Pablo Iglesias sobre el exilio de Edmundo González en España: “Aquí hay una notable hipocresía”
El director de Canal Red, en su reciente intervención en RNE, debatió sobre la controversia derivada de la concesión de asilo político al candidato de la oposición venezolana por parte del Gobierno español
Las elecciones legislativas de Venezuela del pasado 28 de julio continúan dando de qué hablar un mes y medio después de su celebración: esta vez, el desencadenante de la actual agitación consiste en la llegada del opositor liberal Edmundo González al territorio español a día 9 de septiembre tras la aprobación de su solicitud de asilo político, motivada por la emisión de una orden judicial de arresto de 3 de septiembre en Venezuela.
Iglesias señala lo irónico del destino de exilio escogido por González, quien decidió solicitar asilo a España, donde el ejecutivo está conformado por el Partido Socialista y Sumar, y no a otro Estado como podría ser la Argentina presidida por Javier Milei, cuyo gobierno reconoció al propio González como ganador de las elecciones y, por consiguiente, como nuevo presidente venezolano.
También destaca que, curiosamente, este año han aumentado en gran medida las exportaciones españolas del petróleo de Venezuela, forjando unas relaciones económicas de enorme importancia geopolítica en un contexto político nacional muy problemático, y que ni el Partido Popular ni el Partido Socialista han manifestado su disconformidad con dichos movimientos.
El éxito de esta solicitud de asilo coincide temporalmente con la denegación de una análoga emitida por un ciudadano saharaui llamado Abdelsalem Abdullah Khalifa, cuya vida está en riesgo al verse obligado a regresar a los territorios saharauis ocupados por Marruecos donde se producen reiteradas violaciones de los derechos humanos, tal y como señala el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; en este sentido, Iglesias afirma que “aquí hay una notable hipocresía” ya que la situación da a entender que se prioriza la acogida de personas según su lugar de procedencia: sí a aquellos cuyo destino de origen sea Ucrania o Venezuela, no a quienes provengan del Sáhara Occidental o Arabia Saudí, entre otros.
En cuanto a la institucionalidad en Venezuela, considera que “está completamente rota”, si bien ello no implica que el país sea, por tanto, una dictadura, debido a que la oposición (que no podría existir ni operar en una verdadera dictadura, tal y como sucedió en la española o la chilena) gobierna en más de 100 municipios y en 3 estados. Así, la orden de detención que dio pie al exilio de González tuvo que ver con la supuesta comisión de los delitos de usurpación de funciones, desobediencia y sabotaje al haber negado en reiteradas ocasiones los resultados de los comicios.
Según Iglesias, si se considera a Venezuela una dictadura por la persecución a un candidato político, también debería calificarse así a España por situaciones análogas contra los líderes del separatismo catalán y el terrorismo de ETA o por los polémicos fallos de determinados magistrados, como podrían ser Manuel Marchena o Juan Carlos Peinado. En cambio, si se la califica como Estado dictatorial por la supuesta falsedad de las actas electorales, dice sobre estas que siempre han sido “un mecanismo de legitimación de los procesos electorales venezolanos” y que, en anteriores convocatorias electorales, la oposición las ha denunciado igualmente y tachado de fraudulentas pese al visto bueno de las mismas elecciones por parte de reputadas organizaciones como el Centro Carter o los observadores internacionales.
En la misma línea, opina que Venezuela se ha convertido en “un artefacto de la derecha de cualquier país para hacer daño a la izquierda de cualquier país” y que el compromiso de los conservadores con el cumplimiento efectivo de los derechos humanos de los venezolanos es mínimo. “Si la derecha española está preocupada de verdad por los derechos humanos en Venezuela y por la democracia en Venezuela, que le digan a Repsol […] que deje de comprar petróleo a Venezuela, y entonces a lo mejor me creo su preocupación”, sentencia.