La riqueza mundial cada vez en menos manos; España cada vez más empobrecida
El último informe de Oxfam revela el enorme enriquecimiento del 1% más rico de la población frente al 95% del resto de la humanidad. En España, múltiples indicadores señalan el aumento continuo de la población en riesgo de pobreza y exclusión social
El próximo martes dará comienzo el Debate General Anual de Alto Nivel de Naciones Unidas bajo el elocuente lema “No dejar a nadie atrás: actuar codo a codo para promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana en favor de las generaciones presentes y futuras”. Por este motivo, la ONG Oxfam Intermón ha presentado esta madrugada un informe analizando la extrema desigualdad en el mundo, poniendo el foco en cómo las grandes “oligarquías y corporaciones globales” acumulan cada vez más riqueza con la que emprenden nuevas formas de control sobre las economías nacionales y las decisiones políticas que toman los Estados.
Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam, ha puntualizado que incluso la capacidad de la ONU para tratar de resolver los problemas más críticos a los que se enfrenta el mundo, como la crisis climática, la pobreza o la desigualdad extrema, es cada vez menor, mientras el peso de los “ultrarricos” en la toma de decisiones aumenta cada año en favor de sus propios intereses, frustrando el progreso del resto del planeta.
El documento de la ONG es bastante desalentador. El nexo que establece entre la desigualdad económica, el poder corporativo y la influencia política está desarrollando “un movimiento hacia una oligarquía global”, en las que los multimillonarios, a través de grandes corporaciones empresariales pueden ejercer un poder dominante en la política mundial. Algunos de los ejemplos más destacados que menciona el informe son los fondos de inversión y bancos financieros State Street, BlackRock y Vanguard, que acaparan el 20% de todos los activos financieros existentes, o el caso de las grandes empresas farmacéuticas que monopolizaron las vacunas contra el Covid-19 durante la pandemia y ocasionaron más de un millón de muertes adicionales. El informe también resalta la conexión entre la crisis y aumento de la deuda soberana con la compra de deuda pública por parte de fondos buitre.
Un punto clave del informe de Oxfam habla del amable trato que reciben algunas multinacionales por parte de las naciones económicamente más poderosas, estableciéndose una especie de simbiosis entre la élite económica global y algunas élites políticas nacionales. España no se trata de un país que se vea especialmente favorecido por esas dinámicas, al menos para las clases trabajadoras. En 2022, la European Anti Poverty Network (EAPN), principal ONG de análisis y lucha contra la pobreza y la exclusión social en la Unión Europea desde 1990, señalaba a España como el cuarto país con mayor tasa de pobreza o exclusión social (tasa AROPE por sus siglas en inglés) dentro de la UE con un 26% de la población sufriendo esta condición. Esta cifra volvió a empeorar para 2023, aumentando la tasa hasta el 26,5% de la población total, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), como puede comprobarse en la tabla. El Estado español comenzaba 2024 situándose como el tercer país con mayor tasa AROPE, siendo superado tan solo por Rumanía (32%) y Bulgaria (30%). El XIV Informe sobre el Estado de la Pobreza en España que presentó en junio EAPN subrayaba que la pobreza ya alcanzaba a 12,7 millones de personas. Como se aprecia en el desglose por tablas con los datos del INE, la pobreza y la exclusión social afectaba en mayor medida a aquellas personas con menor nivel educativo (36,7%), a los menores de 16 años (34,3%) y a la población desempleada (56,7%). A nivel europeo, el riesgo de pobreza afecta más a mujeres (22,3%) que a hombres (20,3%). Algunas contradicciones también aparecen entre los diversos indicadores. Mientras la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE detallaba que el 9,3% de la población española llegaba a fin de mes “con mucha dificultad” en 2023, el informe de la EAPN señalaba que esa dificultad llegaba al 48,5%, casi la mitad de los ciudadanos.
Quizá uno de los apartados más interesantes que permite conectar el informe de Oxfam contra la “oligarquía global” con el empobrecimiento de los españoles sea el análisis de la renta. Tanto el INE como la EAPN señalan una “mejora sustancial” en cuanto a los ingresos medios en España. El primero destaca un crecimiento anual del 8,3%, mientras que la ONG apunta que la mejora es insuficiente si tenemos en cuenta el incremento de los precios de la energía, la alimentación o la vivienda. Aunque comparado con otras multinacionales todavía disten de funcionar como oligarquías globales, las grandes empresas energéticas españolas han obtenido descomunales beneficios en el primer trimestre de 2024, mientras aumentaba el número de personas en riesgo de pobreza. Iberdrola, Naturgy, Endesa o Repsol, registraban en conjunto un beneficio de más de 7.600 millones de euros, un 30% más que el año pasado.
Desde el sector alimenticio, donde el precio de productos básicos ha sufrido un incremento del 71% en el periodo 2019-2024, lo que supone serias dificultades para las familias más precarias, empresas como Mercadona aumentaban un 40% sus beneficios hasta llegar a la cifra de 1.009 millones de euros en 2023. El tercero de los grandes desafíos a los que se enfrenta España según el EAPN hace referencia a la vivienda, cada vez más asaltada por la especulación inmobiliaria y los “fondos buitre” que mencionaba el informe de Oxfam. El precio de la vivienda nueva mostraba los datos más alarmantes, con una subida del 11,2% entre abril y junio de 2024, la mayor desde el estallido de la crisis inmobiliaria en 2007. El informe parece erróneamente optimista en el caso español (y en muchos otros Estados) cuando menciona que todas las naciones “tienen interés en eliminar las concentraciones extremas de riqueza que impulsan la desigualdad política”, si ponemos el reciente ejemplo del fracaso de la Proposición de Ley para regular los alquileres de temporada la semana pasada. El rechazo a la ley por parte de PP, Vox y Junts vuelve a poner de manifiesto el poder que una parte de la élite económica sigue ejerciendo sobre la política nacional.