El País justifica que Zelenski se mantenga en el poder sin convocar elecciones
Las elecciones presidenciales ucranianas deberían celebrarse en 2024, sin embargo, éstas no parecen estar entre los planes del actual mandatario, Volodímir Zelenski. Ya en noviembre del pasado año, el presidente ucraniano se pronunció con claridad contra la posibilidad de llamar al pueblo a las urnas mientras durase la guerra, descartando la posibilidad de celebrar unas elecciones presidenciales en primavera, tal y como estaría previsto en el calendario electoral. En su lugar, instó a sus compatriotas a evitar divisiones políticas, afirmando que deben concentrar todos los recursos en la lucha contra Rusia. "Ahora, en tiempos de guerra, cuando hay tantos desafíos, es absolutamente irresponsable introducir el tema de las elecciones en la sociedad de una manera ligera y juguetona", dijo Zelenski, añadiendo que "las olas de cualquier cosa políticamente divisiva deben detenerse".
Para el mandatario, las voces que demandan elecciones —y que podrían terminar con sus 5 años al frente del país— buscan generar fracturas sociales y minar los esfuerzos ucranianos en el campo de batalla. "Debemos comprender que ahora es el tiempo de la defensa, el tiempo de la batalla que determina el destino del estado y del pueblo, no el tiempo de manipulaciones, que solo Rusia espera de Ucrania", dijo Zelenski el pasado otoño: "Creo que ahora no es el momento adecuado para las elecciones". Una sombría entrevista en The Economist a principios de 2024 reafirmaba recientemente su postura y planteaba, de hecho, una dicotomía: o guerra, o elecciones. Así, el mandatario evitaba poner el acento en la crisis política interna que vive el país: “Esta es una decisión que los ucranianos tendrán que tomar. Si seguimos centrados en la política interna, necesitamos convocar elecciones. Cambiar la ley, la constitución. Pero olvidémonos de acciones de contraofensiva y desocupación".
El País ha defendido esta semana la posición de Zelenski de “guerra total”, siguiendo la habitual línea de opinión de sus editoriales y columnas de opinión sobre el conflicto, posicionadas siempre en favor de mantener la guerra en Ucrania cueste lo que cueste y reacias a un acercamiento o al establecimiento de negociaciones de paz en la región. Para la cabecera de PRISA, la decisión de Zelenski de no ir a elecciones mientras no haya una victoria militar debe imputarse, en última instancia, a “la guerra de Putin” y no a la decisión del presidente ucraniano. Esta es la misma excusa que le obligó también a cancelar las legislativas en 2023, junto a otra causa, la ley Marcial, (una ley de 2015 aprobada por el anterior presidente, Poroshenko) que, según afirma el diario, impide convocar comicios.
Sin embargo, las anteriores elecciones de 2019 —aquellas que acabaron con un denostado Poroshenko y auparon a Zelenski, que prometía paz en la región oriental— se celebraron con el Donbass en pleno conflicto armado activo, ya que desde 2014, el país libraba allí una guerra civil que se había cobrado 15.000 víctimas antes de la invasión rusa de 2022. Desde entonces, se han ilegalizado más de una decena de partidos políticos y varios medios de comunicación, —algunos ya fueron censurados en 2021- y más de un millón de hombres han sido forzosamente movilizados al frente con una ley de conscripción militar que se ha endurecido en los últimos meses. Se desconocen las cifras de muertos en combate y tampoco las de desertores huidos fuera del país para evitar el alistamiento. A ello se suma la corrupción, que es el gran problema interno que lastra la reconstrucción del país, y todos juntos amenazan con cronificar un paisaje ingobernable que posponga un cambio político “sine die”. En este escenario, Zelenski se aferra al “casus belli” para mantenerse aunque son cada vez más las voces internas que critican su gestión, como el del mediático alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, cuyo nombre suena en las quinielas para postularse como el líder renovador que suceda a Zelenski en la presidencia ucraniana.