“Domicidio”: un nuevo concepto que define la destrucción israelí en Gaza
A principios de este mes de diciembre, el gobierno palestino en la franja de Gaza estimaba que un 60% de sus viviendas habían sido destruídas total o parcialmente por los ataques israelíes. Las cifras no varían mucho si se consultan otras fuentes: según The Guardian, investigadores independientes cifraban en un 40% la destrucción de hogares a inicios de diciembre, incidiendo además en el millón ochocientas mil personas desplazas internamente hacia el sur de la Franja y hacinadas hoy en refugios precarios para protegerse de los ataques israelíes. Naciones Unidas cifraba en un 42% esa destrucción hace apenas un mes, calculando que unas 165.000 viviendas se habían visto afectadas, veinticinco mil de las mismas siendo directamente inhabitables por el nivel de devastación sufrido.
El equivalente en número de viviendas afectadas que presenta Naciones Unidas sería, por ejemplo, como si las ciudades de Coruña (con 135.000 viviendas según el INE) o Valladolid al completo, con 158.000 viviendas registradas aproximadamente, hubieran sido afectadas en su totalidad.
Esta destrucción masiva de infraestructuras esenciales para habitar un territorio no es casual, sino que responde a la estrategia de guerra y aniquilación israelí y tiene un nombre: “domicidio”, de raíz griega (domus, hogar). Un relator de Naciones Unidas, Balakrishnan Rajagopal, experto en vivienda y emergencias habitacionales, lidera un movimiento para que este delito sea reconocido de forma específica en el derecho internacional.
Rajagopal definió el domicilio ya en un informe de 2022 como la "destrucción deliberada de hogares, la inhabilitación de hogares o cualquier otra negación sistemática de la vivienda cuando estos actos se llevan a cabo en violación del derecho internacional y como parte de un ataque generalizado o sistemático contra cualquier población civil", si bien, reflexionaba hace poco en una entrevista, “Israel ha llevado el concepto a una escala nunca antes registrada”, afirma el propio relator, en comparación con otros conflictos recientes “incluidos Siria o Ucrania”.
El domicilio no se limita a la destrucción de las viviendas familiares, sino también, apunta, a "daños extensos a la infraestructura civil y otros edificios destinados a uso civil, como edificios religiosos u otros edificios públicos destinados a uso gubernamental", una destrucción a una escala que es, afirma, literalmente incomprensible. Rajagopal sitúa las razones detrás de este potencial crimen de guerra en la estrategia israelí de “destrucción total” como fueran los bombardeos de Dresde o las bombas nucleares de la II Guerra Mundial, que dejaron un escenario muy parecido al que actualmente devuelven las imágenes a vista de dron de la Franja de Gaza.