Amnistía Internacional documenta y confirma los crímenes de guerra israelíes en Gaza
Amnistía Internacional ha publicado en su web el pasado 20 de octubre la esperada investigación que confirma lo que define como el “ataque cataclísmico” israelí a la Franja de Gaza. La organización ha concluido que las fuerzas armadas israelíes "no tomaron todas las precauciones posibles con antelación a los ataques, como avisar debidamente a la población civil palestina; en unos casos no hubo ningún aviso a los civiles y, en otros, los avisos emitidos fueron insuficientes”.
La secretaría general de Amnistía, Agnès Callamand, concluye en relación al trabajo desarrollado por su organización que “existen pruebas irrefutables de crímenes de guerra en la campaña de bombardeos israelí que deben investigarse con urgencia. Décadas de impunidad e injusticia, sumadas al grado de destrucción y muerte sin precedentes de la ofensiva actual, sólo pueden dar lugar a más violencia e inestabilidad en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados”.
La investigación subraya asimismo las consecuencias de los ataques a civiles en lo que define como “un desprecio escalofriante por la vida de la población civil”
El trabajo de investigación desarrollado incluye análisis y verificación de imágenes y vídeos de los ataques llevados a cabo en la zona entre el 7 y el 12 de octubre, así como entrevistas con supervivientes y testigos de los mismos. El análisis afirma que en los cinco ataques investigados “las fuerzas israelíes violaron el derecho internacional humanitario, entre otras cosas al no tomar precauciones factibles para proteger a la población civil, atacar de forma indiscriminada sin distinguir entre civiles y objetivos militares o llevar a cabo posibles ataques dirigidos contra bienes civiles”. La investigación subraya asimismo las consecuencias de los ataques a civiles en lo que define como “un desprecio escalofriante por la vida de la población civil” donde las fuerzas israelíes “han pulverizado edificios residenciales calle tras calle, matando a civiles masivamente y destruyendo infraestructuras esenciales, mientras Gaza, debido a las nuevas restricciones, se queda rápidamente sin agua, medicamentos, combustible y electricidad”.
Las cifras que arroja esta investigación son devastadoras: desde el 7 de octubre, las fuerzas israelíes han realizado miles de bombardeos aéreos en la Franja de Gaza, que han matado a más de 3.793 personas, en su mayoría civiles, y entre ellas más de 1.500 niños y niñas, según el Ministerio de Salud palestino en Gaza. Alrededor de 12.500 han resultado heridas y más de 1.000 cadáveres están aún atrapados bajo los escombros. Callamard define Gaza como “la prisión al aire libre más grande del mundo” y demanda la actuación de la comunidad internacional que “debe actuar ya para impedir que se convierta en un cementerio gigante”. Desde Amnistía Internacional solicitan a las fuerzas israelíes el fin inmediato de los ataques ilegítimos en Gaza, así como piden a los aliados de Israel deben imponer de inmediato un embargo integral de armas en vista de las graves violaciones del derecho internacional que se están cometiendo.
Pero las consecuencias de estas actuaciones no terminan en Gaza: según esta investigación, en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Oriental, 79 personas palestinas —de las cuales 20 eran menores de edad— han muerto a manos de fuerzas o colonos israelíes en pleno repunte del uso excesivo de la fuerza por el ejército israelí y escalada de la violencia de los colonos respaldada por el Estado, lo que Amnistía Internacional también está investigando.
La publicación concluye con la petición por parte de Amnistía Internacional a las autoridades israelíes de poner fin a los ataques ilegítimos y respetar el derecho internacional, permitir el acceso de ayuda humanitaria sin trabas, y levantar el embargo ilegal a Gaza, así como a rescindir “su escandalosa orden de evacuación” y permitir el acceso inmediato de una Comisión Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado para que lleve a cabo investigaciones, "incluida la recopilación de testimonios y pruebas sensibles al factor tiempo".
Asimismo, la organización insta a la comunidad internacional y, en concreto, a los aliados de Israel, incluidos Estados miembros de la UE, Estados Unidos y Reino Unido, a adoptar medidas concretas para proteger de ataques ilegítimos a la población civil de Gaza e imponer un embargo integral de armas a todas las partes en el conflicto, absteniéndose de suministrar armas y material militar a Israel, incluidas tecnologías, asistencia técnica, formación y ayuda económica y de otro tipo. Asimismo, Amnistía Internacional les emplaza a hacer un llamamiento a los Estados que suministran armas a grupos armados palestinos para que dejen de hacerlo. También exigen a los estados que se abstengan de hacer cualquier declaración que pueda, aunque sea indirectamente, "legitimar los crímenes y abusos cometidos por Israel en Gaza" y en su lugar presionen a Israel para que levante el bloqueo ilegal impuesto durante 16 años a la Franja de Gaza, “que constituye un castigo colectivo a la población civil de Gaza, un crimen de guerra y una pieza fundamental del sistema israelí de apartheid”. También confía en la comunidad internacional para garantizar que la investigación en curso de la Corte Penal Internacional sobre la situación de Palestina recibe pleno apoyo y todos los recursos necesarios.
Además, la organización demanda a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional acelerar su investigación sobre los presuntos crímenes de guerra incluyendo el crimen contra la humanidad del apartheid contra la población palestina y solicita a Hamás y otros grupos armados poner fin de inmediato a sus ataques deliberados contra civiles, el lanzamiento de cohetes de efecto indiscriminado y la toma de rehenes.