40 años del intento de soborno que hizo caer a un presidente de la Región de Murcia
Andrés Hernández Ros comenzó su andadura en la política institucional murciana con un amplio currículum en la izquierda antifranquista. A finales de los 60 ingresó en Acción Sindical de Trabajadores (AST), organización de carácter católico que más tarde aportaría muchos militantes a la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT). En 1970, mientras hacía el servicio militar, fue detenido y acabó en prisión por asociación ilícita. En 1974 abrió una librería que sirvió de punto de encuentro para la oposición moderada de izquierdas y ese mismo año se afilió al PSOE. Cuando el PSOE fue legalizado ocupó secretario de Organización del PSOE de Murcia y, poco después, pasó a ser Secretario General del PSRM-PSOE. En 1979 fue elegido concejal en Alcantarilla y un mes después alcanzó la presidencia Consejo Regional de Murcia (ente autonómico limitado que antecedió a la creación de la Comunidad Autónoma).
El 9 de junio de 1982 entró en vigor el Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, que había pasado por el Congreso unos meses antes sin votos en contra. El 8 de mayo de 1983 murcianas y murcianos votan por primera vez la composición de la Asamblea Regional de Murcia dando 26 escaños al PSOE, 16 a la llamada Coalición Popular (formada Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Partido Liberal) y 1 al Partido Comunista de España. Andrés Hernández Ros dejó de ser el último presidente del Consejo Regional de Murcia para convertirse en el primer presidente de la Región de Murcia.
La mayor parte del trabajo en sus años de presidencia en la Región de Murcia se centró en poner en marcha la nueva estructura autonómica pero también hubo hechos destacables como una disparatada invitación a Ronald Reagan y Konstantín Chernenko para que se reunieran en la región y propiciar así un acercamiento entre EEUU y la Unión Soviética. Hernández Ros no solo no pudo avanzar en la paz mundial sino que tampoco logró mantenerla en sus propias filas: dos de sus consejeros dimitieron por discrepancias con el presidente y la tensión política generada llegó a su punto álgido el 3 de marzo de 1984.
Ese día la portada del diario La Verdad lanzaba un impactante titular: “El secretario de Finanzas del PSOE intentó sobornar a dos periodistas de La Verdad”. El periódico denunciaba que Francisco Serrano Lucas, el mentado responsable del PSOE murciano y concejal en el Ayuntamiento de Murcia, había intentado lidiar con la delicada situación política que vivía Hernández Ros pagando a los responsables de la sección de política y de la sección de sucesos de La Verdad para que tratasen con benevolencia al presidente autonómico.
Hizo de intermediario en el esperpento un policía en activo, pero el propio Francisco Serrano Lucas habría asistido a una de las reuniones e incluso señaló que Hernández Ros avalaba la maniobra. Los periodistas simularon aceptar y enseguida recibieron 500.000 pesetas. Todo ello no logró, desde luego, que la prensa dejase en paz a Hernández Ros. La publicación de lo sucedido hizo que Francisco Serrano Lucas tuviera que dimitir como concejal y fuese expulsado del PSOE de inmediato. Hernández Ros dijo ese día que “me siento salpicado y acosado, pero no pienso dimitir”... y al día siguiente no solo pensó dimitir sino que lo hizo.
Andrés Hernández Ros siguió como diputado autonómico hasta el final de la legislatura y, hay que decirlo, su implicación directa en el asunto jamás pudo ser probada. Terminada su carrera política se mudó a Santiago de Chile y allí montó un restaurante llamado García Lorca, poético guiño al librero progresista que antaño fue.
Es posible que para la mayoría de murcianos y murcianas este escándalo haya quedado en el olvido, eclipsado por otros momentos de la política murciana —como la quema del Parlamento de la Región de Murcia en febrero de 1992— y a nivel nacional el PSOE nos ha brindado sobradas corruptelas como para que, 40 años después, el aniversario de este sainete pase bastante desapercibido.