sido inmediata y se ha limitado a decir que la publicación en redes sociales de su homólogo israelí es "execrable". Asunto zanjado. De esta manera, el gobierno de Netanyahu ya sabe a ciencia cierta que puede continuar asesinando niños tranquilamente y, mientras lo hace, puede también insultar impunemente al jefe del ejecutivo español. Este mismo domingo, el ministro de Exteriores del gobierno de España les ha transmitido en rueda de prensa que no piensa hacer absolutamente nada en ninguno de los dos casos.
Al mismo tiempo que todo esto tiene lugar, Pedro Sánchez, el PSOE y también su socio de coalición nos van a intentar vender sin descanso en la campaña de las elecciones europeas que la posición del gobierno respecto de Palestina es muy valiente.