Israel justifica los 2500 palestinos asesinados en Rafah con la “eliminación de los batallones de Hamás en la ciudad”
Este jueves 12 de septiembre las Fuerzas de Defensa Israelí han asegurado que han desmantelado las brigadas del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que operaban en la ciudad de Rafah. Según el ejército israelí, más de 2300 terroristas que trabajaban clandestinamente han sido ejecutados, junto con el desmantelamiento de más de 13 kilómetros de túneles y redes subterráneas que conectaban con la frontera de Egipto.
La ciudad de Rafah se caracteriza por tener la mayor población de palestinos desplazados de la franja de Gaza. Desde el inicio de la invasión israelí en octubre, la población de 300.000 habitantes se ha multiplicado por cinco, alcanzando el millón y medio de palestinos procedentes de otras zonas de guerra el día del inicio de la invasión. Ubicada en la frontera con Egipto, se ha vuelto una “ciudad tapón” en la que sus habitantes no tienen ningún lugar más al que ir, a la merced de la política de contención de refugiados de Egipto y de los bombardeos israelíes.
La comunidad internacional calificó el asalto a Rafah como una “catástrofe humanitaria”
A inicios de mayo, Israel ordenó una evacuación de las zonas del este de Rafah en medio de las negociaciones de alto el fuego mediadas por Egipto y Qatar. A pesar de que Hamás aceptó las condiciones del alto el fuego, el gabinete de guerra israelí lo consideró “muy alejado a las demandas necesarias de Israel”. Cruzando hasta la “línea roja” impuesta por Joe Biden, el IDF inició la ofensiva contra Rafah el 6 de mayo de 2024.
La comunidad internacional calificó el asalto a Rafah como una “catástrofe humanitaria”. Fuentes de Europa y Naciones Unidas hicieron hincapié en la incapacidad de las zonas de refugiados para mantenerse, las cuáles carecían de recursos como alimentos, agua o medicina suficiente para mantener al millón y medio de habitantes, y calificaron la orden de evacuación como un posible crimen de guerra. Las Naciones Unidas indicaron que la ofensiva israelí ponía en peligro las vidas de cientos de miles de palestinos, y hasta el propio Estados Unidos se opuso a la ofensiva militar “sin un plan creíble y ejecutable” por parte de Israel para garantizar la seguridad de los civiles. Aún así, el ejército israelí continuó su ofensiva y comenzó los asaltos por tierra y aire a la ciudad de Rafah.
Cuatro meses más tarde, las autoridades israelíes anuncian el fin de las operaciones de Hamás en la ciudad, pero lo hacen a cambio de la destrucción masiva de la ciudad de Rafah y sus habitantes. Los 13 kilómetros de supuestos túneles utilizados por la resistencia palestina han sido inutilizados, pero no es la primera vez que esto se usa como excusa para destruir la infraestructura palestina que tardará décadas en reconstruirse. El asalto al hospital Al-Shifa, el mayor centro hospitalario que poseía la ciudad de Gaza, fue originalmente justificado por un supuesto centro de comando de Hamás que existía bajo las instalaciones. Los más de 2000 presuntos terroristas neutralizados ahora por el ejército israelí sin duda esconden la masacre que los habitantes de Rafah llevan sufriendo desde el 6 de mayo.