“Supervivientes” destruye la forma de vida de los indígenas hondureños
El reality show de Telecinco expulsa al pueblo garífuna de sus hogares, mientras finge que la isla está deshabitada
Mediaset quiere hacer creer que “Supervivientes” se graba en una isla virgen y paradisíaca, pero la realidad es muy distinta. Cayos Cochinos, como se denomina la región, lleva habitada durante más de doscientos años por el pueblo garífuna. Un grupo étnico descendiente de esclavos africanos y pueblos originarios caribes. Los habitantes de este archipiélago se dedican a la pesca artesanal utilizando cayucos y redes hechas a mano. Según informa El Salto y DW, con la llegada de las productoras extranjeras, se restringe el acceso a los bancos de pesca, obligando a los pescadores a desplazarse a otras zonas.
Cómo los garífunas defienden sus tierras en Honduras
— DW Español (@dw_espanol) September 16, 2024
Las tierras ancestrales de esta comunidad son codiciadas por su valor para el turismo.
Y para muchos garífunas, defender sus derechos puede poner en riesgo sus vidas.
25 personas han sido asesinadas desde 2015. Varios de… pic.twitter.com/n8lxJwf8A2
La explotación de estos terrenos se lleva a cabo en colaboración con la Fundación Hondureña para la Protección y Conservación de Cayos Cochinos, encargada de preservar la zona. Esta fundación ha estado restringiendo las actividades de los pescadores garífunas, bajo el argumento de que la pesca masiva perjudica a la biodiversidad. Mientras tanto, la organización obtiene beneficios mediante la entrada de tours turísticos y de buceadores científicos. En lugar de conservar el área, la Fundación Cayos Cochinos permite que empresas extranjeras filmen en territorios protegidos, dañando zonas tan vulnerables como el arrecife de coral.
Los habitantes también denuncian haber recibido amenazas por parte de las autoridades navales. Militares armados exigen a la población que abandone la isla, con el fin de mantener la apariencia de virginidad. Este espejismo colonial se perpetúa gracias al colaboracionismo de las fuerzas armadas hondureñas y de las organizaciones que, lejos de preservar, se lucran de estos auténticos paraísos. Una vez más, potencias extranjeras expulsan a los pueblos indígenas para explotar sus hogares.