Alemania va camino del estado policial a pasos agigantados
Los organizadores del congreso denuncian que "el estado alemán no quiere que señalemos y denunciemos su complicidad en el genocidio en Gaza" y, al mismo tiempo, suprimen "los derechos democráticos aquí en Alemania para silenciar las protestas de judíos y palestinos que exigen un alto el fuego y levantan sus voces contra la ocupación de Palestina". Además, denuncian que "la represión contra el movimiento de solidaridad con Palestina y la prohibición del congreso marca un nuevo nivel" ya que "el derecho fundamental a la libertad de expresión y reunión no solo se limitó, sino que se eliminó por completo durante varios días". La decisión de prohibir los discursosm adenás de ser incorrecta y peligrosa, advierten, "debería alarmar a todos los que luchan por las libertades democráticas, el antirracismo y los derechos humanos".
En la manifestación contra la prohibición del congreso había más alemanes que en otras convocatorias en solidaridad con Palestina. La prohibición ha indignado a personas que habían comprado una entrada y esperaban debates y otra mirada diferente al conflicto.
La policía ha actuado, en buena parte, de forma preventiva al cancelar todo el congreso, lo cual podría ser ilegal y los organizadores de la conferencia planean denunciarlo. El argumento para la prohibición era el riesgo de "gritos incitantes al odio, antisemitismo, apología de la violencia y actos violentos". La abogada Nadija Samour explicaba en una conferencia de prensa el sábado que "no hubo declaraciones prohibidas, la policía actuó con total arbitrariedad" y que todo el programa había sido comunicado a la policía con anterioridad y no fueron informados de que existía una prohibición contra uno de los ponentes de hablar en público en Alemania. También denunció que no se sabe aún el porqué negaron la entrada a Alemania al médico Ghassan Abu Sitteh.
Manifestación contra la prohibición del congreso sobre Palestina el sábado 13 de abril frente al ayuntamiento de la capital alemana.
Las demandas específicas de los manifestantes incluyen la revocación de la prohibición del congreso palestino, así como detener la criminalización y represión del movimiento de solidaridad con Palestina en Alemania. El cese de todo apoyo militar, diplomático y económico a Israel por parte de Alemania, junto con un embargo militar integral. Exigen también reparaciones para el pueblo palestino. Y por supuesto exigen la apertura inmediata de todos los pasos fronterizos y reclaman un alto el fuego inmediato, la retirada inmediata del ejército israelí y la aplicación del derecho al retorno de los refugiados palestinos "que ponga fin al colonialismo de asentamientos sionistas y la limpieza étnica en Palestina ocupada durante más de 76 años".
Momento de la conferencia de prensa de los organizadores del congreso sobre Palestina en que habló la abogada Nadija Samour, que ha participado en la denuncia contra el estado alemán por complicidad en el genocidio en Palestina.
Mano dura contra la crítica a la "complicidad con el genocidio"
La Ministra del Interior alemana, la socialdemócrata del SPD Nancy Faeser, no se disculpó por la actuación de las fuerzas del orden, sino todo lo contrario, con un mensaje en el que aseguraba que "es correcto y necesario que la policía de Berlín tomase medidas firmes durante el llamado congreso de palestina" y que su gobierno no va tolerar "la propaganda islamista ni el odio hacia las judías y judíos." Tanto en la preparación de la conferencia como entre los ponentes había palestinos, judíos y ciudadanos israelíes. Resulta llamativo que el movimiento en solidaridad por palestina unas veces es acusado de antisemita, otras veces de islamista y otras veces de ser de extrema izquierda y, a veces, todo al mismo tiempo, en un totum revolutumcon el objetivo de la criminalización.
"La cancelación del congreso sobre Palestina muestra que el estado alemán es incapaz de aceptar que haya personas que hablan en voz alta contra el genocidio y acusan a Alemania de complicidad en dicho genocidio", explicaba el sábado a Diario Red Wieland Hoban, compositor, traductor y presidente de la Asociación de Judíos por una Paz Justa en Oriente Medio. Su asociación se ha visto confrontada con el bloqueo de su cuenta bancaria y el delegado para el antisemitismo del gobierno alemán, Felix Klein, ha propuesto que se le retire el status de organización de utilidad pública por, supuestamente, propagar una narrativa antisemita (aunque son judíos sus miembros) y por criticar al estado de Israel. "Las medidas que están empleando son las de un estado policial y no de una democracia y su imagen en el mundo es cada vez peor", explicaba Hoban.
El portavoz de la organización medico internacional Kerem Schamberger compartía el análisis en la red social X y escribía: "Bienvenido al estado policial de Alemania" y advertía de que "quien crea que esta represión no se extenderá pronto a muchos otros ámbitos de la izquierda social es ingenuo". El escritor y profesor universitario Raul Zelik hacía también un importante apunte en dicha red social: "El giro hacia la derecha del centro no es menos peligroso que la AfD".
Alemania prohíbe a Varoufakis hablar y entrar en el país
El ex-Ministro de Finanzas griego y jefe del partido panerupero Diem25 Yannis Varoufakis afirmaba el sábado que ha recibido una comunicación del Ministerio del Interior alemán en la que se le comunica que se le prohíbe la entrada en el país y que no podrá hablar más en público, ni siquiera a través de vídeo.El Ministerio no lo ha confirmado, pero sería posible, ya que el discurso que Varoufakis quería sostener en el congreso de Palestina en Berlín y que publicó el viernes en el canal de YouTube de Diem25, contiene pasajes que contradicen la doctrina estatal alemana de no criticar el estado de Israel y de no hablar de apartheid en dicho país, por ejemplo. Varoufakis no es el único, la semana pasada cancelaron una charla de la filósofa Nancy Fraser en la Universidad de Colonia por posicionarse a favor de Palestina.
