Un gobierno navegando al pairo
Esta semana se ha incendiado, metafóricamente, el gobierno y la sede del PSOE en Ferraz, y no ha sido por la ley de amnistía ni por manifestaciones fachas en su puerta. El caso Koldo que saltó la pasada semana cuando se supo que la Audiencia Nacional estaba investigando al “asesor” del exministro de Transportes José Luis Ábalos, y a diecinueve personas más, entre ellas al que consideran cabecilla, el empresario Juan Carlos Cueto, por pertenecer a organización criminal, tráfico de influencias y cohecho.
El caso Koldo es un rescoldo de casos anteriores, uno de los que más se le parece es el caso Juan Guerra, hermano de Alfonso Guerra, que saltó en el año 1989, cuando el actual adalid del facherío patrio era el todo poderoso vicepresidente del Gobierno de Felipe González. Juan Guerra era “asesor” con despacho en la delegación del Gobierno de Andalucía contratado con un sueldo de 129.370 pesetas limpias, es un decir, al mes. El caso Juan Guerra le costó a Alfonso Guerra la dimisión de su vicepresidencia en 1991.
La semana termina con dos asuntos más que no por previsibles son menos importantes. Por un lado, El Tribunal Supremo, que no se presenta a las elecciones, ha retorcido una vez más la ley y ha imputado a Carles Puigdemont, actual eurodiputado por Junts, y al diputado del Parlament catalán por ERC, Rubén Wagensberg, por, nada mas y nada menos que delitos de terrorismo.
Por otro, el segundo de la actual vicepresidenta tercera del gobierno, Yolanda Díaz, Sumar, en las pasadas elecciones generales del 23 de julio de 2023, Agustín Santos Maraver, diplomático de carrera próximo al PSOE, ha roto la disciplina del grupo parlamentario Sumar votando en contra de la propuesta de Podemos para que el gobierno de España rompa relaciones con Israel, apoye la causa por Genocidio en la Corte Penal Internacional y deje de vender y comprar armas al gobierno sionista israelí. Voto en contra al que se ha sumado el partido de Carles Puigdemont demostrando que lo mueve más el ombliguismo catalanista de cierta clase adinerada que los derechos de los pueblos. La derecha es la derecha, se vista con gorro legionario o con barretina.
Pedro Sánchez nunca había estado tan acorralado ni tan cercado por el Partido Popular. Quien está llamado a liderar la resurrección de la socialdemocracia en Europa podría estar entrando en lo que en el ajedrez se llama una posición de zugzwang. Está obligado a mover, pero haga lo que haga pierde. Ni siquiera tiene dentro del gobierno a nadie que le apriete y pueda usar como excusa, antes quienes mueven los hilos en el mundo de la corte y el capital, para moverse hacia la izquierda. Sumar se está auto-desahuciando, no sabemos si llegará a las elecciones europeas.
Pedro Sánchez, como hizo Susana Díaz en Andalucía, a fuerza de no querer ser siquiera socialdemócrata, a fuerza de no querer afrontar los graves problemas de credibilidad de la democracia española, en un contexto de tambores de guerra en Europa, sin liderazgo democrático en una UE dominada cada vez más por intereses antidemocráticos, puede estar abriendo de par las puertas del trumpismo en el gobierno de España.
Fuera del gobierno resistir es ganar, dentro del gobierno resistir es morir. Con un CGPJ tomado por la reacción y una RTVE tomada por la indigencia informativa, un gobierno sin horizonte de gobierno es un gobierno navegando al pairo.