¿Quiénes son los ejecutivos que ganan dinero con las bombas arrojadas en Gaza?
El 5 de diciembre, la Fuerza Aérea Israelí destruyó dos edificios residenciales de la ciudad de Gaza con bombas de munición de ataque directo conjunto (JDAM, por sus siglas en inglés), según una investigación de Amnistía Internacional. La noticia, por supuesto, se perdió entre los escombros informativos que se apilan alrededor de la invasión israelí a Gaza. 43 personas perdieron la vida y más de un centenar sus hogares.
“Es probable que la ofensiva de Israel haya dañado o destruido más de dos tercios de todas las estructuras en el norte de Gaza y una cuarta parte de los edificios en el área sur de Khan Younis, según un análisis de los datos del satélite Copernicus Sentinel-1 realizado por Corey Scher del Centro de Graduados CUNY y Jamon Van Den Hoek de la Universidad Estatal de Oregón, expertos en mapear los daños durante tiempos de guerra”, reportó la agencia Associated Press.
¿Quiénes son los ejecutivos que más se benefician con la venta de estas bombas que destruyen Gaza?
Veamos algunos de sus nombres.
David Colhoun, CEO de Boeing.
El fabricante de las JDAM es la empresa armamentística Boeing, investigada en Estados Unidos por las fallas de seguridad de sus aviones. El CEO de la empresa es David Colhoun, propietario además de más de 199 mil acciones de la empresa, según los registros disponibles. Al valor de mercado, sus acciones equivalen a 36 millones. Solo entre 2020 y 2022, además, Colhoun obtuvo 64 millones de dólares por parte de la empresa en “compensaciones”.
Parte de las bombas JDAM lanzadas por Israel fueron vendidas en un contrato de 2021, que incluía un kit de 1.800, por un total de 735 millones de dólares. Esta es una pequeña fracción del dinero ganado por la empresa el año pasado: una cifra estimada en más de 30 mil millones de dólares por sus ventas al Pentágono. Calhoun amasó una fortuna como antiguo ejecutivo de General Electric por 26 años, CEO de la firma Nielsen C.O, y director de operaciones del fondo de inversiones Blackstone, su último trabajo antes de Boeing.
La junta ejecutiva de la armamentística tiene como principales accionistas a los fondos financieros Blackrock, Vanguard Street y Newport Trust. También hay algunas figuras como el exejecutivo de la compañía Tim Keating, asesor de Bill Clinton y director de Asuntos Legislativos de la Casa Blanca durante su administración, quien estuvo a cargo del lobby en el Congreso estadounidense a favor de Boeing y de elaborar estrategias para atacar al sindicato de la compañía, la Sociedad de Empleados Profesionales de Ingeniería Aeroespacial.
También es accionista Leanne Garet, parte de la junta directiva de Raytheon, otra armamentística, y del fondo Blackstone. Garet es la antigua CEO de la empresa. Los fondos financieros tienen un 64% de las acciones de la empresa y las personas individuales, un 36%.
Kathy Warden, CEO de Northrop Grumman.
Northrop Grumman es la armamentística que fabricó el proyectil Heat M830A1 lanzado por un tanque israelí contra la ambulancia que iba a socorrer a la niña palestina Hind Rajab de 6 años. Su CEO es Kathy Warden, propietaria de 194 mil acciones de la compañía. Su valor supera los 87 millones de dólares. Entre 2020 y 2022, además, la ejecutiva recibió 61 millones por parte de la empresa. La armamentística, según su página, vende a Israel una amplia “variedad de armas, incluidos varios sistemas de misiles”. Warden, antes de unirse a la armamentística, fue ejecutiva de su rival General Dynamics y Veridian Corporation. Pasó una década en la junta directiva de General Electric, algo parecido al CEO de Boeing. En la actualidad, es parte de la Asociación de Industrias Aeroespaciales, la junta directiva de la empresa farmacéutica Merck & Co., Inc y de la organización Catalyst. Como experta en ciberseguridad, también formó parte del Consejo Asesor sobre Internet durante la Administración de Bill Clinton. La revista Forbes la ubicó en el puesto 38 de su lista de mujeres más “poderosas” del mundo.
