Marc Bloch, Vive la France

El 16 de junio de 1944 fue ejecutado en Lyon Marc Bloch, tras ser torturado por la Gestapo. Su fusilamiento, junto a un grupo de camaradas de la Resistencia, tuvo lugar a los pocos días del desembarco de Normandía. En los fastos del Día D, se suele olvidar el papel de la Resistencia y en especial, la participación en la misma de miles de republicanos españoles. En una sociedad francesa apática e incluso colaboradora con los ocupantes. Marc Bloch era judío, lo que conllevaba su persecución, no solo por los nazis sino también por el régimen colaboracionista de Vichy. Podría haberse quedado en Inglaterra tras Dunkerque, pero volvió a Francia y se incorporó a la Resistencia. Marc Bloch y Lucien Febvre fueron los fundadores de la Escuela de los Annales, que marcó un antes y un después en la historiografía. En algún momento todos y todas debemos plantearnos a quién queremos parecernos, a Marc Bloch que luchó contra el fascismo, fue torturado y asesinado o Lucien Febvre que prefirió no confrontar y vivir. Su grito antes de morir de Vive la France, nos recuerda a la Francia del caso Dreyfus o a la del asesinato de Jean Jaurès.

En la Francia actual, donde el fascismo vuelve a ser una alternativa posible en la República en crisis, donde la izquierda se une en un gran Frente Popular y donde el gobierno llamado liberar pregona la guerra. Un patriota como Marc Bloch, se revindicaría judío, contra el antisemitismo pero también contra el genocidio de Gaza, como los miles de judíos que se movilización contra el sionismo y la guerra.

Marc Bloch fue el padre que nos explicó para qué sirve la Historia. Su introducción a la Historia: Apología para la historia o el oficio del historiador, escrito por él en los años 40 y publicado póstumamente en 1949, sigue siendo una referencia para cualquiera que quiera ser historiador. Su libro La extraña derrota, escrito en 1940 y también publicado póstumamente en 1946, donde analiza el desastre francés de aquel año ante el avance alemán, obra que nos demuestra la capacidad e incluso el deber del historiador de analizar su presente, como historiador y como militar curtido en dos guerras. Porque Marc Bloch nos plantea que la incomprensión del presente nace de la ignorancia del pasado y que necesitamos conocer nuestro pasado, para entender nuestro presente. La Historia es el estudio de la sociedades pasadas y presentes. No existe la neutralidad, negar la ideología es una falacia, la cuestión es el método científico, la rigurosidad y la objetividad, del que no busca una verdad o justificación presente, sino el conocimiento como base de una sociedad que conoce su pasado y comprende su presente. De lo contrario, se vive en la ignorancia del porqué de lo que te rodea, o peor aún, en la justificación ideológica del presente, con un uso reduccionista e interesado de la Historia. Cuando hablamos sobre la importancia de la memoria histórica, sus enemigos saben que el conocimiento de lo sucedido en nuestra Historia, nos serviría para conocer las causas de nuestro sistema político y social actual, frente al revisionismo histórico que busca la justificación política presente.

«Si yo fuera un anticuario sólo me gustaría ver las cosas viejas. Pero soy un historiador y por eso amo la vida.» March Bloch