Borrell espera cerrar los detalles de la nueva misión en el mar Rojo y lanzarla en febrero
Josep Borrell ha mostrado su intención de cerrar este mismo miércoles los detalles de la operación ‘Aspides’ –del término griego aspis, que significa ‘escudo’–, la nueva misión militar europea en el Mar Rojo encargada de repeler los ataques de los hutíes a los buques comerciales.
Desde que Israel inició su asedio sobre la franja de Gaza, los hutíes –un grupo insurgente yemení que forma parte del Eje de la Resistencia anti-israelí– han realizado diversos ataques sobre los buques mercantes que transitan la ruta comercial del Mar Rojo. Esto ha provocado que los navíos deban desviarse, por lo que ha encarecido los costes de las empresas afectadas.
La UE pretende sumarse ahora a los estados que están actuando para reestablecer la normalidad en la ruta. El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores ha asegurado que la misión no participará en los ataques que EEUU y Reino Unido están llevando a cabo contra los yemeníes, pero sí responderá a los ataques de los rebeldes hutíes en el Mar Rojo para defender el tráfico comercial de la ruta.
Asimismo, Borrell ha incidido en la importancia de la misión y ha instado a los países miembros de la UE a no interferir en la realización de esta: «no todos los Estados participarán, pero nadie obstruirá. Los que no quieran participar solo tienen que echarse a un lado».
El jefe de la diplomacia europea pretende ultimar hoy mismo los detalles con los veintisiete de la UE para poder iniciar la operación militar el próximo 17 de febrero. Para que eso sea posible, en la reunión se deberá decidir qué nación lidera la misión, en qué lugar se colocan la sede y los cuarteles generales y cuáles son los medios a su disposición.
España ya ha informado de que no participará en una misión que Borrell considera necesaria para muchas empresas europeas que están viendo sus beneficios mermados por el aumento de gastos que supone tener que rodear África. El Alto Representante de la UE en el exterior también ha justificado que la operación es imprescindible para evitar el aumento del precio de los productos que llegan a Europa: «está afectando a los costes, así que está afectando a los precios y a la inflación. Es un esfuerzo natural para nosotros tratar de evitar ese riesgo».