Canal Red en Palestina: “Sólo queremos la paz. Sólo queremos vivir una vida normal. Sólo eso”
20 de noviembre. Día 45.
“Israel, siguen disparándonos. Siguen bombardeando a civiles. Al igual que hace dos semanas, dispararon a una madre con sus tres hijos y la abuela. No eran la resistencia. No eran terroristas. Eran civiles normales, eran chicas”. Es Elías un joven de 22 años, que hemos conocido esta semana en Mariajoun, pequeña localidad cristiana en el sureste de Líbano, a 3 kilómetros de la frontera con Israel y a unos 350 en línea recta de Gaza.
En un perfecto inglés nos habla de sus vivencias: “En 2006, no disparaban a civiles pero la situación se ha agravado. Disparan a todo. Hoy bombardearon una fábrica de aluminio”.
Casi seis semanas después los ataques no arremeten, ni en Líbano y tampoco en Gaza, más bien, todo lo contrario. Hemos pasado de la guerra “hasta el final” contra Hamás, a la guerra a los hospitales, para seguir, en las ultimas 48 horas, con la guerra a las escuelas y finalmente con la guerra del hambre.
Durante el fin de semana, Israel ha golpeado duramente a lo largo de toda la Franja, dejando al menos 200 victimas en dos escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA). Se ha confirmado que más de cincuenta personas perdieron la vida en uno de los ataques perpetrados contra la escuela Tal Az Zaatar en Beit Lahia, ubicada cerca de la frontera norte de la franja con Israel, según los datos recopilados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por su sigla en inglés). Testigos relataban como los cuerpos de las víctimas yacían cerca de los escritorios. Los fallecidos fueron llevados al hospital indonesio, que, hace apenas unos días, había sido declarado fuera de servicio debido a la escasez de combustible. Un equipo de la Organización Mundial de la Salud visitó brevemente el complejo y describió el centro hospitalario como una "zona de muerte".
El viernes, en una rueda de prensa, el portavoz del ejercito israelí Hagari avisó de los ataques: “estamos decididos a avanzar en nuestra operación dondequiera que esté Hamás, incluido en el sur de la Franja", dijo Hagari. Al mismo tiempo las fuerzas aéreas lanzaban desde el aire folletos avisando la población gazatí de abandonar el área de Khan Younis.
El impacto humanitario de los bombardeos y del bloqueo impuesto por Israel sobre la Franja desde el 9 de octubre han afectado gravemente la distribución de alimentos.
El informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) publicado el pasado 15 de noviembre señala que: “el bombardeo deliberado de panaderías ha dejado a la gente haciendo cola durante seis o siete horas sólo para obtener una bolsa de pan”.
El flujo de suministros se ha visto afectado, con un número significativamente menor de camiones que ingresan a Gaza en comparación con el período previo al conflicto. El número total de camiones que entraron en Gaza desde el 21 de octubre asciende a apenas 1.187. Antes de que comenzara la guerra, un promedio de 500 camiones entraban a la Franja de Gaza cada día.
Antes de la guerra, ya existían preocupaciones sobre la salud de los niños en Gaza, con el 70% enfrentando diversos problemas de salud. Sin embargo, se informa que este número ha aumentado a más del 90% como consecuencia de los recientes bombardeos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado un aumento significativo de casos de diarrea e infecciones respiratorias agudas en la Franja, y existe preocupación por la posibilidad de empeoramiento durante el invierno debido a las lluvias y las inundaciones.
Israel debe levantar el bloqueo a Gaza, “los principios humanitarios lo exigen. La ley lo requiere. La decencia básica lo exige” escribía Mark Kersten en un articulo publicado en el blog ‘Justice in conflict’ donde avanzaba una propuesta alternativa para la entrega de la ayuda humanitaria en la Franja.
