Media Europa devastada por inundaciones, pero para Von der Leyen el clima ya no es una prioridad
Municipio de Sierndorf, noreste de Austria. Estamos en una zona rural entre las más afectadas por las devastadoras inundaciones que desde hace días azotan Europa centro-occidental. Aquí se ha registrado una de las últimas muertes conocidas: un hombre de ochenta años se ahogó tras quedar atrapado en su casa mientras llegaba la ola de crecida.
El balance de víctimas ha ascendido a 27. La República Checa es la nación más afectada: además de los fallecidos, se reportan al menos 15.000 personas desplazadas. Le siguen Polonia y Austria, pero también se han registrado grandes inundaciones en Hungría, Rumanía y Eslovaquia. La tormenta ha sido bautizada como ‘Boris’ por los meteorólogos. La causa de su origen es el choque entre una masa de aire frío procedente del Ártico y el aire cálido del verano mediterráneo. El resultado ha sido de una violencia sin muchos precedentes: en cuatro días ha caído cinco veces la cantidad de lluvia que normalmente se registra en un mes. Uno tras otro, los sistemas de contención de agua en las áreas afectadas colapsaron y la gente empezó a morir arrastrada por las olas.
Ayer, la perturbación dejó el centro del continente para trasladarse al área mediterránea. Mientras cerramos este artículo, el epicentro del fenómeno es el norte de Italia, y específicamente Emilia-Romaña. Se trata de la misma región que hace solo un año fue golpeada por una tormenta récord. En esa ocasión murieron 17 personas, decenas de miles fueron desplazadas y los daños económicos superaron los 10 mil millones de euros. Tal vez la experiencia haya evitado, por ahora, nuevas víctimas. Ayer desbordaron los mismos ríos que provocaron el desastre de hace un año.
Sin embargo, la nueva Comisión Europea, anunciada hace pocos días, corre el riesgo de dar más pasos atrás. Las derechas continentales han salido ganadoras en las últimas elecciones, en parte gracias a lo que los analistas llaman «green backlash», la creciente hostilidad a cualquier política ecológica
«Boris, como ha sido nombrado en el sistema de reconocimiento oficial, nació como un ciclón mediterráneo», explica a Diario Red Federico Grazzini, meteorólogo que vive y trabaja en Emilia-Romaña. «Se desplazó desde su lugar de origen hacia Europa central. Nada atípico en esto: la novedad radica en el hecho de que el mar estaba muy caliente tras meses de verano tan intensos, y esto le dio más fuerza. Sobre Europa central y oriental descargó cantidades récord de agua. Luego recuperó fuerza y regresó a Italia, lo cual es inusual. En Emilia-Romaña se han batido récords de precipitaciones que se remontan al año pasado». ¿Cómo se explican estas anomalías? «Creo que el cambio climático está detrás de todo esto. Se manifiesta con mares extremadamente cargados de calor, que vuelven el sistema inestable y llenan los ciclones de vapor de agua».
La crisis climática no es una prioridad para Ursula Von der Leyen
«Estas inundaciones son un claro recordatorio de la creciente amenaza que representan los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático», dijo al diario estadounidense New York Times la secretaria general de la European Climate Research Alliance, Sissi Knispel de Acosta. Pero, a pesar del aumento de eventos meteorológicos extremos en toda Europa, muchos de ellos vinculados al calentamiento global, las políticas de transición no están entre las principales preocupaciones del establecimiento europeo. El European Green Deal, el plan para la descarbonización del continente lanzado hace ya cinco años, es considerado insuficiente por los expertos. El think-tank especializado Climate Action Tracker lo considera «no alineado» para cumplir con los Acuerdos de París, el pacto global más importante contra la crisis climática.
Sin embargo, la nueva Comisión Europea, anunciada hace pocos días, corre el riesgo de dar más pasos atrás. Las derechas continentales han salido ganadoras en las últimas elecciones, en parte gracias a lo que los analistas llaman «green backlash», la creciente hostilidad a cualquier política ecológica. Pocas horas antes del inicio de la inundación, la presidenta del gobierno italiano, Giorgia Meloni, representante de la derecha radical, prometió «corregir el Green Deal» porque «las decisiones ideológicas tomadas han sido desastrosas». La misma postura fue expresada por la presidenta Ursula Von der Leyen: «La nueva Comisión Europea y la anterior fueron establecidas en tiempos muy diferentes. La última vez, el tema del calentamiento global era una prioridad». Las nuevas prioridades, explicó la presidenta de la Comisión, son «competitividad» y «seguridad». La referencia es claramente a la guerra comercial con China y al conflicto militar en Ucrania.
Teresa Ribera, ministra del gobierno español recién nombrada comisaria europea para la transición, ha prometido «luchar para defender el Green Deal». Pero tendrá que enfrentarse a los representantes conservadores que ocupan los escaños relativos a industria, medio ambiente y clima, con un Parlamento Europeo cada vez más hostil y con las contradicciones de la propia socialdemocracia a la que pertenece, que en muchos países sigue apoyando nuevas obras fósiles. «La gestión de Teresa Ribera como Ministra de Transición Ecológica ha estado marcada por medidas más simbólicas que efectivas», explica a nuestros micrófonos Bilbo Basaterra, portavoz de la organización ecologista Futuro Vegetal. «Solo hay que ver cómo las grandes empresas cárnicas y energéticas se han beneficiado de subvenciones provenientes de los fondos NextGenerationEU para la Transición Energética».