Varoufakis explicaba en dicha exposición, que la web Jacobin ha publicado en inglés, que le habría gustado "tener un debate decente, democrático y mutuamente respetuoso sobre cómo llevar la paz y los derechos humanos universales a todos: judíos y palestinos, beduinos y cristianos, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, con personas que piensan de manera diferente a nosotros". En dicha frase ya hay elementos que, para el estado alemán son problemáticos, porque según el Ministerio del Interior la frase "del río al mar" se refiere únicamente a un estado de solo palestinos, en el que los judíos tendrían que desaparecer, poniendo en peligro su existencia. Es por eso que la frase ha sido prohibida. En el contexto del texto de Varoufakis se ve claramente que no era su intención pedir la eliminación de todos los judíos de allí, pero la ley alemana no hace distinciones.
El realizador israelí Dror Dayan llamaba en la conferencia de prensa a boicotear Alemania para que artistas e intelectuales no participen en actos en el país mientras éste continúe enviando armas a Israel.
El economista cree que quieren silenciar, prohibir, demonizar y acusar a quien se opone a dicha doctrina estatal con otros argumentos. "Nos acusan de odio antisemita: Nosotros les acusamos de ser el mejor amigo del antisemita al equiparar el derecho de Israel a cometer crímenes de guerra con el derecho de los judíos israelíes a defenderse", explicaba su posición el político griego. Además, rechazaba la acusación de apoyar el terrorismo y criticaba la "equiparación de la resistencia legítima a un estado de apartheid con atrocidades contra civiles, las cuales siempre condenaré, quienquiera que las cometa: palestinos, colonos judíos, mi propia familia, quien sea". Este es uno de los puntos más controvertidos, si las actuaciones de Hamas pueden considerarse como resistencia legítima. El estado alemán es claro: no. Es terrorismo y su justificación con argumentos, apología.
La doctrina alemana: ni apartheid ni prisión al aire libre
Por otro lado, no reconoce un apartheid ni tampoco el que Gaza sea una prisión a cielo abierto, y aseguran que quienes difunden estas ideas son antisemitas. Varoufakis acusa a Alemania de "no reconocer el deber del pueblo de Gaza de derribar el muro de la prisión abierta en la que han estado encerrados durante ochenta años, y de equiparar este acto de derribar el muro de la vergüenza, que no es más defendible que el Muro de Berlín, con actos de terror". Alemania en este punto es contundente y culpan en exclusiva a las acciones armadas y a los atentados e inmolaciones de la situación de seguridad en Gaza, al tiempo que cierra un ojo con respecto a los crímenes de Israel por su culpa histórica.
Una manifestante mantiene un cartel en el que puede leerse "De nuevo es ahora: la guerra mundial" y "De nuevo es ahora: el genocidio", el sábado 13 en Berlín.
Pero es que Varoufakis no se queda ahí y acusa a la sociedad alemana de que, si bien ésta acusa al congreso de "trivializar el terror del 7 de octubre de Hamas", dicha sociedad "trivializa los ochenta años de limpieza étnica de Israel de los palestinos y la erección de un sistema de apartheid inquebrantable en todo Israel-Palestina", así como "de trivializar el apoyo a largo plazo de Benjamin Netanyahu a Hamas como un medio para destruir la solución de dos estados que decís favorecer". Asimismo acusa a Alemania de "trivializar el terror sin precedentes desencadenado por el ejército israelí sobre el pueblo de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este". Estas declaraciones son, para la gran mayoría de la opinión pública, no solo de los partidos alemanes, inaceptables, porque han aprendido otra historia sobre Israel y Palestina en los medios de comunicación, en los colegios y universidades. La culpa es únicamente de Hamas, y el resto es apología del terrorismo.
Condena de Amnistía Internacional a la prohibición del congreso sobre Palestina en Berlín.
El político también se refirió a la izquierda alemana con duras palabras: "Estamos aquí para decirles a los demócratas alemanes, incluidos nuestros antiguos camaradas de Die Linke, que se han cubierto de vergüenza durante demasiado tiempo". Cree que permiten "que Israel salga impune de crímenes de guerra" y les advierte de que ello "no va a mejorar el legado de los crímenes de Alemania contra el pueblo judío". Al mismo tiempo Varoufakis reconoce el derecho del pueblo judío a temer ser exterminado por grupos como Hamás. "Los judíos han sufrido un Holocausto que fue precedido por pogromos y un profundo antisemitismo que ha permeado Europa y las Américas durante siglos", escribe, y por ello "es natural que los israelíes vivan con el temor de un nuevo pogromo si el ejército israelí colapsa". Sin embargo, cree que no el camino para evitarlo no es el imponer lo que considera el apartheid a sus vecinos "y tratarlos como subhumanos", porque, de ese modo, se avivaría el antisemitismo y se fortalece a aquellos "palestinos e israelíes que simplemente desean aniquilarse mutuamente".
Fotografías: Carmela Negrete