Entre los principales accionistas de la armamentística, están los fondos financieros State Street Corporation, Vanguard Group, Capital International Investors, Blackrock y Morgan Stanley. Sus principales accionistas son Wesley Bush, el exCEO de Northrop Grumman, Mark Caylor, vicepresidente corporativo de la empresa, David Keffer, director financiero de la empresa, y Marianne Brown, exdirectora de operaciones. En la junta directiva destacan algunos nombres como el de Gary Roughead, exjefe de Operaciones Navales de la Marina de Estados Unidos, y Arvind Krishna, CEO de IBM.
Solo en 2022, la armamentística reportó ganancias por 33 mil millones de dólares por sus contratos con el Pentágono. Los fondos financieros tienen un 83% de las acciones mientras que las personas físicas un 17%.
Phebe Novakovic, CEO de General Dynamics.
General Dynamics, la hermana pequeña de las cinco grandes armamentísticas, ha vendido a Israel bombas como la MK 86, BLU_113 y sistemas de armas usados por aviones israelíes F-16 y F-35. La CEO de la compañía es Phebe Novakovic, propietaria de 854 mil acciones de las empresas, según los registros públicos. De acuerdo a su valor mercado, su tenencia equivale a 234 millones de dólares. Entre 2020 y 2022, la ejecutiva obtuvo 64 millones de “compensación” por parte de la empresa.
La ejecutiva tiene una particularidad que la diferencia resto: durante los años 80 fue “agente de operaciones” de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En 1992, Novakovic comenzó a trabajar en la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca y, con el tiempo, se convirtió en una de las funcionarias que supervisaba el dinero público dirigido a Defensa e Inteligencia. Cinco años después, se convirtió en asistente especial de William Cohen, secretario de Defensa de Bill Clinton, y su adjunto, John Hamre, según el reportaje La Espía en la oficina de General Dynamics. Su ex esposo, además, era Michael Vickers, un ex Boina Verde responsable de organizar el programa secreto de la CIA para financiar a los talibanes que lucharon contra la Unión Soviética en Afganistán. Mientras que su actual marido es David Morrison, antiguo lobbysta de Boeing y alto funcionario del subcomité de asignaciones de defensa de la Cámara de Representantes, a cargo de revisar los contratos de Defensa.
Hija de un oficial de la Fuerza Aérea, la ejecutiva también es parte de la junta directiva de la farmacéutica Abott Laboratories, el banco JP Morgan Chase y el influyente Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dedicado a elaborar hojas de ruta para la política exterior estadounidense. También es presidenta de la Asociación del Ejército de los Estados Unidos y de la Asociación Nacional de Familias Militares.
Entre los principales accionistas de General Dynamics están los fondos financieros Longview Asset Management, Vanguard Group, Newport Trust Company y Wellington Managment. El principal accionista individual es Charles Goodman, ex CEO de la empresa, le siguen algunos actuales empleados como el vicepresidente Kevin Graney y Gregory Gallopoulos, vicepresidente senior. En la junta directiva de General Dynamics sobresalen algunas figuras como Richard Clark, jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos entre 2019 y 2022, Laura Shumacher, Rudy Leon, subsecretario de Defensa estadounidense entre 2000 y 2001, Cecil Haney, jefe del Comando Pacífico de la Marina estadounidense entre 2012 y 2013, y Peter Wall, jefe del Estado Mayor británico entre 2010 y 2014.
El 86% de las acciones de la empresa pertenece a fondos financieros y el restante 14% a personas individuales.
Gregory Hayes, CEO de Raytheon
Raytheon es la compañía que vende los estratégicos cohetes del escudo anti misiles israelíes “Cúpula de Hierro”, desarrollado en conjunto con la armamentística Rafael. Su CEO es Gregory Hayes propietario de 801 mil acciones de la empresa, que equivalen a 85 millones de dólares al valor de mercado. Entre 2020 y 2022, Haynes, además, recibió una compensación de 63 millones por parte de la empresa. En una reunión con inversores en octubre, el ejecutivo declaró que: “Raytheon se beneficiará de los suministros a Israel y la reposición de armas a Ucrania. Seguramente aumente el presupuesto del Pentágono”.
