Yolanda Díaz, los empresarios y la amnistía
La vicepresidenta en funciones y el presidente de la CEOE
Eduardo Parra / Europa Press
Yolanda Díaz tiene el objetivo prioritario de seguir en el Gobierno y sabe bien que eso pasa por los votos de Junts y que los votos de Junts pasan por la amnistía. Precisamente por eso se está volcando en la consecución de esta, hasta el punto de plantarse en Waterloo para hacerse una foto con el líder del partido catalán, Carles Puigdemont.
Pero Díaz —“republicana” que no quiere ni oir hablar de república y “comunista” que no quiere ni oír hablar de comunismo— también sabe bien quién manda en un Estado en el que las reformas laborales las imponen los empresarios y las “derogan” los sindicatos... junto con los empresarios.
En su entrevista del pasado día 17 con La Vanguardia —concedida “no por casualidad” al diario propiedad del Grupo Godó, según reconoció ella misma en la propia pieza—, Díaz destacó que el “conflicto político” de Catalunya con el Estado español debería desembocar, primero, en un acuerdo en el que, además de los políticos, “deberían estar los empresarios y los sindicatos, la sociedad civil...” y, después, en una ley de amnistía.
“Aún recuerdo el día en que el señor Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, se posicionó a favor de los indultos en el Cercle d’Economia de Barcelona. El acuerdo debe ser amplio y me van a permitir que les diga que en ese acuerdo no cabe la unilateralidad”, añadió a continuación.
“No por casualidad” Díaz concedió esa entrevista a La Vanguardia y no a otro periódico, y no por casualidad el titular de la pieza fue el siguiente: “Yolanda Díaz: La amnistía solo puede salir de un pacto histórico, sin unilateralidad”.
Aunque tenga su sede en Barcelona y no en Madrid, y aunque —comparado con el ABC, El Mundo o La Razón— algunas veces parezca incluso progresista, La Vanguardia no es un periódico de adscripción nacional catalana, sino de adscripción nacional española; y tampoco es un periódico de izquierdas, sino un periódico de derechas vinculado a la monarquía española y a los empresarios catalanes.
Yolanda Díaz conoce bien a los empresarios y sabe bien las puertas que abre ir con ellos y las puertas que cierra ir sin ellos o, más aún, en contra de ellos. Por eso y “no por casualidad” no solo concedió su entrevista a La Vanguardia, sino que regaló al diario propiedad del Grupo Godó el titular de que la amnistía “solo puede salir de un pacto histórico” con “los empresarios” (“los sindicatos” aquí estarían de adorno, como tantas otras veces), un titular que suscribiría Josep Sánchez Llibre, pero que Garamendi, al menos por el momento, no suscribe.
Garamendi y Sánchez Llibre se conocen bien. El primero es el presidente de la mayor patronal española (CEOE) y el segundo es el presidente de la mayor patronal catalana (Foment del Treball). Foment del Treball está integrada en la CEOE y Sánchez Llibre es uno de los vicepresidentes de Garamendi en la patronal española, aunque el enfrentamiento entre ambos en las últimas elecciones de la CEOE, celebradas el pasado mes de diciembre, y la victoria de Garamendi hizo que éste retirara a Sánchez Llibre (que conoce bien la política catalana y española, pues fue miembro de Unió desde los años ochenta hasta la disolución del partido en 2017 y ocupó escaños de la coalición Convergència i Unió durante 28 años: desde 1988 hasta 1993 en el Parlament y, desde entonces hasta 2016, en el Congreso) su condición de responsable de las relaciones de la patronal española con las Cortes.
Si algo reclaman una y otra vez los empresarios —y Garamendi y Sánchez Llibre, como representantes de los empresarios, no son una excepción— es la necesidad de “estabilidad” (para hacer, o para seguir haciendo, negocio sin sobresaltos, por supuesto), aunque en estos momentos “estabilidad” quizás no signifique exactamente lo mismo para la CEOE que para Foment del Treball.
Como La Vanguardia, Sánchez Llibre es de derechas —y español—, pero también es catalán, y quizás esa condición lo hace consciente de que una amnistía como la que esbozó Yolanda Díaz en su entrevista con el diario propiedad del Grupo Godó, es decir, una amnistía con el visto bueno de los empresarios, podría no solo distender la política catalana, sino también favorecer la vuelta a Catalunya de buena parte de las empresas fugadas con motivo del procés. De ahí el llamamiento de Díaz —y de La Vanguardia— a Garamendi en su entrevista del pasado día 17, aunque al menos por el momento el presidente de la patronal española sigue haciendo oídos sordos.
Mientras tanto, Puigdemont, que también es de derechas y catalán —aunque en este caso no español, sino independentista— y que fue miembro de Convergència desde los años ochenta hasta 2016 (por lo que compartió coalición con Sánchez Llibre durante unos cuantos años), espera en Waterloo, consciente —como la propia Yolanda Díaz— de que del pulgar de Garamendi podrían depender unas cuantas cosas.