La capital del flamenco está en Gaza
La sangre del pueblo palestino riega el jardín europeo. Nada oculta la infamia genocida del sionismo israelí apoyado por el gobierno de los EE.UU, nada oculta la complicidad de la UE. No hay poder ni prensa mercenaria que blanquee el genocidio. Los gobiernos europeos que lo toleran bajo el epígrafe “Israel tiene derecho a defenderse”, son partícipes. Decir esto no es estar a favor del terror, es estar a favor de la paz, en contra de la guerra. A favor del derecho del pueblo palestino a existir en condiciones dignas, a tener su propio estado. Es tener humanidad, como el flamenco.
Antes de matar hay que anular todo rastro de empatía entre asesino y víctima. Así, y controlando toda la comunicación, es como el gobierno sionista israelí alimenta el plan de exterminio de todo un pueblo al que califica de animal. La hipocresía del gobierno de los EE.UU y de los gobiernos de la UE es abisal. La UE arriesga el bienestar de sus pueblos en su alineamiento con los intereses del complejo militar industrial petrolero de los EE.UU. Israel es su gendarme en Oriente Medio.
La valentía de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 del gobierno de España es histórica. Ione Belarra es la única miembro de un gobierno europeo que habla sin medias tintas del genocidio que perpetra el estado de Israel contra un pueblo indefenso. Cuando escribo esto hace unas horas que Israel ha bombardeado el hospital Al Ahli en la franja de Gaza, las imágenes son elocuentes. Cientos de cadáveres de población civil, cientos de cuerpos inermes de niños y niñas palestinas.
El alineamiento prosionista de Los Verdes alemanes, Die Grunen, es también histórico. Su ministra de exteriores en el gobierno, Annalena Baerbock, certifica con sus palabras y hechos el giro a la derecha del partido que un día fue referente europeo de una nueva izquierda verde. Un giro anunciado en sus posiciones antipacifistas respecto de la guerra en Ucrania y sus posiciones pro nucleares y pro combustibles fósiles con la vuelta al carbón de la sulfúrica lluvia ácida.
La palabra flamenco proviene de los vocablos árabes felah y mencub. El primero, felah, significa campesino, el segundo, mencub, marginal, desposeído de su tierra. Es el cante de los desposeídos. Estos días la capital del flamenco está en Gaza.
En un contexto así, anunciando la entrega al PSOE sanchista, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, vicepresidenta del gobierno de España, deja de ir a las manifestaciones contra el genocidio palestino mientras se besa, envuelta en flashes, con la ganadora de un Planeta que no es el de la humanidad sino del lobby mediático que oculta la verdad y ataca cualquier intención democrática.
Entre tanto la presidenta de la comunidad de Madrid, después de apoyar incondicionalmente y en exclusiva a Israel, se va a Nueva York para declarar que Madrid, además de ser la capital del bocatas de calamares y las cañas, es la capital mundial de flamenco. Sabemos que el gran trabuco de Madrid es el BOE que crea a su alrededor una casta de vividores sin patria ni matria, capaces de robar el aire que respiran tanto a las y los madrileños como el resto de la España plurinacional.
El pueblo andaluz tiene dos idiomas, sus acentos, que emparentancon América Latina, y el flamenco, que emparenta con lo universal. Como dijo Manolo Sanlúcar cuando la UNESCO declaró el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es al contrario, “la humanidad es patrimonio del flamenco". El flamenco no tiene dueño, ni capital, es el idioma que Andalucía regala a la humanidad. Ayuso, como escribió Machado “desprecia cuanto ignora”. La palabra flamenco proviene de los vocablos árabes felah y mencub. El primero, felah, significa campesino, el segundo, mencub, marginal, desposeído de su tierra. Es el cante de los desposeídos. Estos días la capital del flamenco está en Gaza.