Concordia a la fuerza

Foto: RTVE
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El gobierno de Mazón reescribe la historia de nuestro país diciéndole al mundo, por ejemplo, que el general sublevado Mola y Amado Granell eran lo mismo

La portada del 25 de agosto de 1944 del periódico Libération publicaba la foto del primer soldado francés que había llegado para liberar París de la ocupación nazi. “Ils sont arrivés” titulaba Libération. Ese soldado francés fotografiado con el representante de la resistencia gaullista parisina en la alcaldía de París no era francés, sino español y valenciano: el teniente Amado Granell.

El domingo pasado París conmemoraba el 80 aniversario de su liberación de los nazis y rendía homenaje también a los valientes y decididos republicanos que fueron la vanguardia de aquella liberación. Anarquistas, comunistas, republicanos, sindicalistas, había un poco de todo lo que escapó del régimen franquista. Al frente, en la vanguardia de la liberación, estaba La Nueve, una unidad española al servicio del general francés Leclerc y liderada por Amado Granell. Este ilustre republicano valenciano, sereno y reservado, prudente y valiente cuando debía serlo, acabó la Segunda Guerra Mundial con tres condecoraciones. Un oficial de “valentia temeraria”, y bravo, o como le dijo el general Leclerc, “si es verdad que Napoleón creó la Legión de Honor para premiar a los bravos, nadie la merece como usted”.

Este lunes entró en vigor la mal llamada ley de concordia en el País Valencià. Una ley de PP y Vox que equipara democracia con dictadura; la defensa de la legalidad republicana con el golpismo sangriento y cruel; la lucha contra el fascismo con la persecución y la represión política y social… Equipara a vencidos, rapadas, violadas, fusilados sin juicio justo, etc. con censores, traidores a la patria, sádicos, violentos y verdugos. Pone en pie de igualdad a los sublevados criminales de guerra que bombardeaban por tierra, mar y aire a los andaluces que huían en La Desbandá y a la aviación fascista italiana que bombardeó el mercado de Alicante con las 26.000 personas que todavía están abandonadas en las fosas del Cementerio General de València y a los cientos de miles que todavía esperan en las cunetas a que su país les devuelva a sus familias para poder descansar como merecen. Cientos de miles que esperan un reconocimiento de su país y de la injusticia que les quitó la libertad y la vida.

El gobierno de Mazón reescribe la historia de nuestro país diciéndole al mundo, por ejemplo, que el general sublevado Mola y Amado Granell eran lo mismo. Mola decía que había que “eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros” para dejar patente su dominio, y eso hacía el franquismo. Pues el salvaje de Mola, según el gobierno valenciano, es igual que Amado Granell, que fue sindicalista y concejal, que protegió el patrimonio del pueblo, también las iglesias, que luchó por la República y la legalidad, que sufrió el exilio y los campos de concentración franceses en Argelia… Amado Granell que acabó enrolándose con Leclerc luchando contra los nazis en los desiertos africanos para acabar siendo la vanguardia que liberó Paris. Sí, parece que son lo mismo a ojos del PP y de Vox.

Podrán derogar las leyes y aplicar su falsa concordia, pero nunca van a poder borrar nuestra memoria

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A estos gobiernos del PP que en cuanto pueden compran las políticas ultraderechistas les diría una cosa, al igual que a la gente de Vox. Escuchen. Escuchen a las familias de las victimas de la dictadura, abandonen sus prejuicios y esa estúpida batalla cultural de negar la historia, abracen los Derechos Humanos desde sus posiciones conservadoras, debe ser posible en algún punto ser conservador y tener un mínimo de respeto por los Derechos Humanos y por la propia historia de nuestro país.

Que la derecha reconociera por fin los crímenes de la dictadura y la necesaria reparación no sería una muestra de flaqueza, al contrario, sería un paso de gigantes en nuestra democracia, un paso enorme para, de verdad, cerrar heridas. Porque las heridas no se cierran con imposición, negación o reinvención del pasado y olvido selectivo, sino con sanación, con reparación y justicia. Pero no quieren, prefieren seguir hablando de la guerra entre hermanos, de la guerra de nuestros abuelos y decir que eso es pasado, que todos cometieron barbarie. Para ese discurso, claro está, es preciso decir que víctimas y verdugos, que democracia, república y dictadura, fueron lo mismo. Eso es lo que pretende Mazón a la orden de Vox, pero víctima y verdugo, dictadura y democracia y república, ni fueron, ni son, ni serán lo mismo.

Pero hay algo que se niegan a ver y que ignoran deliberadamente, y es que pueden derogar las leyes de memoria, pueden imponer sus leyes da falsa concordia, pueden embarrar nuestra historia, envenenar el debate y blanquear los crímenes de la dictadura, pero no pueden borrar la historia y la memoria porque somos millones quienes estamos conectados a ella por nuestra familia, por nuestra tierra, por nuestra sed de saber y de verdad. Podrán derogar las leyes y aplicar su falsa concordia, pero nunca van a poder borrar nuestra memoria.