"La lawfare": Marhuenda confunde el género del lawfare en el titular de su editorial en La Razón
La palabra 'lawfare' era, hasta hace bien poco, una gran desconocida para mucha de la opinión pública española, pese a que la actualidad política de los últimos años está directamente determinada por ella.
Algunos conocen bien su significado: casos de lawfare como “Neurona”, “Dina”, la persecución judicial contra Mónica Oltra o el ataque desde los tribunales hacia la Ley del Solo Sí es Sí son ejemplos de cómo la judicialización de la política opera para interferir y afectar directamente en los asuntos de estado y en las personas y proyectos que se interponen en sus intereses. No en vano, el este mismo lunes el diario Público recordaba cómo la judicatura madrileña había estado a la “vanguardia de la resistencia contra la ley de amnistía y del 'solo sí es sí'. Y es que precisamente la activación de la cúpula judicial conservadora contra la ley acordada por PSOE y Junts para la amnistía catalana ha conseguido que el Partido Socialista reconozca por fin que la “guerra judicial” también existe.
Esta fusión de las palabras 'law' (ley) y 'warfare' (guerra), según la Fundéu, hace referencia al uso de procedimientos judiciales "con fines de persecución política, desacreditación o destrucción de la imagen pública e inhabilitación de un adversario político". Suele escribirse en masculino, tal y como ha consultado este periódico a la propia Fundéu.
Pero para el director de la Razón, la “lawfare” no es tal. No es posible saber si se trata de un misgendering —otro anglicismo que se refiere a la confusión en la atribución de género, deliberado o no— o Marhuenda simplemente confundió el anglicismo en el titular su columna, el hecho es que su tribuna mediática le sirve para atacar con ahínco al gobierno de Sánchez y, especialmente, al nuevo Ministro Óscar Puente, a cuenta de la misma (o del mismo) lawfare.
Según Marhuenda no existe “una lawfare” conservadora, sino todo lo contrario, una “colonización de la Justicia” que “ha sido una obsesión del sanchismo, aunque es algo que le une a sus predecesores”. Marhuenda señala el “descaro y arrogancia” de Puente, el ministro vallisoletano que viene a hacerse popular con sus metáforas. A la de comparar la amnistía con un embarazo “de penalti” le ha seguido la que utilizó en una reciente entrevista relacionando la existencia del lawfare con el fenómeno de las meigas gallegas: «uno puede no creer en ellas, pero haberlas, haylas».
Marhuenda no ve lawfare, ni femenino, ni masculino, ni neutro: “El lawfare es una de esas chorradas de los independentistas que Sánchez ha tenido que asumir para comprar el apoyo de Puigdemont, Junqueras, Ortúzar y Otegi”. Pero lo que el director de La Razón tampoco ve mucho es la tele, ya que afirma que Puente “se empachó de un maratón de capítulos de la serie El regreso de las brujas o su condición natural es ejercer de vocero con argumentos inconsistentes”. Pero el retorno de las brujas no es ninguna serie, ni, de momento, una profecía política —quién sabe—: es el nombre en castellano de una divertida película de 1993, “Hocus Pocus” protagonizada por Bette Midler, Kathy Najimy y Sarah Jessica Parker, que hizo las delicias de la generación millennial obsesionada con las historias de Halloween y poco acostumbrada a ver a mujeres tomando los roles protagonistas. En ella, las tres hermanas Salem retornan de la oscuridad para vengar su muerte volando sobre sus escobas, cumpliendo así, por fin, la profecía.