Hayes por 21 años fue alto ejecutivo de United Technologies Corporation en puestos como director de desarrollo comercial y estrategia comercial. Hasta que la compañía inició una serie de fusiones con otras armamentísticas, como Rockwell Collins, Otis Elevator Company y Carrier Corporation. En 2020, Hayes consiguió que la Administración Trump aprobara la fusión con Raytheon creando el segundo contratista de Defensa en importancia. “Me sentaría cómodo con Greg en una trinchera”, afirmó en 2019 Lloyd Austin, antiguo miembro de la junta ejecutiva de Raytheon y actual secretario de Defensa de Joe Biden.
Entre los principales accionistas de la empresa, están los fondos de cobertura Vanguard Group, State Street Corp y BlackRock. También ejecutivos de la empresa como Eddy Shane, presidente de la subsidiaria de Raytheon, Pratt & Whitney, Dantaya Williams, jefa de Recursos Humanos de la compañía, Kevin DaSilva, vicepresidente y tesorero, y Amy Johnson, vicepresidente corporativa. En la junta directiva sobresalen figuras como Fredic Reynolds, ex ejecutivo de los conglomerados mediáticos Viacom y CBS Corporation, Robert Work, subsecretario de Defensa durante la Administración Obama, y el almirante James Winnefeld JR, ex vicepresidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.
El 87% de sus acciones pertenecen a fondos de cobertura y el 13% a personas individuales, buena parte, ejecutivos de la empresa. El año pasado, Raytheon ganó 39 mil millones de dólares en contratos con el Pentágono liderado por su antiguo gerente Lloyd Austin.
Jim Taiclet, CEO de Lockheed Martin
Algunos de los helicópteros 18 CH-53K, usados por Israel en Gaza, fueron vendidos en 2021 por Lockheed Martin, la mayor armamentística de Estados Unidos. Su CEO es Jim Taiclet, propietario de 47 mil acciones de la compañía que equivalen a un valor de mercado de 40 millones de dólares. Entre 2020 y 2022, Taiclet recibió una compensación de 66 millones de dólares según los registros fiscales de la compañía. El año pasado, Lockheed Martin ganó contratos con el Pentágono por 63 mil millones.
Taiclet fue oficial y piloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la Guerra del Golfo en los años 90. Comandó, por ejemplo, uno de los primeros aviones que trasladó a soldados estadounidenses a Arabia Saudita para participar en la Operación Tormenta del Desierto en contra del régimen iraquí de Saddam Hussein. Luego como graduado de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton, se convirtió en ejecutivo de American Tower Corporation, uno de los fideicomisos de inversión inmobiliaria (REIT) más grandes del mundo, AlliedSignal, una empresa que realiza revisión y reparación de motores y componentes de aviones en todo el mundo.
Taiclet, además, es miembro del tanque de pensamiento Consejo de Relaciones Exteriores, dedicado a elaborar hojas de ruta de la política exterior estadounidense, y del Consejo Empresarial de Estados Unidos. En una entrevista en noviembre, Taiclet afirmó que la armamentística es “capaz de duplicar su producción con la inversión adecuada del gobierno de Estados Unidos”, apalancado en sus ventas a Ucrania, Taiwán e Israel.
Entre los accionistas de Lockheed Martin están los fondos financieros State Street Corporation, Vanguard Group, Blackrock y Morgan Stanley. Algunos accionistas individuales son Tim Cahill, presidente de Missiles and Fire Contro, subsidaria de Lockheed Matin, y Sthepanie Hill, CEO de Rotary and Mission Systems, también subsidaria de la corporación. En la junta directiva aparecen algunos personas como Patricia Yarrington, antigua gerente de la petrolera Chevron, John Donovan, antiguo CEO del pulpo de telecomunicaciones AT&T, James Ellis, exdirector del Instituto de Operaciones de Energía Nuclear y almirante de la Marina estadounidense, y David Burrit, CEO de la productora de acero United States Steel Corporation.
El 73% de las acciones de estas empresas pertenecen a fondos de cobertura y un 17% a “inversores minoristas”.