“Un corredor marítimo humanitario organizado y ejecutado por una coalición de estados no implicados en las atrocidades en Israel o Gaza y organizaciones independientes, ahora mismo, puede ser la mejor manera de llevar tanto la ayuda que se necesita desesperadamente en Gaza como la gente necesitada fuera de peligro”.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo el domingo que el número de víctimas por los bombardeos de las tropas israelíes había llegado a 13.000. 5.500 niños, 3.500 mujeres, además de las 30.000 personas heridas.
En medio de una atmósfera que es notablemente similar a la que se respiraba en Estados Unidos después del ataque de las Torres Gemelas, la guerra israelí contra Hamás está tomando forma.
Miembros del gobierno Netanyahu han expresado su intención genocida hacia la población palestina. Muchos militares están celebrando la masacre en el mismo campo de batalla.
Las fuerzas armadas israelíes han llevado a cabo bombardeos sistemáticos en la Franja de Gaza, lanzando más de 25.000 toneladas de explosivos en un mes, equivalente a dos bombas nucleares.
Las mismas bombas siguen golpeando ambos lados de la frontera que divide Libano de Israel, donde vive el joven Elías. Los intensos bombardeos y los intercambios de disparos se producen a diario a lo largo de la Línea Azul, establecida por las Naciones Unidas el 7 de junio de 2000 con el propósito de evaluar la retirada de Israel del territorio libanés después de la ocupación del 1978.
En la zona oriental, según fuentes israelíes, el ejército destruyó infraestructuras pertenecientes a Hezbolá el pasado sábado. En la misma jornada, un misil israelí impactaba en una fábrica de aluminio en la localidad de Toul. Asimismo, en Kfarkela, diversas viviendas fueron blanco de lanzamientos desde Israel, aunque afortunadamente no se registraron víctimas.
Por otro lado, Hezbolá ha informado sobre el lanzamiento de decenas de bombas de mortero hacia una zona cercana a Shlomi, en la alta Galilea, que presuntamente habría ocasionado algunas víctimas. Hasta el momento, esta información no ha sido confirmada.
En un anuncio emitido por redes, Hezbolá ha reclamado los ataques: ”en apoyo al pueblo palestino en la Franja de Gaza y en apoyo a su valiente y honorable resistencia, los muyahidines de la Resistencia Islámica atacaron la tarde del domingo el Cuartel de Yiftah en el territorio ocupado desde la aldea libanesa de Quds y el emplazamiento de Al-Malikiyah”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió al grupo armado libanés a principios de esta semana que meter a prueba Israel dijo que sería el "peor error de sus vidas".
En este contexto, la vida de los libaneses del sur como Elías es un recorrido entre conflictos. “Cada tres, cuatro, cinco, seis años tenemos una guerra. La gente mayor no ha tenido paz. Todo el mundo en Líbano ha vivido la guerra”. Y siguen contando, “los jóvenes vivimos al día. La crisis económica en 2019 y ahora la guerra que se ha intensificado. El salario es muy bajo. No tenemos medicinas. Los médicos se fueron de los hospitales. El suministro de agua está cortado. Las empresas que distribuyen el agua no vienen aquí, tienen miedo. Todo el mundo tiene miedo de venir a esta región”.
Cuando le preguntamos por el futuro, nos dice: “quiero una buena economía, un lugar seguro, con buenos medicamentos, donde mis hijos puedan crecer, no como en mi adolescencia o cuando tenía cinco años. Fui testigo de la guerra en 2006. Tengo 22 años. Soy testigo ahora de otra en 2023. No quiero que vean esto. Sólo queremos la paz. Sólo queremos vivir una vida normal. Sólo eso”.
En las últimas 48 horas, seis profesionales de los medios de comunicación han perdido la vida debido a los bombardeos israelíes, incluyendo a los periodistas Sari Mansour y Hassouneh Salim. Desde el 7 de octubre, al menos 55 trabajadores de periodistas palestinos han sido asesinados. Un triste récord que no puede quedar impune.
Fotografías: Álex Zapico